Es la primera vez que un jefe de Gobierno se reúne con la representación de los movimientos sociales. Nunca Macri los recibió durante sus ocho años de mandato porteño. Ahora, Horacio Rodríguez Larreta consideró que era el momento de convocarlos al diálogo, con 23 muertos y 2841 contagios por coronavirus en las villas de la Ciudad.
Las organizaciones hicieron explícito el pedido de renuncia de Diego Fernández, el secretario de Integración Social y Urbana de la Ciudad, por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Consideran que es uno de los responsables de que la Villa 31 -Barrio Carlos Mugica- haya estado 13 días sin agua en plena pandemia, como denunció públicamente la referente en ese barrio de La Poderosa, Ramona Medina.
La reunión comenzó con el reclamo de Barrios de Pie a Larreta por el fallecimiento de Agustín Navarro, coordinador de un merendero en la Villa 31, el tercer referente social que falleció luego de contagiarse en el barrio. Todos los referentes llegaron a la reunión con fotos de Navarro.
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Pidieron la creación de un comité de crisis y la declaración de la emergencia sanitaria, exigieron el refuerzo de alimentos e insumos de higiene, y que se reconozca económicamente a las trabajadoras que sostienen los comedores y las postas sanitarias en los barrios, entre otros reclamos urgentes, y la necesidad de avanzar en la creación de un Consejo de la Economía Popular, autárquico, para ser incluídos en la articulación de las medidas necesarias para la pospandemia.
Advirtieron a Larreta sobre el “cuello de botella” que se conforma porque no hay lugares intermedios para la espera de resultados de los isopados.
“Estamos más tranquilos porque el Gobierno nacional se metió en las villas con el programa de testeos, pero la aplicación del sistema público de salud depende de la Ciudad. Hay un cuello de botella en las unidades intermedias con aquellos que esperan que les den el resultado, que tarda entre 12 y 72 horas”, dice Rafael Klejzer, referente del Movimiento Popular La Dignidad, presente en la reunión.
Las organizaciones sociales son las encargadas de identificar los casos sospechosos en los barrios, y acompañarlos a realizarse el testeo. “De cada 100 que llevamos a Retiro, 80 dan positivo. Y de cada 100 en Barracas y Bajo Flores, 70 son positivos”, detalla Klejzer en diálogo con El Destape.
Además, solicitaron el reconocimiento económico y registro del trabajo de cuidado y acompañamiento sociocomunitario que realizan las mujeres, responsables de comedores y merenderos, promotoras de salud, de género y comunitarias. Según los participantes de la reunión, el gobierno porteño mostró predisposición a la posibilidad de otorgarlo.
“Las compañeras están en la primera línea de trabajo, es importante que haya un reconocimiento a esa tarea”, dice Nahuel Casademunt, integrante de la mesa promotora de la UTEP CABA (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), también presente en la reunión.
En esa línea, plantearon que en la Ciudad de Buenos Aires ya existe una ley 2956, de Grupos Comunitarios, que reconoce esos trabajos pero como voluntarios. Piden modificar esa ley en la Legislatura para que sean remunerados. “Las compañeras cocinan tres veces más y muchas gastan de su propio bolsillo”, advierte Casademunt a El Destape.
El gobierno porteño reconoce unos 500 comederos en la ciudad. Las organizaciones calculan que ese número se duplica y llega a casi 1000 en territorio porteño, que alimentan a más de 100 mil personas.
Marcaron la urgencia de universalizar las asistencia alimentaria y el abastecimiento de agua y gas en las villas para garantizar el aislamiento social y frenar la circulación comunitaria del virus.
“Las organizaciones que estábamos ahí representamos el 60 por ciento de los comedores en toda la ciudad”, explicó Klejzer.
Sobre el vínculo entre Larreta y Alberto, las organizaciones revelaron que el jefe de Gobierno contó que “hay muchos, en diferentes espacios tanto a nivel nacional como en la Ciudad, que pujan para que se peleen, pero él no se va a pelear”
“Somos parte de la solución. Estamos en el territorio. El 80 por ciento de los hisopados que se hacen surgen de las postas sanitarias que articulamos los movimientos sociales”, destaca Casademunt para graficar la participación clave que tienen las organizaciones en el territorio.
De todas maneras, Larreta se atajó y le advirtió a los referentes sociales que la recaudación de la Ciudad cayó en un 50 por ciento” por lo que hoy paga salarios y actividades esenciales, nada más”. La generación nuevos planes de contingencia dependerá de futuros acuerdos con el Gobierno nacional, según dijo Larreta.
Algunos participantes de la reunión confiaron que el jefe de Gobierno se mostró en línea con Alberto Fernández. “Dijo que hay muchos, en diferentes espacios tanto a nivel nacional como en la Ciudad, que pujan para que se peleen, pero que él no se va a pelear”, contó uno de los presentes.
Atentos a la situación en las villas del conurbano bonaerense, en particular Villa Azul en Quilmes y Avellaneda, las organizaciones destacaron su preocupación por el aislamiento total del barrio. “No nos parece que sea la forma de contener la crisis sanitaria. Hubo un compromiso explícito de Larreta de no aislar a ningún barrio en la Ciudad”, dijeron a El Destape.
Además, plantearon la creación de un Consejo de la Economía Popular, Social y Cooperativa para la construcción de estrategias de fortalecimiento del sector ante la crisis y la pospandemia. Los presentes en la reunión confiaron que Larreta tomó la idea y se comprometió a avanzar en la implementación.
De la reunión participó junto a Larreta la ministra de Desarrollo Social, María Migliore. Recibieron la UTEP Capital, con ocho organizaciones sociales, y también a la CTA autónoma y el Frente de Organizaciones en Lucha.
Según informaron las organizaciones, Larreta y la ministra Migliore tomaron nota de todos los planteos y se comprometieron a realizar las mesas de trabajo junto a los demás ministerios.