Con “La Argentina de Milei. La crueldad al poder” quisimos salir a documentar un nuevo sacrificio social. Dejar un testimonio del impacto que tuvo la decisión política de hacerle pagar a los mismos de siempre “el ajuste más grande de la historia de la humanidad”.
La pregunta a responder y que nos ordenó la búsqueda de los testimonios para el documental fue qué está pasando más allá del ruido y la saturación de temas que propone el gobierno en su estado de batalla cultural permanente.
Salimos a la calle, a los barrios, comedores y parroquias y a manifestaciones contra el gobierno libertario con la certeza de que lejos de la realidad virtual está la vida real de las personas, esa de la que se había alejado la política -enroscada en los problemas de la política- pero también el periodismo como parte de la misma crisis de un sistema político en ruinas.
Volver a mostrar la vida real pero sin la urgencia de la televisión ni el panelismo de los streams. Salir de la indignación constante y volver a escuchar, a mostrar y pensar qué está pasando.
El experimento libertario de ajuste y shock de Milei fue el más anunciado de la historia, por lo tanto no requería demasiado esfuerzo adivinar que ese combo brutal iba a agravar un cuadro social que ya era crítico, una situación de implosión que empeoró con una velocidad sin precedentes en los primeros meses.
Apostamos a conseguir algunas respuestas y también a dejar planteadas preguntas, sin anticipar escenarios catastróficos porque ya demasiado tenemos con el presente y el pasado reciente. Porque también es cierto que cuando salís a registrar las consecuencias sociales de la política económica de Milei, en esos mismos lugares encontrás las razones de su triunfo.