El presidente Alberto Fernández confirmó que el aislamiento social se extenderá hasta el 24 de mayo y que el AMBA no avanzará a la fase cuatro de confinamiento, al ser el sector con más casos positivos de todo el país. Frente a quienes piden una total apertura económica, remarcó que la prioridad de su Gobierno es cuidar la salud de los ciudadanos.
Desde Olivos, acompañado por el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció que "toda la Argentina, salvo el AMBA, pasará a la fase cuatro de reapertura progresiva". Y sumó: "Sin embargo, la Ciudad y provincia de Buenos Aires seguirá en la tercera, de apertura por segmentación según el municipio y la zona".
El transporte interjurisdiccional seguirá estando prohibido, por lo que las empresas deberán garantizar el traslado de los trabajadores a sus puestos de empleo, sostuvo el mandatario. Mientras que el transporte público urbano deberá continuar trabajando con capacidad limitada y los expertos recomendaron reforzar el cuidado de los adultos mayores.
"La cantidad de casos se ha logrado ralentizar un poco más, la cantidad de fallecimientos están dentro de lo que esperamos que podría ocurrir. Las cosas están ocurriendo como lo venimos pensando y planeando", aseguró el Presidente y manifestó un "enorme orgullo" por el comportamiento de los ciudadanos para acatar la cuarentena y cumplir los objetivos pactados.
En comparación con la región, Fernández demostró que la situación argentina es mucho mejor que la de varios países vecinos, como Brasil y Chile, lo que permite "mostrar el éxito de control" sobre la pandemia. Pero pidió "no perder de vista que éste es un virus que nosotros salimos a buscar", por lo que cuánto mayor sea la protección, mejor evolucionará la situación sanitaria. "Tiene sentido el esfuerzo que estamos haciendo", remarcó al contrastar la tasa de mortalidad que registra el país frente al resto del mundo: "Logramos aplanar la curva de contagios", resumió.
En materia productiva, el mandatario recordó las diversas medidas y herramientas de asistencia económica impulsadas por el Estado ante la crisis que generaron la pandemia y la cuarentena. Pero recordó: "Lo que más nos interesa es preservar la vida de la gente".
En este sentido, le respondió a quienes impulsaron una campaña contra la cuarentena. Éstos argumentaron que los países que priorizaron la economía no tuvieron un mal resultado sanitario. Pero comparó a Suecia, ejemplo de ello, con Noruega. Dos países pegados, pero el primero no respetó un aislamiento total y el segundo sí. Por eso, los suecos tienen 14 veces más muertos que su vecino, lo que equivale a "13.900 argentinos que pueden morirse".
También hizo referencia a la situación de los Estados Unidos, y lo puso de ejemplo "para que no mientan más, porque generan ansiedad y preocupan a la gente". El país del norte no aplicó controles drásticos para controlar la pandemia, se convirtió en un nuevo foco de infección y aún así perdió 20,5 millones de empleos sólo en un mes. "No me van a torcer el brazo, voy a cuidar a la gente antes que nada", les respondió a los operadores de la oposición. "Nos quieren hacer creer que si abrimos la economía la gente va a estar mejor, pero si abrimos la economía vamos a terminar como terminó Suecia", finalizó.
Pese a ello, la nueva fase no implicará la reapertura de colegios y universidades, tampoco estarán permitidos los eventos públicos y privados, los cines, teatros, centros culturales y clubes; el transporte público de pasajeros interurbano, interjurisdiccional e internacional y las actividades turísticas.
Esta apertura será una prueba para ver cómo evoluciona la curva de contagios camino a una nueva normalidad, como ya está ocurriendo en otros países del mundo. Si se mantienen los cuidados, la distancia social y la higiene personal, el camino de la flexibilización continuará pero el Presidente ya aclaró que puede volverse atrás en cualquier momento, en caso de que ésto no funcione.