Día de las Infancias: una celebración que visibiliza cambios y deudas con los menores

En Argentina, dos de cada tres menores de 14 años viven en la pobreza. Los sistemas de protección del Estado amortiguaron el impacto de la pandemia sobre una realidad que ya era de emergencia.

15 de agosto, 2021 | 00.05

Las infancias viven una situación de emergencia, el impacto de la pandemia en los ingresos de sus familias generó que dos de cada tres menores vivan por debajo de la línea de pobreza en todo el país. Los sistemas de protección social del Estado y el trabajo de la red comunitaria en las barriadas empobrecidas fueron clave para evitar que crezca la indigencia, pero más de 7 millones de niños, niñas y adolescentes de la Argentina sufren una vulneración de sus derechos básicos.

Los números oficiales del Indec son alarmantes. El 57,7% de los argentinos menores de 14 años son pobres. La comparación con el último dato previo a la pandemia demuestra que hubo un aumento de 5,4 puntos porcentuales. En la última semana, el presidente Alberto Fernández señaló en una entrevista que “hay un sector de la Argentina al que no le conmueve saber que el 60% de los chicos menores de 14 años son pobres, no los conmueve”.

El secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner, reconoce que “el principal problema de las infancias en la Argentina es la pobreza y la indigencia”, además de “los altos niveles de violencia contra los niños y las niñas, la falta de conectividad, dificultades en el plano del cuidado y la educación de la primera infancia”.

En diálogo con El Destape, Lerner destaca la ampliación de la cobertura de programas sociales y “un conjunto de políticas vigorosas” destinadas a “revertir la situación después de la pandemia socio-económica del macrismo y ahora la del Covid”.

Seguramente algunos indicadores se van a modificar con la ampliación de la cobertura de la AUH, tras un decreto del presidente en octubre de 2020, que ha permitido sumar 377 mil chicos y chicas para llegar a los 9 millones. Y sobre todo la Tarjeta Alimentar y su ampliación a los 14 años de edad. Llega a 4 millones de chicos y chicas, y va a tener impacto en los próximos resultados de mediciones de la pobreza”, explica el funcionario.

“La matriz económica, si es distributiva y centrada en el mercado interno, mejora las condiciones de vida de las infancias. Si, por el contrario, la renta es apropiada por el capital concentrado eso produce mayor pobreza en las familias y por lo tanto en los niños”, señala el titular de la SENAF.

Lerner destacó la ampliación de los programas de la secretaría y la articulación entre distintos niveles de gobierno y las organizaciones sociales. Detalla el Plan Nacional de Primera Infancia, con un total de 2.350 espacios, de los cuales 693 fueron incorporados durante su gestión y hoy alcanzan una cobertura de 170.000 niñas y niños de 45 días a 4 años. 

También se refirió a dos líneas para incrementar la infraestructura de los cuidados. La primera se implementa con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) e incorpora 311 espacios al programa, con una inversión de más de 5.000 millones de pesos. 

La segunda fue lanzada por el presidente Alberto Fernández en noviembre y consiste en la construcción de 333 nuevos jardines comunitarios en barrios populares, que posibilitará la inclusión de 29.000 niños y niñas. “Las demandas de cuidado en las familias se ampliaron enormemente durante la pandemia. Hay una inversión creciente e importante en la educación y el cuidado de los primeros años. No mueve la aguja de los ingresos familiares pero sí en la medición de la pobreza en términos multidimensionales”, dice Lerner.

Según datos de UNICEF Argentina, el 38% de los hogares atravesó situaciones de inestabilidad laboral durante el peor momento de la pandemia. El porcentaje asciende al 44% entre las mujeres. El 56% de los hogares declaró que sus ingresos eran inferiores a los de meses previos a la crisis sanitaria, dato que se incrementa al 73% entre los hogares más pobres del país, y llega al 60% entre perceptores de la Asignación Universal por Hijo (AUH). 

Los números corresponden a la 4ta. Encuesta de UNICEF sobre el impacto que la segunda ola del Covid-19 tuvo en los hogares donde viven chicas y chicos, tras un relevamiento realizado entre el 24 abril y el 12 mayo. El organismo también destacó como fundamental el apoyo del Estado. Casi el 40% de los hogares reciben la Tarjeta Alimentar y tuvieron algún tipo de asistencia alimentaria.

En junio, cuando se presentó el informe, la representante de UNICEF, Luisa Brumana, destacó que “la inestabilidad laboral de las personas adultas repercute fuertemente en la economía familiar y, en consecuencia, en el bienestar de la población infantil y adolescente”.

“El 41% de los hogares tuvo que dejar de comprar algún alimento por no tener dinero. Este porcentaje se incrementa sensiblemente con respecto a las rondas anteriores y aumenta en los hogares sin miembros ocupados, así como en algunas regiones como el NOA y NEA", alertó Sebastián Waisgrais, economista, especialista en inclusión social de UNICEF. 

El informe destaca también que el 25% de los hogares con niñas y niños dejaron de pagar al menos un servicio como la luz, el gas o internet.

En relación a este último punto y el debate planteado por el propio Alberto Fernández sobre declarar internet en servicio público, la pandemia puso en evidencia los problemas y fallas en la conectividad, especialmente en los barrios populares. Gabriel Lerner destaca la ejecución del Plan Federal Juana Manso que incluye, en una primera etapa lanzada en julio, la producción y entrega de 633.000 netbooks a alumnos de escuela primaria.

“Tenemos que ampliar la agenda y seguir jerarquizando las demandas de las infancias, queremos que incidan más, y para eso estamos abriendo cauces institucionales para que tengan incidencia en la implementación de las políticas de gobierno”, finaliza Lerner.