Luego de mucho trajinar, en el Frente de Todos aseguran contar con los votos necesarios para aprobar en Diputados la ley "Emergencia Covid" que fija los parámetros epidemiológicos para establecer restricciones por la segunda ola de coronavirus. Pero el problema es que no tienen margen para sesionar esta semana, así que en el Gobierno ya se hicieron a la idea de que el presidente Alberto Fernández deberá firmar el viernes un nuevo DNU fijando medidas por otras dos o tres semanas, se creía que sin muchas variaciones. Todavía no habría ninguna determinación respecto a las vacaciones de invierno.
Cuando viajó a Europa, a principios de mayo, el Presidente deslizó la ilusión de que a su vuelta esta ley ya estuviera aprobada así no tenía que seguir firmando decretos, que le exigen una previa de reuniones con los asesores sanitaristas y gobernadores, a fin de consensuar cada nueva tanda de restricciones. Pero a duras penas obtuvo entonces la media sanción en el Senado, pasó a Diputados donde el oficialismo consiguió el dictamen de comisión y luego quedó a la espera de reunir los votos necesarios en el recinto.
Desde Juntos por el Cambio plantearon desde el vamos su cerrada oposición al proyecto, calificándolo de "superpoderes" para el Presidente, cuando parecería ser lo contrario. Más poderes tiene actualmente el que decide las restricciones a través de un decreto que los que tendría luego de la ley, que fija un semáforo epidemiológico cruzando variantes como crecimiento de los contagios durante los últimos 14 días, cantidad de casos por habitante y disponibilidad de camas UTI. A partir de ahí se divide cada jurisdicción en términos de bajo, medio o alto riesgo sanitario hasta llegar a la categoría más grave, el de alarma epidemiológica. En esta última categoría es la que se prevé la posibilidad de suspender las clases presenciales, el motivo que disparó la polémica. Desde los medios opositores la calificaron de "superpoderes" y el macrismo tomó gustoso la bandera.
Desde la conducción del bloque de diputados que encabeza Máximo Kirchner realizaron en estos días un trabajo paciente para acercar el puñado de votos que restaban juntando algunos diputados sueltos y de bloques pequeños, que terminaron por acercar el número suficiente. "Ya están los votos, pero no podemos decir cuándo sale", confirmaban desde la oficina de Sergio Massa, en la presidencia de la Cámara baja. Curiosamente, transcurridas algunas semanas luego del pico de la segunda ola, en la actualidad la situación del AMBA es más holgada que en varios lugares del interior debido a la cantidad de habitantes y la ocupación de camas. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, había expresado su expectativa acerca de que la ley estuviera aprobada esta semana, pero no será posible.
Los obstáculos y qué dirá el nuevo DNU
Ahora que ya estarían los votos, los problemas son otros. Para empezar, las vueltas de Juntos por el Cambio para aprobar la renovación del protocolo de funcionamiento de la Cámara baja, que otra vez quiere supeditar a que desde el Frente de Todos le detallen primero cuáles son los temas que quieren tratar. Un curioso criterio por el cual la minoría decidiría la agenda de la Cámara según su criterio.
Pero, aún si el macrismo diera el aval para sesionar, el grupo de diputados que participará presencialmente de la sesión debe hacerse un test PCR que demora 48 horas en dar resultado. No hay manera de llegar a tiempo para reunirse el viernes. Más complicado todavía para los legisladores que deben trasladarse desde el interior. Así que la sesión pasará para la semana próxima y el Presidente firmará el viernes un nuevo DNU, según anticipaban en Gobierno. El decreto no tendría demasiados cambios con respecto al que se encuentra vigente. Todavía no hay decisión respecto a qué sucederá con las vacaciones de invierno -los epidemiólogos sugirieron fraccionarla para desalentar los viajes largos- pero para eso todavía hay tiempo porque arranca a mitad de julio.
El nuevo DNU dará margen de dos o tres semanas a Diputados para aprobar la ley, así que en el bloque del Frente de Todos proyectaban para la semana que viene una sesión con otros proyectos prioritarios que tienen consenso general como los cambios al monotributo y la creación de la comisión bicameral que controlará la Hidrovía. También están en agenda la nueva ley de Biocombustibles y de etiquetado de alimentos.
Es un temario ambicioso para una sola sesión. De esa manera, quedaría recién para la otra semana el debate por la de Emergencia Covid-19, a ver si finalmente el que suscribirá este viernes será -esta vez sí- el último DNU que debe sacar Alberto Fernández por la pandemia.