Con la curva de contagios de coronavirus en ascenso, el gobierno de Córdoba busca crear conciencia y que la mayor cantidad de gente acuda a vacunarse. Es que tanto en el gobierno provincial como en las administraciones municipales detectaron reticencia de empleados a vacunarse.
Hasta el 31 de enero pasado, en Córdoba había 145 mil contagiados de COVID-19; y en sólo cinco días de febrero ya hay 2.000 nuevos casos. El jueves murieron siete pacientes, con lo que la cifra de víctimas fatales ya trepa en Córdoba a 2.715.
Desde la llegada a Córdoba de los primeros embarques de la vacuna Sputnik V a fines de diciembre de 2020, hubo una fuerte campaña de vacunación entre el personal de salud pública y privada. Luego, se amplió a personal de los equipos de salud mayores de 60 años de edad. Y desde el pasado lunes 1° de febrero vacunan en geriátricos con capacidad de más más de 50 camas.
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Pero en las últimas semanas las áreas de Recursos Humanos detectaron que hay empleados estatales licenciados por ser pacientes de riesgo que están en condiciones de recibir la vacuna, y que aún así se niegan a ser inmunizados.
Desde el Ministerio de Salud cordobés ven con preocupación que la gente –y particularmente los empleados del Estado- no se vacune y apuestan a lograr la inmunidad de rebaño pasado el primer semestre de 2021. “No podemos tener la economía parada, frenada, sin actividad. A mayor cantidad de habitantes vacunados, habrá mayor inmunidad y se podrá volver a la normalidad”, destacaron desde la cartera sanitaria.
En Córdoba, en los estamentos del Estado provincial y municipal hay tres modalidades frente al COVID-19: trabajo presencial por burbuja; teletrabajo y licencias COVID-19, donde los agentes no prestan funciones por pertenecer a grupos de riesgo, como mayores de 60 años de edad, tener patologías preexistentes como hipertensión, diabetes, o enfermedades coronarias o respiratorias.
Sin embargo, hay lotes de empleados que tras vacunarse, podrían volver a sus actividades laborales pre pandémicas. Con la llegada de más partidas de vacunas, ya sea la Sputnik V provista hasta ahora por la Nación, u otras como la china Sinopharm o la británica AstraZeneca; el Gobierno cordobés apuesta a vacunar masivamente y que los empleados estatales regresen a sus tareas con normalidad.
Hay casos donde empleados estatales con patologías preexistentes no quieren vacunarse para no volver a trabajar, ya que están acogidos a la licencia COVID-19. Por ejemplo, en el Hospital Municipal Infantil de la ciudad de Córdoba, hay 48 agentes con el beneficio de licencia COVID-19 y sólo uno no está en condiciones de recibir la vacuna por estar inmunodeprimido. “Lo grave es que los otros 47 casos están aptos para vacunarse y se niegan a hacerlo”, dicen desde el gobierno del intendente capitalino Martín Llaryora. Igual situación se da en dependencias de la Provincia.
Y lo mismo sucede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, advirtió esta mañana que “entre el 30% y el 40% de los trabajadores de la salud no quieren vacunarse”.
Frente a estos casos, el Ministerio de Salud cordobés y el Centro de Operaciones en Emergencia (COE) alertaron al gobernador Schiaretti, quién decidió reforzar las campañas de concientización para recibir la vacuna contra el coronavirus. Como el personal licenciado está amparado por sus patologías preexistentes y al ser de carácter voluntario la recepción de la vacuna, el Estado está encorsetado: “No se puede obligar a los agentes a trabajar por una cuestión sanitaria y tampoco se los puede obligar a vacunarse”, admiten en Córdoba.
Por esa razón, para darle impulso a la campaña de vacunación, esta mañana el gobernador Juan Schiaretti recibió la primera dosis de la vacuna Sputnik V en el Centro de Convenciones Córdoba, el principal centro de vacunación provincial. El Ministerio de Salud cordobés y el Centro de Operaciones en Emergencia (COE) lanzaron una campaña de vacunación para adultos mayores de 60 años de edad, residentes en geriátricos con más de 50 camas y docentes en actividad. El pasado lunes 1° de febrero, la Provincia recibió 5.000 dosis de vacunas Sputnik V enviadas por la Casa Rosada que se destinó al personal de salud mayor de 60 años de edad y a los residentes en geriátricos.
El ministro de Salud cordobés, Diego Cardozo aseguró que “la intención de Córdoba es vacunar en los próximos seis meses a 2,7 millones de personas; y para eso es necesario que la Provincia adquiera vacunas, más allá de las que provea la Nación. Ya tenemos el compromiso de ciertas áreas de la industria farmacéutica para cuando terminen las negociaciones con el Gobierno nacional y habiliten las conversaciones con los gobiernos provinciales”.
El gobernador Schiaretti había adelantado hace dos días: “Quiero reiterar la decisión de nuestra Córdoba de vacunar al 70% de la población, vamos a comprar las vacunas que hagan falta para alcanzar esta meta cuando entren a venderle los laboratorios a los estados subnacionales”.
Schiaretti tiene 71 años, en 2019 le colocaron cuatro stents coronarios y padece diabetes. Ayer se supo que el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta fue contacto estrecho de la ministra de Educación de Santa Fe, Adriana Cantero, quien dio positivo en un test de COVID-19. El miércoles, Trotta se había reunido en Córdoba con Schiaretti y el ministro de Educación provincial, Walter Grahovac.
Córdoba fue el primer distrito del interior que abrió sus actividades y la curva de casos se descontroló. En las sierras, principalmente Villa Carlos Paz y el valle de Punilla donde se concentra la mayor oferta turística; es común ver gente sin barbijo y distanciamiento social. Por esa razón, desde el Gobierno cordobés apuestan a la vacunación masiva para intentar detener la pandemia.