Con una llamada telefónica entre el canciller Santiago Cafiero y su par chileno Andrés Allamand, el gobierno argentino dio por superado el incidente generado por las declaraciones del embajador Rafael Bielsa, en las que definió como "anti-argentino" y "pinochetista" el discurso que suele mantener José Kast, el candidato de ultraderecha que se impuso en las elecciones del país vecino y que deberá medirse en el ballotage contra el postulante de izquierda, Gabriel Boric. "Vamos a trabajar con el gobierno que resulte ganador una vez que finalice el proceso electoral", le transmitió Cafiero a Allamand.
En Gobierno evaluaba que Bielsa se dejó llevar un poco por su expertise como analista de la política internacional en las entrevistas que dio a El Destape Radio y a Radio Con Vos. "Kast ha exhibido su anti-argentinismo como una etiqueta más de las frases que pronuncia. Desde decirnos que tenemos que dejar de robar territorios a Chile, hasta todo tipo de expresión xenófobas contra los argentinos, que yo las tengo archivadas, registradas, leídas y estudiadas”, comentó en las entrevistas. También que el candidato representa a "una derecha rupturista, pinochetista, que no habla de derechos humanos, ni de desaparición de personas, ni de tortura, ni de responsabilidades estatales, y que no teme decir su nombre".
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En verdad, Bielsa no hizo más que repasar las expresiones del candidato del Partido Republicano durante su campaña, pero en ese punteo puede haber forzado la objetividad que debe mantener como embajador extranjero. En Cancillería, incluso, comentaban que se le había hecho un recorte de esas declaraciones sobre uno de los candidatos en medio de un amplio panorama que trazó sobre los comicios en el país trasandino.
Pero sus declaraciones fueron replicadas con un comunicado oficial del gobierno chileno que preside Sebastián Piñera, en el que sostuvo que Bielsa se había referido a un candidato "en términos inadecuados". "Estas expresiones representan una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Chile y vulneran normas de la Convención de Viena sobre Relaciones diplomáticas", afirmó. Concluyeron con un último párrafo expresando su disposición a mantener "las mejores relaciones políticas y diplomáticas" entre ambos países.
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La respuesta oficial
De inmediato, cerca de Alberto Fernández salieron a aclarar que las declaraciones de Bielsa habían sido a título personal y que no representaban la opinión de la Casa Rosada, que buscaría profundizar las relaciones bilaterales cualquiera sea el ganador de la segunda vuelta electoral del mes que viene. Por la tarde, Cafiero se comunicó con Allamand y le expresó en términos similares, en una conversación reservada de la que no trascendieron más detalles.
Está claro que de los siete candidatos que competían el domingo, Kast es el más lejano a las simpatías del Gobierno, que ya bastante tiene que trajinar con los gobiernos de Jair Bolsonaro y de Luis Lacalle Pou en el Mercosur. Entre los postulantes del domingo, claramente el más afín era Marco Enríquez-Ominami, de Progresistas, no sólo es amigo personal de Fernández sino que también compartieron el lanzamiento del Grupo de Puebla. Enríquez-Ominami quedó sexto con el 7,6% y envió un tuit a Boric con un mensaje de unidad para enfrentar a la ultraderecha.
Con el presidente Piñera, Fernández ha mantenido una relación buena en lo personal pero oscilante en lo político. En enero pasado, el presidente argentino realizó una visita oficial a Chile, pero el vínculo se deterioró en el inicio de la campaña, en agosto pasado, cuando Piñera firmó un decreto extendiendo la plataforma continental de su país sobre aguas jurisdiccionales argentinas. La decisión fue rechazada por el Gobierno y por el Congreso argentino.
Pero es evidente que a los candidatos chilenos les resulta beneficioso mostrarse beligerantes con Argentina. Kast le había reclamado al gobierno de Piñera que se pusiera firme "ante el delirio expansionista de la izquierda radical argentina", en referencia al mapa trazado sobre los nuevos límites de la plataforma continental. En ese sentido, en el Gobierno se lamentaban porque el entredicho generado a partir de las declaraciones de Bielsa podría terminar resultando beneficioso para Kast. "Flaco favor le hicimos a Boric", decían.
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