La dupla Martín Llaryora - Daniel Passerini, gobernador e intendente recientemente electos, ya juegan de cara a las elecciones 2023 a nivel nacional. Mientras un sector del peronismo trabaja para que la semana que viene el precandidato a Presidente de Unión por la Patria (UP) Sergio Massa desembarque en la provincia, formalmente los flamantes triunfadores en los comicios locales apoyarán al precandidato presidencial y actual gobernador, Juan Schiaretti. Pese a la buena relación, ambos buscan poner distancia con el ministro de Economia de cara a las PASO.
La provincia de Córdoba, la más refractaria al kirchnerismo, es paradójicamente peronista. El Partido Justicialista a través de diversas alianzas armadas en torno al peronismo por el fallecido José de la Sota, el actual gobernador Schiaretti o el gobernador electo Llaryora gobierna desde hace un cuarto de siglo y tendrá otros cuatro años por delante.
Ese voto cautivo e inclasificable ideológicamente, que vota desde 1998 al peronismo cordobesista, en las elecciones nacionales vira hacia la oferta derechista de Juntos por el Cambio (JxC) o el antiguo sello Cambiemos. Sin embargo, otra porción, también ha migrado hacia el peronismo nacional y popular de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Esa amplitud del peronismo la exponía el propio general Juan Domingo Perón en una famosa entrevista con los periodistas Jacobo Timerman, Roberto Maidana y Sergio Villarroel el 3 de septiembre de 1973: “Nosotros no hemos conducido nunca el movimiento en una forma rígida ni ajustada, no. Nosotros estamos hechos con una gran amplitud y una gran ductilidad, algunas veces me decían que ‘cómo yo permitía…’; sí señor, yo permito todo en el Movimiento. Nosotros no tenemos prejuicios de ninguna naturaleza, porque así deben ser los movimientos: tenemos hombres de extrema derecha y tenemos hombres de extrema izquierda”; y que “a los movimientos de este tipo hay que dejarlos funcionar libremente”.
Así, el peronismo cordobés –no sólo la estructura formal del PJ cordobesista y su alianza Hacemos Unidos por Córdoba- ya abrió el debate y jugará nacionalmente, no sólo con la boleta de Juan Schiaretti y el sello Hacemos por Nuestro País; sino que también trabajan para el desembarco la semana próxima del ministro y precandidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, aunque también hay sectores del schiarettismo que después de las PASO del 13 de agosto militarán el corte de boleta con Horacio Rodríguez Larreta. Como adelantara El Destape, la llegada de Massa será la primera semana de agosto y la fecha estimativa es el viernes 4; aunque una primera fecha tentativa había sido el martes 1.
Tras la victoria de Daniel Passerini por la Intendencia de la Capital, el pasado domingo 23, Sergio Massa le hizo un guiño al candidato triunfador. “Lo conozco a Dani Passerini hace muchos años, es uno de los hijos, herederos de José Manuel de la Sota, fue su ministro de Acción Social, es un gran dirigente, un gran pibe. Creo que en Córdoba está pasando una cosa muy interesante, que es que hay una generación, Llaryora, Passerini, te podría nombrar el intendente de Alta Gracia o de varias ciudades del interior de Córdoba que son los herederos de De la Sota, que están llegando a ocupar el lugar del Gobierno, y que de alguna manera expresan capacidad de gestión, son buenos gestionadores, son cercanos en el vínculo y son muy militantes. Hoy la elección en Córdoba Capital la ganaron militando, ese es un mensaje que muchos de los nuestros tienen que escuchar: se puede ganar la elección por más que la encuesta, el aparato de medios… , si vas, ponés el cuerpo, vas a buscar al vecino, casa por casa. En Córdoba, una elección que decían que estaban 14 puntos atrás, la ganaron porque salieron de atrás de los escritorios, fueron a abrazar a los vecinos, fueron a buscar a la gente, asumieron los errores y le dijeron ‘venga a cuidar Córdoba’”, le regaló Massa a Passerini la misma noche del domingo en el programa Duro de Domar.
A lo largo de la semana, en los medios cordobeses, el victorioso Passerini puso distancia con el ministro de Economía: “Yo con Massa, creo que la última vez que lo ví, fue cuando estaba José Manuel de la Sota en vida, creo; cuando compitieron en las PASO; que obviamente nosotros competimos contra Massa y perdimos. Fue en 2015”. Y agregó: “Nosotros hoy tenemos un montón de necesidades y de cumplimientos no realizados de parte del Gobierno nacional y (Massa) es el ministro de Economía, representa un Gobierno que no nos beneficia para nada y del cuál no somos parte”, detalló Passerini a El Doce, el canal de tevé del Grupo Clarín.
Alambrar Córdoba
Parados en dos victorias sobre Juntos por el Cambio en sólo un mes, el gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora; y su socio Passerini salieron a jugar fuerte para que en las PASO del 13 de agosto, el gobernador Juan Schiaretti sea el candidato más votado en esta provincia.
Pese a ser sólo el 9% del padrón electoral nacional, Córdoba tiene un plus en la política nacional, por ser un polo agroindustrial y por tener peso específico propio. Y eso lo saben Llaryora y Passerini, la renovación del PJ cordobesista.
“Basta de que nos maltraten de afuera. Basta de que nos vengan a explicar qué hacer o cómo hacer los pituquitos de Recoleta. Tomen, que este ejemplo sea tomado por el interior de nuestra Patria, este es el grito de Córdoba. Las elecciones se ganan hablando con la gente, no paseándose por los medios de la Capital Federal en donde nos agreden, en donde nos mienten, en donde nos infundían”, disparó la noche del pasado domingo 23 el intendente capitalino Martín Llaryora, luego de la contundente victoria de Passerini sobre el radical Rodrigo de Loredo.
El misil impactó de lleno en la dirigencia de Juntos por el Cambio que esa tarde, anclada a las encuestas había desembarcado en Córdoba para festejar el triunfo del candidato De Loredo. La realidad -y los votos- mostró que el marketing cambiemita no pudo con la militancia del peronismo cordobesista, que consagró al delasotista Daniel Passerini como nuevo intendente capitalino con una diferencia de 7,7% sobre el candidato cambiemita.
Parado sobre la frase “pituquitos de Recoleta”, Llaryora cruzó los límites de Córdoba y asomó la cabeza en la política nacional, pegándole a los principales presidenciables de Juntos, el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich y al senador radical Martín Lousteau, que está en carrera por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Pero también fue un mensaje para su ex jefe Juan Schiaretti, que quiere ingresar a como sea a la alianza derechista.
Ahora, Llaryora salió a alambrar el campo peronista para retener la mayor cantidad de votos para la boleta de Schiaretti presidente. Si bien para las elecciones provinciales del 25 de junio y las municipales capitalinas del 23 de julio, dirigentes y militantes del ex Frente de Todos y la actual Unión por la Patria tributaron para que triunfe la alianza schiarettista Hacemos Unidos por Córdoba; en las elecciones nacionales la canasta peronista se dividirá. “Los peronistas sabemos que cuando jugamos unidos, somos imbatibles. El peronismo es garantizar derechos de los más necesitados, lo venimos haciendo en Córdoba hace 24 años; y los vecinos revalidaron su confianza con Martín en la Provincia y con Daniel en la ciudad, por otros cuatro años. Ahora, vamos a trabajar fuerte para que este modelo de justicia social con producción y trabajo se pueda llevar adelante en todo el país de la mano del compañero Juan Schiaretti”, resumió el concejal Diego Casado.
Este concejal capitalino renovó su banca el domingo pasado y tiene línea directa con la vieja guardia del pejotismo cordobés, como Alejandra Vigo, senadora y esposa de Schiaretti, pero también con los renovadores Llaryora y Passerini: es una de las espadas del intendente y el viceintendente en el Concejo Deliberante.
Desde la Legislatura cordobesa, una fuente muy cercana al vicegobernador Manuel Calvo –fue el jefe de campaña de Llaryora- opinó: “El mensaje de Martín fue muy claro: los cordobeses resolvemos nosotros mismos nuestras políticas, no necesitamos el dedo porteño para resolver candidaturas o cómo le vamos a solucionar la vida a la gente. Por eso, para los cordobeses la mejor opción es que “el Gringo” sea Presidente; y lo que queremos puntualmente en Córdoba y estamos trabajando para eso, es que nuestro candidato de Hacemos por Nuestro País, sea el más votado”.
La apuesta de los renovadores cordobesistas es arriesgada, pero no imposible: “De candidato a candidato, no tenemos dudas, “el Gringo” va a ser el más votado. Y hasta podemos arriesgarnos a decir que le vamos a pelear ser la fuerza más votada. Lo demostramos en las elecciones de gobernador y de intendente; les ganamos a sus candidatos, pero también les ganamos a su marca. Las elecciones se ganan con militancia, viendo al vecino, llevando soluciones, no paseándose por los canales. Lo vamos a demostrar en las PASO”.
La jugada de Llaryora-Passerini es el debut de la dupla como socios políticos, luego de las victorias consecutivas del 25 de junio y del 23 de julio, y el intendente y viceintendente cordobés pretenden reeditar la exitosa sociedad que montaron José de la Sota y Juan Schiaretti y los catapultó al poder desde hace un cuarto de siglo. “Dos períodos de Martín (Llaryora) en la Provincia, y dos períodos de Daniel (Passerini) en la Municipalidad, es el modelo de gestión que venimos poniendo en marcha en Córdoba con Juan y José, y mal no nos fue”, razonó un operador de la mesa chica del gobernador electo.
MÁS INFO
Como De la Sota 2015
Más allá de la retórica, está el antecedente de 2015, cuando el entonces gobernador José de la Sota y Sergio Massa conformaron la alianza del peronismo anti K Unidos por una Nueva Argentina (UNA). En las primarias abiertas y obligatorias de ese año, De la Sota cosechó en Córdoba el 33% de los votos, siendo el candidato más votado, imponiéndose sobre Mauricio Macri, quién quedó segundo con 29,53% de los votos. Mientras que Daniel Scioli, candidato presidencial del kirchnerista Frente para la Victoria sumó 14,65%.
Hace ocho años, desde la gráfica callejera, el entonces gobernador cordobés y precandidato presidencial de UNA invitaba a sus coterráneos a votarlo: “Nada ni nadie mejor para Córdoba, que un presidente cordobés”.
Los asesores brasileños que trabajaban para De la Sota bajo las órdenes de Joao Santana –uno de los más caros y el mismo publicista de Lula da Silva y Dilma Rousseff- le propusieron al gobernador de Córdoba esa campaña, apelando al sentido de pertenencia territorial. De la Sota aceptó gustoso, ya que los cordobeses lo votarían recordando que el kirchnerismo “discriminó” a Córdoba, como denunciaron el propio candidato presidencial y Schiaretti, que acababa de volver a ser electo gobernador.
Siguiendo esa campaña que llevó al triunfo de De la Sota en su terruño, desde el comando de campaña Schiaretti Presidente que lideran Llaryora y Passerini, sostienen que “se ganó la Provincia y la Capital, vamos a trabajar en eso con toda la gente que se subió al proyecto provincial. Muchos, la gran mayoría somos peronistas y de esos compañeros, la gran mayoría va a trabajar en la campaña presidencial de Juan, es el compromiso que tomamos. Si nos preguntan ¿qué vamos a hacer después de las PASO?, les decimos lo mismo, seguir militando para el proyecto Schiaretti Presidente; porque como decía el compañero José Manuel de la Sota 'nadie mejor para Córdoba, que un presidente cordobés'”.
Fugas a Massa y Larreta
Pese a que los nuevos líderes del peronismo cordobés anunciaron que peinarán la provincia para apuntalar la candidatura presidencial de Schiaretti, hay sectores que ya vienen trabajando para que el ministro Sergio Massa llegue a la Casa Rosada y otros, como el del viceintendente electo en la Capital, Javier Pretto, que opera para Horacio Rodríguez Larreta. Hasta principios de mayo, Pretto fue presidente del PRO de Córdoba y firmó ante la Justicia la conformación de la alianza Juntos por el Cambio junto al juecista Ernesto Martínez y el radical Marcos Carasso, presidentes del Frente Cívico y del Comité Provincia de la UCR.
Los más optimistas apuntan a que el candidato presidencial de la alianza Hacemos por Nuestro País logrará sortear las primarias de agosto, lo que servirá para traccionar votos en Córdoba, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, donde esperan colar diputados nacionales y así conformar un bloque independiente, con cierto poder de negociación desde el 10 de diciembre.
En Córdoba se renuevan nueve diputados nacionales y desde el oficialismo provincial el plano de mínima es conseguir dos bancas –el diputado y operador schiarettista Carlos Gutiérrez va por otro mandato-; mientras que de máxima aspiran a quedarse con tres escaños.