A Manuel Dorrego fue el creador de la guerra de guerrilas, el primero en cruzar los Andes con soldados para luchar contra el opresor, determinante en la batalla de Salta y fue fundamental para que la declaración de Independencia se consiga en 1816, sin embargo la historia argentina lo relegó durante siglos. Hernán Brienza publicó el Loco Dorrego (Marea Editorial) que fue reeditado a 10 años de su lanzamiento y que devuelve al líder popular el prestigio que sus verdugos quisieron tapar.
"Manuel Dorrego es el padrecito de los pobres. Es el primer líder nacional y popular de la historia Argentina"; afirma Brienza en una entrevista con El Destape. En su libro detalla las intervenciones militares decisivas de Dorrego para ganar la batalla de Tucumán que parecía perdida y lograr imponerse a su enemigo altamente superior en el número de hombres durante el combate en la Quebrada de Salta, en el Anfiteatro.
Dorrego es plasmado como un líder visceral, portador del mayor coraje entre los próceres, pero con un temperamento verdadero, aunque incontrolable que perjudicó su carrera militar en dos ocasiones. Herido en cuatro combates, enviado al exilio, condenado a muerte por ingleses en Jamaica y fusilado, la vida de Dorrego es contada por Brienza con pasión y rigurosidad.
-¿Por qué el desempeño de Dorrego en el combate en Tucumán fue fundamental en las batallas por la liberación?
-El desempeño de Dorrego en el combate de Tucumán fue fundamental por la sencilla razón de que la batalla fue muy confusa: no se sabía quién había ganado quién había perdido. En un primer momento las tropas realistas dispersaron a los republicanos y en el medio de la batalla una manga langostas -vaya a saber por qué razón- a los soldados realistas mientras estaban retrocediendo. Las tropas republicanas, Dorrego que era la retaguardia, sin orden de Belgrano que había sido expulsado a un kilómetro y medio del lugar, tomó la decisión de atacar. Los que venían huyendo creyeron que había orden de atacar y se dieron vuelta, atacaron a los realistas y se lo llevaron puestos. La batalla de Tucumán se gana gracias a esa acción decidida de Dorrego. El propio Belgrano reconoce la importancia de Dorrego, porque después de la batalla de Tucumán se producen las derrotas de Vililcapugio y Ayohuma. Belgrano escribe que si hubiera estado Dorrego, esas dos batallas no se hubieran perdido.
-¿En qué consistió la guerra de Guerrillas que creó Dorrego y cuál fue su importancia?
-Cuando Dorrego está en el teatro de operaciones del Alto Perú, él comprende que no tiene sentido seguir adelante con grandes batallas sino que es necesario crear lo que llama “una guerra de partidarios”, lo que se conoce como guerra de guerrillas. Así se lo comunica al propio Belgrano y a San Martín, pero elige a otro caudillo. El principal consejero de la construcción de una guerra de guerrillas en el Noroeste es el propio Dorrego.
-¿Por qué fue invisibilizado por la historia argentina?
-Dorrego fue invisibilizado en la Argentina por varios motivos. Uno porque sus enemigos, sus adversarios y sus asesinos fueron los que de alguna manera escribieron la historia. Los colegas, los camaradas de armas de Lavalle, como Salvador María del Carril los hermanos Juan Cruz y Florencio Varela, el propio Bernardino Rivadavia, Julián Segundo Agüero que los unitarios de la década del 20 fueron los que finalmente se impusieron en 1862 con la batalla de Pavón. Perdió el partido federal y ganó el partido liberal unitario que debía deshacerse del cuerpo del delito que había cometido con el fusilamiento de Dorrego. Creo también que el federalismo y el pensamiento nacional y popular no pudo tomarlo a Dorrego como ejemplo porque porque era un derrotado porque era un fusilado. Entonces decidió elegir como figura una figura victoriosa, efectiva y eficiente cómo era Juan Manuel de Rosas. Creo que esa es la gran diferencia.
-¿Creés que fue contradictorio en algún momento de su vida: fue liberal pero nacionalista? ¿Fue porteño federal pero se enfrentó a Artigas?
-Hay tres o cuatro Dorregos. El primero es el revolucionario de 1810 al 1813 que forma parte del ejército de Tucumá. Después está el ejército de la banda Oriental, que tiene a un Dorrego que quizás no entiende cuál es la pelea que se está dando. En ese momento es un soldado y sigue las órdenes de sus superiores. En un momento determinado empieza comprender que posiblemente los caudillos, el Artigismo era la razón. y se lo hace saber a Juan Martín de Pueyrredón que lo manda al exilio. Luego el Dorrego que vuelve del exilio es un federal doctrinario, pero es porteño por lo tanto piensa su patria es Buenos Aires y pelea por esa Buenos Aires federal. Creo que ese es el último Dorrego que va creciendo politica, ideológica y culturalmente. Se convierte en la figura que todos conocemos.
¿Podríamos hablar de Independencia si no fuera por Dorrego?
-Creo que la Independecia lo excede a Dorrego. El proceso revolucionario independentista se debe a otras figuras como Artigas, Belgrano, San Martín, pero creo que sí depende de Dorrego la víctoria militar en Tucumán. Si esa batalla se hubiera perdido, entonces Tucumán se habría perdido en manos de los realistas y la contrarrevolución se hubiera seguramente retardado un poco más la Independencia o hubiera sido de otra forma, quizás como en México en 1820. Pero eso no lo podemos saber. Yo no sé si eso tiene incidencia directa porque eso es en el año 1812 con el cual no sabemos si tiene incidencia directa, median 4 años, pero sí es cierto que sin Tucumán, la Independencia habría sido más difícil.
-Si tuvieras que describirlo en pocas palabras ¿cómo lo harías?
-Manuel Dorrego es la legitimidad Popular, la autoridad auténtica. Creo que Dorrego también es un hombre iluminado en las formas en las cuales ejerce su carisma carisma popular. Es el padrecito de los pobres. Es el primer líder nacional y popular de la historia Argentina.