La materia prima elaborada en la planta de Hugo Sigman en Garín, que debía enviarse a México para fraccionar y envasar 12,8 millones de vacunas para Argentina, México y el resto de países latinoamericanos, fue desviada por Sigman a Estados Unidos. Se encuentra varada en una filial de AstraZeneca en el Estado de Ohio, según confesó el empresario al diario El País de Madrid.
Desde el 18 de enero, Sigman ha despachado desde Ezeiza, cada semana el antígeno necesario para producir 6 millones de vacuna en el laboratorio Liomont de México que debían comenzar a aplicarse a comienzos de marzo. Pero la empresa mexicana no envasó una sola dosis aduciendo que sus proveedores estadounidenses no le entregaban los materiales necesarios -desde filtros hasta frasquitos-, porque se trata de insumos estratégicos en un momento en que las vacunas escasean en todo el mundo y EEUU no permite su salida.
A raíz de este atraso, Argentina y México se vieron obligados a comprar la vacuna Covishield, que es la versión india de la misma vacuna de AstraZeneca que debían producir los empresarios Hugo Sigman y Carlos Slim. Al mismo tiempo, los engaños del laboratorio mexicano –contratados por Slim-, quedaron al descubierto esta semana cuando otro laboratorio azteca anunció que se había convertido en el primero del continente en envasar la vacuna Cansino.
En un intento por desactivar el escándalo a punto de estallar, el canciller Mexicano Marcelo Ebrard anuncio esta semana que la primera partida de los 23 millones de vacunas contratadas por Argentina estarían listas a finales de Abril. Evidentemente, ni los gobiernos ni las cancillerías de Argentina y México saben que la mitad de esas vacunas fueron desviadas por Sigman hacia EEUU y que seguramente ese país no permitirá la salida de ese material de su territorio. Por otra parte Ebrard tampoco tuvo en cuenta que una vez terminada la producción se necesitan entre tres y cuatro semanas para estabilizar el producto antes de someterlo a un obligatorio control de calidad. Con lo cual los plazos se seguirán dilatando.
Frente a las demoras argumentadas por su contraparte mexicana, el empresario argentino debería haber detenido los envíos y haber resuelto la manera de completar el ciclo de la vacuna en territorio nacional, donde hay varios laboratorios estatales y privados en condiciones de hacerlo y tres de ellos contactaron al gobierno para hacerlo. Sin embargo, de manera unilateral, Sigman desvió por lo menos dos cargamentos destinados a México y los redirigió a una filial que envasa AstraZeneca en el Estado de Ohio en EEUU donde esa vacuna ni siquiera está autorizada y probablemente no se le permita su exportación.
En momentos en que se libra una cruenta carrera contra reloj para conseguir vacunas y paliar los devastadores efectos de una inminente segunda ola, Hugo Sigman se ha llamado a silencio y se niega a dar explicaciones públicas sobre su decisión unilateral de desviar de México a EEUU la tan preciada materia prima que significa la diferencia entre la vida y la muerte para miles de personas.
Solo el prestigioso diario El País de España -que es donde Sigman reside- consiguió que explicara lo inexplicable: El verdadero destino del antígeno que partió silenciosamente desde Garín. “Como la vacuna de AstraZeneca no está autorizada aún en Estados Unidos (la luz verde se prevé para abril), la factoría estadounidense de la multinacional, sin problemas de desabastecimiento, se encargará de realizar por unas semanas la tarea de Liomont”, confió Sigman ante El País y prosiguió: “Ya hemos enviado el equivalente de 6.400.000 dosis desde Argentina a Estados Unidos y la semana próxima saldrán otras 6.400.000”, dijo Sigman sin inmutarse.
Al igual que ha hecho Europa frente a escándalos similares con AstraZeneca, el gobierno nacional debería prohibir la salida de la materia prima hasta tanto Hugo Sigman rinda cuentas sobre el paradero de las vacunas, que en lugar de ir a México terminaron el Ohio.
Al mismo tiempo 200 personalidades de la medicina y la ciencia reclamaron al ministerio de Salud que la producción de la vacuna que se realiza en la planta bonaerense de Garín sea fraccionada y envasada en laboratorios públicos y privados argentinos.
La Argentina se encuentra a las puertas de una tragedia, no es momento para someterse a los caprichos de uno o de varios laboratorios farmacéuticos.