Con mensajes a propios y opuestos, Cristina cerró el día más tenso de la vigilia

Centenares de personas se acercaron al domicilio de la Vicepresidenta en una movilización pacífica. La Ciudad de Buenos Aires dispuso un vallado policial, que derivó en una represión con detenidos. Finalmente, el operativo de la gestión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se levantó y la militancia se quedó una noche más.

27 de agosto, 2022 | 22.43

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se trepó al escenario improvisado sobre un camión pasadas las 22.00. "El Partido Judicial pidió 12 años de condena por cada uno de los mejores años que vivió el pueblo argentino" dijo, en el comienzo de un discurso breve con dos objetivos: reprochar la represión provocada por la policía porteña y aliviar la tensión de una jornada al rojo vivo.

"Desde el martes hubo manifestaciones en todo el país, pero el único lugar donde se produjeron escenas de violencia fue en la Ciudad de Buenos Aires", relató CFK, y añadió: "La violencia fue provocada por odio al peronismo. No toleran el amor y a la alegría de los peronistas". El breve pero contundente discurso de la vicepresidenta concluyó con un llamado a la calma: "Fue un día largo, vayan a descansar".

La previa

"¡Sacá las vallas la puta que te parió!" era el cántico que retumbaba en Recoleta en la tarde del sábado. La decisión del Gobierno porteño de vallar las calles aledañas a la casa de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, hizo que varios sectores del peronismo decidieran agolparse en las inmediaciones del domicilio de la ex mandataria.

La tarde vio un crecimiento exponencial de la vigilia de militantes frente al departamento del cruce de Juncal y Uruguay, que se viene dando desde el lunes en el que el fiscal Diego Luciani brindó su alegato por la causa Vialidad, en la que a la ex mandataria se la acusa de presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz.

Familiar y popular

La concurrencia de miles de personas estuvo nutrida de militantes, familias con hijos, adultos mayores, parejas con equipos de mate.

El cantito más coreado era "si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar", seguido de "Cristina presidenta".

La cartelería tenía también a la ex mandataria como protagonista, ("Cristina es Pueblo), o sus adversarios. Una persona llevó títeres con los rostros de los jueces de la Suprema Corte con colas de víboras.

En Paraná, entre Arenales y Juncal,  en las mantas con venta de remeras, el  rostro de la Vice se juntaba con los de Néstor Kirchner o Eva Perón. Los puestos de choripanes perfumaban las inmediaciones de la plaza López y Planes, que hoy, pese a ser un sábado a la tarde, estaba cerrada con candado.

Entre los que se mostraron, estuvieron  el ministro de Interior, Eduardo "Wado" De Pedro; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; los intendentes Mario Secco, (Ensenada) y Fernando Moreira (San Martín), y la legisladora portela Ofelia Fernández,  entre otros.

La marea de miles de personas terminaban en las vallas o el cordón policial ordenado por la gestión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

"El vallado es una provocación. Creo que están dando bastonazos de ciegos, es una vergüenza que el mundo vea a una vicepresidenta en ejercicio sea cautiva de un pigmeo que quiere gobernar la Nación,", señaló a El Destape el titular de la CTA, Hugo Yasky.

La represión de la alegria

Pasadas las 17 la Policía de la Ciudad reprimió a  militantes kirchnerista. Con gases lacrimógenos y los efectivos arremetieron contra quienes estaban en el cruce de Juncal y Uruguay.

En la represión se llevaron detenidos al diputado bonaerense Matías Molle, el exlegislador provincial Facundo Tignanelli y el periodista y funcionario bonaerense Fabián "Conu" Rodríguez.

Cada movimiento en bloque de los efectivos, era acompañado de chiflidos e insultos por parte de los militantes. "¡Hay familias con chicos!", les espetó una mujer.

La represión se había apagado pero la tensión continuaba. Las vallas habían quedado tiradas en la calle. La Policía tenía dos cordones en la calle Uruguay, custodiando  un camión, más el hidrante apuntando a los militantes. Pegado a una de las hileras de los efectivos policiales, había dirigentes de La Cámpora como el viceministro de Interior, José Lepere, o el jefe de la bancada de diputados bonaerenses del Frente de Todos, César Valicenti.

Cerca de las 19, se liberó la calle Uruguay para que los efectivos de la Policía se retiraran y retirarar el camión hidrante hacia la calle Montevideo. La militancia se pudo acercar al domicilio para otra noche de vigilia. Allí se reactivaron los cantitos, incluído el "Si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar".

La jornada del sábado fue la más tensa que se vivieron frente al domicilio de la líder del kirchnerismo, ubicado en una zona de electorado antikirchnerista. Antes de los incidentes, un hombre en un Alfa Romeo rojo, presumiblemente nuevo, intentaba a duras penas meterse por Arenales con dirección a Juncal para el garage de su casa, rodeada de militantes kirchneristas. Pese a algún insulto, los presentes permitieron y colaboraron para que el auto que pase. Una vez concluido el paso, un hombre sintetizó la escena: "Te invadimos, que va a ser".

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