El presidente Alberto Fernández almorzó este jueves con los principales referentes de la CGT, en una conversación que tuvo como plato principal a las obras sociales, ya que la central obrera apuesta a tener injerencia en la designación del sucesor del fallecido Eugenio Zanarini al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud y en medio de la delicada situación financiera de los organismos que brindan cobertura sanitaria.
El encuentro fue en la Quinta Presidencial de Olivos: para encabezar la comida, el mandatario suspendió su participación presencial en el lanzamiento de la "Convocatoria de proyectos para el Desarrollo Armónico con Equilibrio Territorial", una iniciativa impulsada por el Consejo Económico y Social (CES), y se sumó de manera virtual.
La comitiva de la central obrera estuvo integrada por los secretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña, y los líderes de la UOCRA, Gerardo Martínez; de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri; de UPCN, Andrés Rodríguez; de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri; y de la UOM, Antonio Caló.
Además de evaluar la situación económica y laboral en medio de la segunda ola de contagios de coronavirus, el tema destacado fue las obras sociales: tanto en lo que respecta al aspecto financiero, como a la designación de quien será el sucesor de Zanarini al frente de la SSS. El funcionario nacional falleció el pasado martes y la vacante que dejó ese suceso puso en alarma a los sindicalistas, que quieren tener injerencia para definir el nombre del nuevo hombre a cargo de manejar los fondos de las obras sociales.
La central obrera puso dos nombres sobre la mesa de la Quinta de Olivos: David Aruachán, un médico cirujano, ex presidente de la obra social de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y actual gerente general de la SSS; y José Bustos, un abogado especializado en temas de salud, que fue colaborador de Héctor Capaccioli en el organismo durante la gestión de Néstor Kirchner y quien hoy se desempeña como gerente de Gestión Estratégica de la Superintendencia.
Asimismo, los referentes sindicales pidieron que el Gobierno reanude la ayuda económica a los trabajadores que quedarán afectados por las nuevas restricciones sanitarias, a través de la reactivación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).