Cumbre de las Américas: Alberto Fernández no le confirmó su participación al enviado de Biden

El Presidente recibió al ex senador Christopher Dodd y volvió a reclamar que no se excluya a ningún gobierno. Además, insistió en su rechazo a los bloqueos económicos a Cuba y Venezuela. El enviado de Biden tomó nota y dijo que vería que se podía hacer al respecto. 

26 de mayo, 2022 | 20.45

En un endurecimiento de su posición, el presidente Alberto Fernández no le confirmó al enviado de Joe Biden, el ex senador demócrata Christopher Dodd, su participación en la Cumbre de las Américas y la condicionó a que no haya excluidos, en referencia a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua que no fueron invitados. "Argentina va a trabajar para el éxito de la cumbre, con todos incluidos", le advirtió el Presidente, que mantuvo en la reunión con Dodd el tono del mensaje que había dado unas horas antes en su exposición en la reunión de ministros de Educación en la Cancillería, cuando condenó los bloqueos económicos a Cuba y Venezuela. Fernández, que además preside la Celac, le expresó al enviado de Biden que Donald Trump había mantenido "una política difícil" hacia la región pero que no había cambiado casi nada desde la llegada de la gestión demócrata, que claramente tiene sus preocupaciones en materia exterior en otras partes del mundo.

"No me callo más", había adelantado Fernández en su discurso previo, en referencia a las sanciones económicas declaradas unilateralmente por Estados Unidos a países de la región. No lo hizo. En el tenso encuentro con Dodd -del que también  participaron el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el secretario de Asuntos Estratégicos Gustavo Beliz, y el embajador estadounidense Marc Stanley- insistió sobre este punto. Dijo sentir "vergüenza" por los bloqueos, que lleva 48 años en el caso de Cuba y 10 años en el de Venezuela, que se mantuvieron incluso durante la pandemia. Respecto a la cumbre que se desarrollará en Los Angeles entre el 6 y el 10 de junio, Fernández exigió además que se abrieran todos los temas a debate y no sólo el de salud, tal como está previsto en el temario oficial. 

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El enviado de Biden tomó nota de los reclamos y comentó que los trasladaría a su gobierno para ver qué tanto se podía hacer al respecto. "Reiteré nuestra esperanza de que Argentina sea un participante activo de la cumbre, lo cual es especialmente importante dado su rol como líder regional", sostuvo luego Dodd en una declaración posterior. "La Cumbre de las Américas se centrará en algunos de los temas más vitales que compartimos en todo el hemisferio", señaló el ex senador, y detalló que "estos incluyen garantizar una democracia efectiva en todos los países; elaborar estrategias sobre maneras para cumplir nuestros objetivos climáticos compartidos; trabajar en una respuesta fuerte y colaborativa ante el Covid-19; y abordar la inestabilidad económica y los derechos humanos". Calificó a la Argentina como "voz líder" en esas áreas.

La Cumbre de las Américas se convirtió en una pesadilla para la gestión Biden, lo que es una clara evidencia de la pérdida de influencia de Estados Unidos en la región. En otros tiempos, los gobiernos latinoamericanos hubieran aceptado sin chistar que Washington impusiera una arbitraria cláusula democrática a los presidentes que no son de su agrado como hizo ahora con el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega. Primero fue el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que adelantó que no participaría si había excluídos. Lo siguió el boliviano Luis Arce mientras que Fernández suscribió el reclamo, pero sin poner en duda su asistencia. De hecho, el embajador en Washington, Jorge Argüello, se reunió la semana pasada con Dodd para repasar la agenda de la Cumbre. 

Pero, desde entonces, el gobierno argentino fue endureciendo su posición. Por un lado, Fernández puso más en valor su papel de presidente de la Celac, por el que representa a todos los países latinoamericanos. Por el otro, estrechó su posición con el presidente de México, con quien suele actuar en conjunto en materia de política exterior. AMLO en esta ocasión adelantó una postura en solitario. Para enmendarlo, desde México buscaron darle un mayor perfil político a la visita que realizó este jueves el canciller Santiago Cafiero y de la reunión que mantuvo con su par Marcelo Ebrard. "México y Argentina hacen un sentido y urgente llamado para que la IX Cumbre de las Américas se consolide como el espacio de diálogo plural, abierto e incluyente, en el que todos los países de la región tengan la oportunidad de contribuir a la construcción de los consensos que necesita el hemisferio", expresaron los cancilleres en la declaración conjunta. Ebrard advirtió que había que esperar lo que sucediera en los próximos días con el reparto de invitaciones para conocer la suerte que correría el encuentro.

Dodd seguramente se sorprendió por la cosecha en su paso por la Casa Rosada. Junto al embajador Stanley, primero almorzaron con Beliz -uno de los funcionarios del Gobierno más vinculados al Departamento de Estado- y luego fueron llevados al despacho presidencial. Enviado de gira para persuadir a los renuentes, Dodd traía como zanahoria invitaciones para reunirse con Biden durante la cumbre en Los Angeles. Así convenció al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y entusiasmó al de Chile, Gabriel Boric. No tuvo el mismo éxito con Fernández, quien le explicó que no necesitaba hablar con Biden sino que sus preocupaciones corrían por otros carriles. ¿Qué sucederá ahora? Difícil saberlo.

"Creo que se fueron atragantados, no esperaban la posición de Alberto en este tema", comentaban en la Casa Rosada. Quedan unos días para definir, igualmente tanto Cuba como Nicaragua adelantaron que no les interesaba asistir a la cumbre en esas condiciones. Sería necesario algún gesto de flexibilidad de parte de Estados Unidos para garantizar la asistencia de AMLO, Fernández y Arce. Habrá que esperar para saber hasta dónde está dispuesto a ceder la Casa Blanca.