Seducidos y abandonados, los gobernadores que apostaron a negociar con la Casa Rosada para obtener en el presupuesto 2025 algunas garantías mínimas de financiamiento se enfrentan a una situación complicada: sin presupuesto, sin negociaciones y sin garantías, deben elegir entre aprobarle a Javier Milei su proyecto, con cláusula de déficit cero y sin las partidas que necesitan, o dejarlo sin ley, lo que le permitirá asignar partidas por decreto durante un año más.
El núcleo de la cuestión es el primer artículo del proyecto, que establece que todas las partidas (excepto aquellas destinadas al pago de la deuda externa) quedan subordinadas a la recaudación. Si entra menos, se gasta menos. El que va a decidir de dónde se recorta será el presidente. De forma tal que esa cláusula pone en condicional cualquier otra erogación contemplada en el presupuesto, que puede ser desconocida por la Casa Rosada en cualquier momento, aduciendo falta de fondos.
La decisión del oficialismo de levantar intempestivamente la reunión de comisión de la que se esperaba que surgiera un dictamen puso a la oposición en estado de alerta. Para algunos legisladores, eso confirmó las sospechas de que Milei y Santiago Caputo no tienen ningún problema si no se aprueba el presupuesto. La ausencia del jefe de Gabinete Guillermo Francos en las charlas también era una señal de que nunca fue la idea llevarlas a buen puerto.
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No hay negociaciones en curso y, a decir verdad, nunca las hubo, aunque el gobierno hizo de cuenta que sí para ganar tiempo y los gobernadores hicieron de cuenta que sí porque no están dispuestos a aceptar el costo financiero y político de pelearse con Milei. Quedan apenas diez días antes de que concluya el período de sesiones ordinarias y el gobierno pueda cerrar el Congreso hasta marzo. Por ahora no está prevista una convocatoria a extraordinarias.
Ante esa situación los gobernadores discutían la posibilidad de firmar un dictámen de minoría que incluya los reclamos al Ejecutivo: obra pública, aportes del tesoro, aumento de la masa coparticipable vía impuesto a los combustibles, y financiamiento a las cajas previsionales, principalmente. Unión por la Patria también tiene un dictámen propio que a esos puntos les agrega el financiamiento para las universidades públicas, el sistema de ciencia y los hospitales.
La fallida negociación del presupuesto puso suspenso al resto de la actividad parlamentaria. Para hoy el PRO había convocado a una sesión para tratar el proyecto de Ficha Limpia. El quórum no está garantizado. Muchos diputados que responden a caciques provinciales podrían retacear su apoyo como muestra del enojo con Milei que cunde por estas horas. Miguel Angel Pichetto, que se opone a esa ley, está sumando voluntades para hacer fracasar el intento.\
El jueves, por otra parte, debe continuar la fallida sesión de la semana pasada para discutir la ley que regula los DNU y también rechazar el decreto que habilita al ministro de Economía, Luis Caputo, a hacer canjes de deuda sin condiciones y sin pasar por el Congreso. El martes pasado la sesión fracasó porque los gobernadores presionaron para que se caiga, a pedido de la Casa Rosada, que había prometido a cambio el dictamen del presupuesto que nunca llegó. ¿Qué pasará esta vez?
Una versión que circulaba anoche por los pasillos del palacio era que si hubiera un amplio acuerdo opositor alrededor de un texto podría agregarse de sorpresa el presupuesto en el temario del jueves. Por no haber dictamen suscripto, esa iniciativa necesita dos tercios de los votos para avanzar, un número que no quedaría lejos si coincidieran los gobernadores de distintas tribus, la UCR y el peronismo. Por ahora, varias veces estuvieron cerca pero nunca sucedió.