La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner recusó a los camaristas Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Javier Carbajo para que no sean los que revisen la condena en su contra en el caso Vialidad. El reclamo está más que justificado. En el caso de Borinsky y Hornos porque se reunían con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos y en Casa Rosada, tal como reveló El Destape en la investigación “Operación Olivos”. Macri dijo públicamente que tenía especial interés en esta y otras causas contra CFK. En el caso de Carbajo ya se apartó él mismo, este jueves.
Uno de los motivos clave para la recusación de Borinsky y Hornos es la investigación de El Destape que reveló que el primero se juntó al menos 16 veces con Macri en la Quinta de Olivos y el segundo lo visitó tanto en la residencia presidencial como en la Casa Rosada.
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Respecto de cada uno de los visitantes de Macri, los abogados de CFK señalaron:
- “El juez Hornos señaló que tenía una ‘relación social’ de antigua data con el ex Presidente Macri. Si así fuera, teniendo en cuenta que Macri hizo público su interés concreto en el desarrollo de las causas seguidas en contra de Cristina Fernández de Kirchner y que durante su gobierno el Poder Ejecutivo, a través de la OA y la UIF, se constituyó como parte querellante en este mismo proceso, el apartamiento del juez Hornos deviene ineludible”
- “Según informan medios de comunicación -nunca desmentidos- (se refiere a El Destape) el juez Borinsky explicó sus quince visitas a la Quinta de Olivos alegando que se trataba de encuentros deportivos en los que se jugaba al tenis o al paddle. Esta explicación, por sí misma, también justifica holgadamente la inhibición del juez, dado que revela una proximidad inadmisible con uno de los interesados en el pleito”
Este medio consultó a Borinsky por esos encuentros y el magistrado lo reconoció; el propio Macri ratificó las juntadas con el juez en una entrevista televisiva; y los documentos oficiales de ingreso a la Quinta de Olivos no dejan lugar a dudas. A lo que esgrimieron los abogados de CFK se podría agregar que Dario Nieto, el secretario privado de Mauricio Macri, tenía anotado en su teléfono celular “Hablar con Borinsky. Tema denuncia, administrativo y penal”.
En el caso de Hornos el propio juez confirmó los encuentros que también están registrados en las planillas de acceso a la residencia presidencial y a la Casa Rosada, todos documentos oficiales y públicos.
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En ambos casos el gobierno de Macri ocultó las reuniones en las planillas que entregó a la ONG Poder Ciudadano. Gracias a la investigación de El Destape, que obtuvo los registros completos de ingresos a la Quinta de Olivos por un pedido de acceso a la información pública, quedaron al descubierto esos encuentros que hoy son el motivo clave de la recusación de Borinsky y Hornos.
CFK también recusó a los camaristas Hornos, Borinsky y Carbajo porque ya intervinieron en este caso de forma tal que evitaron la producción de pruebas, bloquearon una investigación real sobre la Obra Pública del período 2003-2015 como había reclamado la ex Presidenta y dieron por sentada “una supuesta colusión empresarial que a decir de los magistrados fue la resultante de un gravísimo perjuicio para el Estado”. Nada de eso fue probado en el juicio.
Los abogados de CFK resaltaron que el tribunal que la condenó rechazó el 80% de las pruebas ofrecidas para demostrar su inocencia y que los jueces Borinsky y Hornos ratificaron esa negativa, en especial en torno a un estudio pericial sobre cómo se distribuyó la obra pública.
También que los mismos camaristas Hornos, Borinsky y Carbajo frenaron las recusaciones contra los jueces Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu y los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, los protagonistas del juicio oral que culminó con la condena contra CFK. Gorini se reunía con la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich; Giménez Uriburu jugaba al fútbol en el equipo Livepool en la quinta Los Abrojos de Mauricio Macri; Luciani era compañero de equipo de Giménez Uriburu; Mola paseaba por los pasillos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) mientras se desataba el lawfare. Pero todos siguieron en sus cargos gracias a los jueces que ahora tienen que revisar la condena que colaboraron en construir.
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“Cabe enfatizar que la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal jamás debió haber tomado intervención en este expediente, cuyas causas conexas contaban con radicación previa ante la Sala I del Tribunal”, afirmaron los abogados de CFK. ¿Quién tomó la decisión de que el caso recalara en la Sala IV y no en la I? La Corte Suprema, que dio vía libre para esta farsa. La Sala IV es la que integran Hornos, Borinsky y Carbajo, donde el macrismo tiene mayoría automática; en la Sala I, cuando esto se resolvió, estaban Ana María Figueroa, Diego Barroetaveña y Daniel Petrone, que no aseguraban el resultado del lawfare.
Antes de la presentación de los abogados de CFK, el juez Carbajo se excusó de intervenir. Fue porque en otro expediente, conocido mediáticamente como la “Ruta del dinero K”, condenaron a Lázaro Báez por lavado de dinero y consideró que la obra pública que se investigó en la causa Vialidad era parte del delito precedente que generó los fondos luego blanqueados. La defensa de la vicepresidenta sostuvo igual su planteo en su contra.
La defensa de CFK reiteró que todos los que intervinieron en este expediente tenían viciada su participación:
- Julián Ercolini, juez del caso en instrucción, primero lo desestimó pero cuando asumió Macri cambió de postura.
- Su esposa Julia Kenny era colaboradora estrecha del ministro de Justicia PRO Germán Garavano. La Oficina Anticorrupción (OA), que dependía de la la cartera de Garavano, fue querellante en este caso.
- Ignacio Mahiques, fiscal del caso en instrucción, tenía a su hermano Juan Bautista como paladín de las operaciones judiciales del macrismo.
- Eloy Pablo Bona, perito oficial del caso, era explícitamente antikirchnerista.
- El juez Rodrigo Giménez Uriburu y el fiscal Diego Luciani, que intervinieron en el juicio oral, jugaban juntos al fútbol en la quinta Los Abrojos, propiedad de Macri.
- El juez Jorge Gorini, otro de los que definió la condena, visitó al menos 2 veces a la entonces ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que firmó la denuncia original de este caso en 2008.
- Sergio Mola, el otro fiscal del juicio oral, visitó la Agencia Federal de Inteligencia durante el macrismo.
La excusación del juez Carbajo, en principio, la tendrían que resolver sus colegas Borinsky y Hornos. Pero los abogados de CFK plantearon que eso no debe prosperar ya que pidieron el apartamiento de Borinsky y Hornos por, en parte, las mismas razones que habían reclamado el de Carbajo. “Al encontrarse formalmente recusados, los magistrados Hornos y Borinsky no pueden ni deben tomar intervención alguna en el trámite del proceso”, dice el escrito presentado por Carlos Beraldi y Ary Llernovoy este jueves. Pidieron que se unifique la excusación de Carbajo y las recusaciones a Borinsky y Hornos y se sortee a otros jueces de la Cámara de Casación para que resuelvan. Aclararon, precavidos, que quieren estar presentes en el sorteo.