Entre el 1 y el 7 de marzo, cuando recién se iniciaban las clases presenciales en los niveles inicial y primaria, el AMBA registró un promedio diario de 1.911 casos. Luego de tres semanas, con el nivel secundario también en la modalidad presencial, los casos diarios promedio por semana escalaron a 5.160.
En tanto, la semana de entre el 12 y el 18 de abril, es decir a un mes del inicio de clases en todos los niveles, los casos diarios se dispararon hasta llegar a 9.828 como promedio semanal en los 40 municipios del Área Metropolitana que rodea la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De esta manera y, según explicaron desde el ministerio de Salud provincial, “se quintuplicaron los casos y los expertos coinciden en que resulta evidente que esta tendencia se relaciona, en gran medida, con el aumento de la circulación de personas”. En ese sentido el mismo titular de la cartera sanitaria, Daniel Gollan, a través de sus redes sociales ratificó que “el problema no son las clases, el problema es la circulación”.
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El transporte público, factor transmisor de la enfermedad
El ministerio de Salud de la Nación explicó que “hay que considerar que desde el inicio de clases, con presencialidad alternante, se incrementó un 25% el uso de transporte público”. Además agregaron que “el riesgo individual bajo aumenta cuando se incrementa la prevalencia de la enfermedad en la población. De la misma manera que el aumento en la circulación de personas que implica la presencialidad escolar, facilita la transmisión viral”.
La cartera sanitaria nacional comparó las dos semanas previas al inicio de clases con los últimos 15 días: “Se observa que los grupos de edad escolar presentan un aumento proporcional mayor al resto de las edades”. En ese sentido, el crecimiento exponencial y veloz que se registró en el AMBA en las últimas semanas “hacen que sea imposible separar el riesgo individual del riesgo colectivo”.
Para ello remarcaron que “para tener una presencialidad cuidada no alcanza con las medidas individuales en instituciones educativas, sino que es necesario implementar medidas colectivas para impactar en la transmisión comunitaria”. El objetivo de las restricciones “intensificadas, transitorias y localizadas es disminuir la velocidad de los contagios para evitar que el aumento exponencial de casos ponga en riesgo el sistema de salud”.
Restricciones en todo el mundo
La influencia de este tipo de medidas sanitarias fue analizada y publicada por la revista científica especializada The Lancet en un estudio sobre 131 países. Los científicos concluyeron que las Intervenciones No Farmacéuticas (NPI, por sus siglas en inglés), incluido el cierre de escuelas, el cierre del lugar de trabajo, la prohibición de eventos públicos, la prohibición de reuniones de más de diez personas, los requisitos para quedarse en casa y los límites de movimiento interno, están asociados con una transmisión reducida del coronavirus.
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A modo de ejemplo, en Francia se decretó el cierre total de clases el 31 de marzo de 2021, con un promedio de 37.997 nuevos contagios por día. En Portugal cerró todos los colegios el 22 de enero de 2021 ante la propagación de la variante británica, con un promedio de 11.524 nuevos contagios por día. El 5 de abril comenzó la reapertura de las escuelas, con 397 casos diarios en promedio. Italia suspendió las clases presenciales el 2 de marzo en las “regiones rojas”, con 17.610 nuevos casos por día.
En Latinoamérica, Chile suspendió las clases el 15 de marzo con un promedio de 5.100 nuevos contagios por día. El país vecino de Uruguay anunció el cierre total de la escolaridad el 25 de marzo, con los casos promediando los 1.806 nuevos contagios. En tanto que en Paraguay las clases fueron suspendidas el 18 de marzo, con un promedio de 1.984 contagios nuevos.