Esta semana la Cámara de Senadores inicia el segundo semestre con dos grandes prioridades: darle tratamiento a la reforma para ampliar la composición de la Corte Suprema y a la Ley que regula la consulta popular vinculante. Ambas propuestas son impulsadas por el kirchnerismo y esperan tratarlas en agosto.
En cuanto a la ley de reforma a la Corte, la iniciativa está trabada desde antes del receso invernal porque aún no están garantizados los apoyos de los habituales aliados del Gobierno: la riojana Clara Vega, la misionera Magdalena Solari Quintana, el puntano, Adolfo Rodríguez Saa y el rionegrino, Alberto Weretilneck. Varios de ellos presentaron proyectos propios pero el oficialismo insistió con el suyo y logró dictamen a fines de junio.
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Mientras en la Cámara Alta trabajan para cerrar los apoyos al proyecto de reforma del máximo tribunal, senadores y senadoras comenzarán a discutir este miércoles los proyectos que buscan reformar la consulta popular vinculante, en una reunión en Comisión de Asuntos Constitucionales. Entre ellos está el que presentó el senador Oscar Parrilli y que lleva la firma de otros cinco legisladores.
El texto de Parrilli modifica cinco artículos de la Ley 25.432, que fue incluida en la reforma constitucional de 1994. Entre los fundamentos que establece el proyecto señala que esa normativa, tal y como está, "es engorrosa y exige mayorías especiales en las Cámaras que lo tornan impracticable", y agrega que "en los veinte años que lleva sancionada esta Ley ninguna decisión trascendental para el destino de nuestra Patria ha sido sometida a la opinión popular".
Ante ese estado de situación el texto oficialista propone reformar el artículo 1 y permitir someter a consulta popular vinculante todo proyecto de ley con excepción de aquellos en los que se traten reformas a la Constitución Nacional, presupuesto nacional y temas tributarios, materia penal y Tratados Internacionales. Además propone modificar el artículo 2 para permitir que la convocatoria a una consulta popular vinculante sea tratada en una sesión especial pero que no requiera de mayorías especiales para aprobarse sino de una mayoría simple.
También propone dos modificaciones a las consultas populares no vinculantes y establece que el día fijado para realizar una consulta popular de cualquiera de los dos tipos podrá coincidir con el calendario electoral. Este último apartado -argumentó el senador- está inspirado en la reciente experiencia alemana que en septiembre del año pasado permitió que el mismo día que se votaban las autoridades del Gobierno de Berlín también se llevó adelante un referéndum no vinculante sobre la adquisición de bienes inmuebles por parte del Estado.
"La reciente experiencia en la ciudad de Berlín, en la cual en forma simultánea con la elecciones federales se sometió a consulta pública la expropiación de 243.000 departamentos en poder de grandes inmobiliarias, con el objetivo de frenar un fuerte incrementos en los alquileres de esa ciudad alemana, nos llevan a la convicción de poner en marcha los mecanismos que la Reforma Constitucional de 1994 y la Ley 25.432 crearon, empoderando y haciendo participar a la ciudadanía de las decisiones que marcarán su futuro”, sostuvo el senador. Parrilli explicó que la coincidencia de ambos sucesos electorales ayudaría a "trasparentar las posturas y pensamientos" de cada uno de los candidatos que se presentan en los comicios sobre los temas que preocupan a la ciudadanía.
Desde el despacho del senador afirmaron a El Destape que "podría haber dictamen" en la próxima reunión y destacaron que el proyecto "tiene muy pocas limitaciones"; podría aplicarse, por ejemplo, para la reforma de la Corte Suprema. Además, casualidad histórica, la última vez que se llevó a cabo una experiencia parecida, aunque de manera "artesanal", fue cuando el Frente Nacional contra la Pobreza (FreNaPo) hizo una consulta popular en el 2001 para impulsar el salario universal y una asignación por hijo, que luego derivó en la AUH.