El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti pidió al presidente de ese tribunal, Horacio Rosatti, "el inmediato desplazamiento del director general de su vocalía, Silvio Robles, por graves faltas éticas" a raíz de los supuestos chats en los que intercambiaba información sobre casos que se tramitaron en el tribunal supremo. Así lo expresó el oriundo de Rafaela en un documento que escribió después del balotaje que ganó Javier Milei, pero que recién ahora se conoce. Lorenzetti cuestionó la conducta Robles y requirió que presente su descargo sobre los hechos que se le atribuyen.
Asimismo, en el escrito de 12 páginas, Lorenzetti expuso a Rosatti por su supuesta decisión de "paralizar todo tipo de decisiones hasta que terminen o el juicio político o el proceso electoral". Y expresó: "Nunca entendí que ello significara ocultar esperando que el paso del tiempo haga olvidar, porque la sociedad no olvida; siempre reclama", advirtió el ex presidente del máximo tribunal.
Silvio Robles es el principal colaborador de Rosatti y apareció en la filtración de supuestos chats con el ex ministro de Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro en los que intercambiaban do información y opiniones sobre el reclamo de la Ciudad por la coparticipación y la disputa por una banca en el Consejo de la Magistratura. Si bien no avaló esos presuntos diálogos, Lorenzetti apuntó: "Es doloroso hacer un planteo de esta naturaleza, pero es inevitable si realmente pensamos en el país, en la institución y en la sociedad".
Procurando poner en potencial los supuestos diálogos difundidos en algunos medios, en el documento dirigido a Rosatti señaló: "En esas reuniones habría transmitido información interna acerca del estado en el que están, los votos que tienen cada uno de ellos y se habría comprometido a acelerar o demorar el procedimiento". A lo que agregó: "Todo ello se agrava porque el funcionario invoca hablar en representación de tres ministros, a los que llama despectivamente ´el tridente´ o ´los tres mosqueteros´. Existen publicaciones que mencionan estos hechos, lo cual es suficiente para promover un sumario. Pero, además, hay numerosos testigos dentro y fuera de esta Corte, que deberán ser citados a declarar en el período de prueba, una vez que se ordene la instrucción del sumario".
Lorenzetti le reprochó a Robles que "no ha ejercido ninguna acción destinada a brindar la información sobre esas imputaciones, como corresponde a un funcionario público" y cuestionó: "Por el contrario, ha dedicado todos sus esfuerzos a evitar que se aclare, sin siquiera sentir el pudor esperable frente a la envergadura y estado público de la cuestión".
Sobre esta actitud, ejemplificó: "Se ha negado a presentar su teléfono para que sea peritado y a dar cualquier tipo de explicación. Y, además de negarse, ha deducido todo tipo de recursos para evitar ser investigado. Aunque pueda objetar la legalidad del requerimiento, un funcionario de la Corte Suprema debería haber ofrecido otras vías para definir su situación".
Lorenzetti advirtió que "esa conducta reticente genera la sospecha de que algo tiene que ocultar" y evaluó que "produce un grave daño a la imagen pública de la Corte Suprema" ya que "nada similar ha ocurrido en la historia" del máximo tribunal.
Además, le recordó al propio Rosatti su posición respecto a que "siempre hay que ponerse a disposición para el esclarecimiento de los hechos" por lo que cargó: "No es correcto que esa obligación recaiga sobre los demás y no sobre un funcionario de su vocalía que lo representa en todos los ámbitos públicos".
La nota se conoció después de que la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados emitió un dictamen de mayorí para avanzar en el proceso a los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia, a quienes acusan "de mal desempeño de sus funciones" en las causas por la derogación de la ley del Consejo de la Magistratura, los fallos de coparticipación y de la ley del 2x1 en favor de represores, y el manejo de la obra social del Poder Judicial.