Qué pasa si Milei no habla en la apertura de las sesiones ordinarias

El presidente de la Nación, en principio, realizaría su discurso frente a la Asamblea Legislativa.

26 de febrero, 2024 | 14.22

El 1° de marzo, tal y como ocurre cada año, se realizará la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso, una ceremonia de suma importancia y en la cual se reúnen las máximas autoridades del Estado Nacional. Teniendo en cuenta esto, surge la duda acerca de qué pasa si el presidente de la Nación, Javier Milei, no habla en la misma.

Tal y como estipula el artículo 99 inciso 8 de la Constitución Nacional, el presidente de la Nación debe brindar un discurso de apertura de sesiones ordinarias, anunciando lo que hizo y lo que hará a lo largo del año. En el mismo, estarán también figuras como la vicepresidenta, senadores, diputados, gobernadores, ministros del gabinete y también jueces de la Corte Suprema de Justicia.

Qué dice la Constitución Nacional sobre la apertura de sesiones ordinarias

Según lo indica la Constitución Nacional en el artículo 99, en el cual se remarcan las atribuciones que le corresponden al Poder Ejecutivo, "el presidente de la Nación hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso, reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes”.

Esta ceremonia se realiza desde hace más de 29 años luego de la reforma constitucional que tuvo lugar en 1994. En los últimos 40 años de democracia, ningún presidente se ausentó en un apertura de sesiones ordinarias. Anteriormente a esta época, aquellos que sí lo hicieron en esta fecha son: Roque Sáenz Peña (1914), Hipólito Yrigoyen (1917, 1918, 1919, 1920, 1921, 1922 y 1929) y Roberto Marcelino Ortiz (1939, 1941 y 1942). 

Se espera que Javier Milei esté presente en el Congreso para emitir sus palabras ante las principales autoridades que tiene el territorio nacional luego de casi tres meses de gestión. Sin embargo, la incertidumbre en cuanto a su asistencia tiene que ver con que el pasado 10 de diciembre, cuando se llevó a cabo la asunción presidencial: en aquella oportunidad, Milei optó por no hablar en el Congreso y brindó un discurso en las afueras del mismo para el público que se acercó.

El Congreso de la Nación.

Qué pasa si Milei no habla en la apertura de sesiones ordinarias

De acuerdo a lo que le comentó el abogado constitucionalista Félix Lonigro a El Destape, Javier Milei "puede ignorar el evento", ya que "el Congreso no necesita que el Presidente haga la apertura de las sesiones ordinarias para empezar a funcionar, porque según la Constitución, las Cámaras se reúnen por sí mismas (Art. 63)". Y resaltó: "El Presidente tiene la 'potestad' de hacerlo, pero no la obligación".

"De hecho, Yrigoyen no fue jamás al Congreso a hacer la apertura. Una vez mandó al Vice (que preside el Senado) y después ya directamente mandó el discurso, que ni se leía. La Asamblea Legislativa lo archivaba. Mitre no fue cuando estaba al frente de las tropas en la Guerra del Paraguay, y  tampoco fueron, en alguna oportunidad, Ortiz y Castillo", agregó Lonigro.

Por otra parte, el abogado constitucionalista Raúl Gustavo Ferreyra consideró lo contrario en diálogo con El Destape. Señaló que "el buen desempeño constitucional es aquel que cumple con las reglas de Escritura fundamental. Contrariamente, el mal desempeño implica incumplir las reglas, por ejemplo, desobedecer las obligaciones del Art. 99" de la Constitución Nacional. El Art. 99, inciso 8, señala que el Presidente "hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso, reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes".

Historia y evolución del acto

La fecha de la apertura de sesiones ordinarias ha variado a lo largo de la historia. Desde la reforma constitucional de 1994, se celebra el 1º de marzo, aunque antes se realizaba el 1º de mayo. Esta ceremonia ha sido una tradición arraigada en la vida política argentina desde la primera apertura de sesiones en 1854, encabezada por Justo José de Urquiza. Sin embargo, durante los períodos de dictadura militar, la ceremonia no se llevó a cabo en numerosas ocasiones.