El aumento de los contagios y el avance de la pandemia, con foco en el Área Metropolitana, multiplicó los reclamos de los profesionales de la salud de los hospitales públicos en todo el país. Escasez de materiales de protección y prevención, precarización laboral, fallas en la infraestructura hospitalaria, guardias extenuantes, servicios cerrados y lugares que aún no cuentan con la implementación de protocolos. Hay quejas por la demora en el pago del bono de 5000 pesos que dispuso el gobierno nacional. También denuncian persecución judicial.
La exposición al contagio es aún más sensible para quienes están en la primera línea: las enfermeras y enfermeros. Según cálculos de los propios trabajadores, cubren alrededor del 80% de la atención directa desde que el paciente toma contacto con el sistema de salud.
La mayoría tiene dos y hasta tres trabajos para completar un salario digno. Muchos trabajan la semana completa, hasta doce horas por día, sin jornada de descanso. Dicen que los aplauden todas las noches, los reconocen sus familiares y amigos, los dirigentes políticos y los periodistas, pero denuncian las condiciones en las que trabajan diariamente.
Desde el ministerio de Salud de la Nación informaron que el 10,5% de los infectados en todo el país son profesionales de la salud. Ya son más de 1500 los casos detectados, con mayor impacto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la provincia de Buenos Aires, Chaco, Santa Fe, Río Negro y La Rioja.
El número de infectados podría superar los 12.000 en el pico de la pandemia, según advierten los sindicatos nacionales que nuclean a los trabajadores de la salud.
El porcentaje disminuyó en relación a la primera semana de mayo, cuando representaba un 16,7% del total de infectados en el país, según los números oficiales, por el fuerte aumento de los contagios concentrados en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, informó en su conferencia del último viernes, que entre el 10 y el 14% de los positivos locales son integrantes del equipo médico.
El número no alarma, por ahora, a los especialistas. En otros países la tasa de contagios está por encima del 16 o 20%. Pero advierten que todavía no llegó el peor momento de la pandemia.
“La enfermería está muy maltratada y subestimada. El enfermero es el primer trabajador de la trinchera y tenemos muchos casos de compañeros infectados”, dice Héctor Ortíz, enfermero de los hospitales porteños Durand y Elizalde.
“Los materiales de protección son escasos y de mala calidad, los recibimos a cuentagotas. La infección crece en todos los hospitales”, advierte en diálogo con El Destape. Tiene dos trabajos, seis horas en cada uno. “Es agotador pero no hay otra manera de llegar a un sueldo”.
“Lo que más nos duele es que no nos reconozcan como profesionales”, dice Héctor.
En la Ciudad de Buenos Aires reclaman hace años ser reconocidos como profesionales. El gobierno porteño les niega esa categoría. Son considerados como "personal administrativo". El sueldo promedio por turno es de 35 mil pesos mensuales.
“Estamos poniendo el cuerpo, necesitamos un reconocimiento real de bolsillo y condiciones de trabajo, estamos sobrecargados”, cuenta Christian Acosta, enfermero de terapia intensiva del hospital Ramos Mejía, en CABA.
“Hay mucha burocracia para la entrega de materiales en todos los hospitales. Para retirar cualquier material te hacen firmar una planilla, mostrar el DNI, una declaración jurada por un barbijo. A veces tenés que hacer una fila de 15 personas”, dice Acosta a El Destape, miembro del consejo directivo de la Asociación de Enfermería de Capital Federal (AECAF). Tiene 35 años y es enfermero desde los 19. “En el Ramos ya se infectaron muchos enfermeros”.
Esta semana hubo una asamblea de residentes y concurrentes del Hospital Ramos Mejía. Difundieron un video en el que cuentan que “a veces hasta nos toca descansar un rato juntando dos bancos de madera”.
En la misma línea, también esta semana en el Hospital Rivadavia realizaron una asamblea y conferencia de prensa en la que comunicaron: “Nos estamos enfermando. Los trabajadores de la salud no queremos morir en el intento”.
Gabriela Elías trabaja en el territorio como parte del equipo del Plan Detectar en los barrios. Es licenciada en enfermería y especialista en control de infecciones. Está todos los días en la villa 20, en el límite entre Lugano y Soldati. “La enfermería es clave, trabaja sobre las necesidades insatisfechas de la población”, dice.
“Mientras estamos en terreno y activas, y más cuando trabajás en los barrios, te sentís bien. Estás cuidando a la población y formás parte de un engranaje que se tiene que mover para que sacar del riesgo a esa gente. El problema es cuando llegás a casa. La angustia y el miedo de contagiar a la familia”, cuenta Gabriela a El Destape.
“La pandemia está dejando al descubierto la mala gestión y el desinterés por la salud que siempre advertimos. Me angustia y me da mucha bronca. Tenemos enfermeras contagiadas y cada vez se van detectando más casos”, dice Analía Perelló, enfermera del Hospital Borda, uno de los cuatro nosocomios porteños, donde el viernes 22 de mayo un interno murió luego de ser atacado por cinco perros mientras caminaba por el parque del hospital.
“Tuve que presentar un amparo judicial para que me entreguen materiales de protección, nos mezquinan los insumos”, destaca Perelló a El Destape. “No tenemos idea de cuál es el plan, no nos dicen nada, se necesita recurso humano y económico sino esto se va a desbordar”.
En la provincia de Buenos Aires, la Asociación Sindical de Profesional de la salud bonaerense (CICOP) expresó su preocupación ante el avance de la pandemia. En un comunicado de esta semana, alertaron sobre la necesidad de incorporar más personal para evitar “cuellos de botella”.
La falta de elementos de protección personal es un reclamo que se repite en el diálogo con enfermeras y enfermeros, y profesionales de la salud de todo el país.
El martes 9 de junio habrá una Jornada Nacional y Federal de lucha convocada por la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA). La convocatoria surge después de una semana de movilizaciones en todo el país que mostraron el profundo descontento de los trabajadores sanitarios.
“Nos acercamos al pico de casos en medio de una situación social que se deteriora e impacta de lleno en los recursos del sistema de salud. Es necesario abrir un debate sobre la injusticia fiscal en Argentina y promover medidas para que sean los sectores económicamente más poderosos los que hagan el mayor aporte para enfrentar el impacto de la pandemia”, sostuvo María Fernanda Boriotti, presidenta de la Federación.
Esta semana, en Córdoba, hubo una masiva movilización en autos para protestar contra las imputaciones judiciales a dos médicos acusados de ser presuntos responsables de la propagación del coronavirus en el geriátrico Santa Lucía de Saldán. "Ni héroes ni asesinos, somos médicos", fue la consigna. También pidieron mejores condiciones sanitarias en sus lugares de trabajo.
En varias ciudades de la Argentina, los médicos realizaron este sábado una caravana de vehículos, una “manifestación pacífica con todas las medidas de prevención, con tres ejes de reclamo: el cese de la precarización laboral, los insumos y equipos de protección y el repudio a la persecución judicial. La Red de Médicos Integrada de Argentina (Redima) es la entidad que convocó a la movilización nacional.
Silvia es enfermera en el Hospital Ramón Carrillo en Sáenz Peña, provincia de Chaco. También denuncia que están desprotegidos y con escasos elementos de protección personal. “Yo me compré una antiparra y un protector facial, eso lo debería proveer el ministerio de Salud Pública. La situación es fea, no sabemos qué va a pasar si llega a haber un brote. Nos dan unos camisolines que son una burla”, dice a El Destape. “Estamos enojados, somos los que estamos al frente. Igual vamos al campo de batalla”.
En Mendoza, Cristian Olguín, enfermero del Área Sanitaria de Las Heras, dice que “el gran problema acá es la precarización laboral, es terrible. Hay muchos prestadores de servicios, les pagan dos mangos, facturan, no hay relación laboral. Los toman por el invierno y después los dejan sin trabajo”.
Varios de los trabajadores consultados describen que sienten bronca y enojo cuando observan las inconductas sociales, el desprecios a las medidas de prevención y la militancia anticuarentena en los medios de comunicación.
“No entiendo cómo se les puede ocurrir, no se dan cuenta lo que está pasando en el resto del mundo. Y no tan lejos, acá nomás en Brasil y Chile es un desastre”, dice la enfermera Gabriela Elías. “Por favor sean concientes y cumplan las medidas básicas que se piden para que podamos ayudarlos”.
Esta semana comienza la implementación de la Ley Silvio y el Estado pagará el primer bono de 5000 pesos para los trabajadores de la salud
Las autoridades de Salud del gobierno nacional y los sindicatos del sector mantuvieron una reunión por videoconferencia este jueves.
El secretario de Calidad en Salud de Nación, Arnaldo Medina, les anticipó que esta semana se firmará la resolución con la que comenzará a implementarse el Programa de Protección al Personal de la Salud tras la aprobación en el Congreso, de manera virtual y por una unanimidad, de la denominada “Ley Silvio”, que lleva ese nombre en homenaje a Silvio Cufré, el primer enfermero fallecido por coronavirus.
La ley declara “prioritaria para el interés nacional la protección de la vida y la salud del personal del sistema de salud argentino".
Y dispone que los trabajadores deben estar representados en los Comité de Crisis en todas las provincias y ciudades, para informar y discutir con los directores de los hospitales los operativos sanitarios y distribución de los insumos, como reclamaban los sindicatos.
También el Gobierno anticipó que el primer bono de 5000 pesos para los trabajadores de la salud se pagaría entre el 6 y 8 de junio. Lo anunció en marzo el presidente Alberto Fernández, fue reglamentado en abril mediante una resolución conjunta de los ministerios de Salud y Trabajo, y corresponde a todos los que presten servicio en los meses de abril, mayo, junio y julio en establecimientos de salud públicos y privados de todo el país. La asignación se pagará a través de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).