En una de sus tantas idas y vueltas, el Gobierno había elevado -a un bloque amigable- su propuesta para vetar parcialmente la ley de movilidad jubilatoria. Sin embargo, se arrepintió. Como el juego de la oca, retrocedió al primer casillero y la advertencia dialoguista no se hizo esperar: un volteo de la norma de punta a punta impulsará una reacción similar y quedará abierta una grieta casi irreconciliable con la Casa Rosada.
El gobierno le propuso a la UCR, en Diputados, un veto parcial para complicar las posibilidades de un rechazo parlamentario con los dos tercios de los votos. Llamativamente, el mismo oficialismo se echó para atrás y la situación quedó en una posición un tanto difícil. El radicalismo fue, en una negociación con Unión por la Patria, impulsor de ese proyecto con todos sus artículos dentro. Desde ese bloque, se advirtió que “sin dudas” un veto total tendrá, en consecuencia, una respuesta “total”. Esto plantea un problema similar al que se enfrentan los libertarios en el Senado, pero con el PRO. El macrismo negoció ir en contra de tres artículos, los que estarían dispuestos a resignar, pero no de toda la norma.
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Un radical del Senado se mostró muy enojado con los malos tratos del Gobierno. Ni antes, cuando se plantearon diferencias, ni ahora, ante la chance de veto, el oficialismo buscó mantener contacto. Básicamente, no mostró voluntad de dialogar ni de negociar en ningún momento. Esto ya empezó a mostrar algunos límites en la relación, porque esta fuente quiere ayudar pero también quiere que su provincia esté bien. Dijo nunca haberle pasado algo similar.
La información sobre el posible veto parcial también le había llegado a Encuentro Federal, en forma tercerizada. Por eso, muchos quisieron esperar a ver qué es lo que va a hacer el Ejecutivo antes de tomar una decisión drástica, pero el bloque se Miguel Ángel Pichetto ya manifestó su intención de insistir con la ley y se mantiene en esa posición.
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Dentro de los puntos más conflictivos de la ley, están la cancelación de las deudas de ANSES con las provincias que no transfirieron sus cajas jubilatorias, y la de las sentencias firmes a favor de los jubilados con un plazo de seis meses prorrogables por otros seis. Durante la votación en el Senado quedaron a la luz otros dos artículos que, a criterio de algunos, comprometen el objetivo fiscal del gobierno. Por un lado, el que establece un ajuste anual del 50% de la variación salarial y, por otro, el que estipula un haber mínimo no menor a 1,09 canastas básicas totales.
En Diputados, la UCR aportó 33 de 34 votos y en el Senado acompañó en su totalidad en general, con solo tres votos en contra en los artículos mencionados bajo el argumento de que comprometerían la lucha contra el déficit fiscal.
El escenario más amigable para intentar evitar el veto es Diputados. La fragmentación le permitiría al gobierno evitar los dos tercios, aunque no es tarea fácil. En el Senado, un legislador descartó de plano un apoyo al oficialismo. Con 61 votos a favor, sobran voluntades para descartar el veto. Pero, además, de 13 artículos, 9 fueron acompañados por LLA.
En Diputados, la clave para unos y otros estará en evitar ausencias. El PRO tuvo 7 faltas sobre un total de 37. Habrá que ver cuál es el contrapeso que Horacio Rodríguez Larreta pueda ejercer para dar vuelta algún voto negativo e inclinarlo por el rechazo al veto. Por estas semanas, ingresará el proyecto de ley de Presupuesto 2025, lo que podría modificar el debate. Esta nueva discusión abrirá la posibilidad de negociar partidas de una forma más equitativa, con otras prioridades. También quedarán envueltos en ese análisis los fondos para las Universidades. La intención es que este tema pueda tratarse en la próxima sesión del Senado, donde seguramente se cuele el rechazo al DNU SIDE, para dejarlo sin efecto por completo.
En esa discusión, el Gobierno necesita recuperar su cercanía con el PRO, que le dio un golpazo al votar contra los fondos reservados de inteligencia y en favor de la movilidad jubilatoria. Mauricio Macri avaló el veto, posición más fácil para Diputados que para el Senado.Envueltos en muchos rumores, los amarillos siguen poniéndole paños fríos al acercamiento.
El macrismo tiene una posición muy clara, cualquier tipo de confluencia demandará de un acuerdo amplio entre el partido y La Libertad Avanza, no de pactos entre personas. Con la figura de Martín Menem tambaleando producto de sus malos manejos, vuelve a surgir la posibilidad de un Cristian Ritondo al frente de Diputados, como se barajó al inicio de la gestión.
Por ahora, las miradas son bastante disímiles, lo que evidencia la complejidad del momento. Están quienes piensan que no es la etapa para algo semejante y postergan el escenario para el año que viene, post electoral, y están los que piensan que todavía hay interés en esa silla. Lo cierto es que debería haber un consenso dentro del partido para ocupar ese lugar, en caso de que sea ofrecido.
María Eugenia Vidal, que relanzó la Fundación Pensar este jueves, explicó la relación conflictiva con el gobierno. “Todavía faltan mecanismos de coordinación entre ambas fuerzas”, sostuvo y agregó que el de LLA “es un Gobierno que necesita acompañamiento, pero todavía no termina de organizarse y es más difícil que se organice en su vinculo con el PRO".
La difícil posición del macrismo genera algunas dudas sobre su supervivencia. Están los que piensan que el partido no perdió su identidad y los que aseguran que hoy no hay motivos para votar PRO. Lo cierto es que el año que viene tal vez no haya manera de saberlo a ciencia cierta, porque el 2025 será un año de acuerdos locales donde seguramente irán de la mano de La Libertad Avanza.