Por qué el imputado colaborador Centeno pidió ver los cuadernos que dijo haber quemado

A casi tres años de su aparición, el ex chofer y militar Oscar Centeno pidió ver los anotadores supuestamente originales que el periodista Diego Cabot llevó a la Justicia cuatro días antes de las elecciones presidenciales de 2019. Todo indica que busca cubrirse porque había dicho que los quemó. Las razones de su solicitud y los escenarios que se abren.

31 de mayo, 2022 | 16.58

El exchofer y militar Oscar Centeno pidió ver los cuadernos que hoy están en el Tribunal Oral Federal Nº 7. Quiere determinar si son los que él escribió. Todo indica que su intención es cubrirse porque había declarado que quemó los anotadores que de forma asombrosa aparecieron de las cenizas el 23 de octubre de 2019, cuatro días antes de las elecciones presidenciales. Además, un peritaje privado hecho a pedido de uno de los empresarios imputados reveló que “habría intervenido por lo menos una tercera persona” en la escritura de los Gloria que fueron escaneados y luego llevados a la Justicia por el periodista de La Nación Diego Cabot. El Destape reconstruyó las razones que puede tener Centeno para hacer este pedido.

“Tomar vista”

El dato de la presentación de Centeno para los cuadernos se conoció este lunes luego de una publicación de Infobae. El Destape accedió a ese escrito que se presentó ante el TOF 7 el 25 de abril pasado, es decir, hace más de un mes. El tribunal aún no resolvió el pedido.

El abogado de Centeno, Sergio Steizel, solicitó “al Tribunal se me conceda un turno para comparecer junto a mi defendido Centeno a fin de que aquel pueda reconocer visualmente el contenido de los elementos citados”, es decir, de los cuadernos.

En su escrito de 3 páginas, Steizel recordó que la causa Cuadernos se inicio “con el testimonio y entrega de documentación que realizó el periodista Diego Cabot como testigo de identidad reservada a la Fiscalía de Instrucción Federal n°4”, a cargo del procesado Carlos Stornelli.

Steizel recordó que el 2 de agosto de 2018, su defendido aceptó ser tomado como “imputado colaborador y ratificó el contenido de esas anotaciones como de su puño y letra.” Dos días después, continuó con su relato el letrado defensor, el exchofer de Roberto Baratta volvió a Comodoro Py y “manifestó recordar que los ejemplares buscados los había quemado en la parrilla de su hogar, bajo consejo y miramiento de su amigo Miguel Córdoba”. Pero el 23 de octubre de 2019, cuatro días antes de las elecciones presidenciales, “el periodista Cabot retornó a la Fiscalía de la instancia de instrucción, alegando haber recibido por parte de una persona cuya identidad quiso reservar; 6 de los 8 cuadernos, aparentemente originales (…)”.

A dos años y medio de la aparición de los supuestos originales Centeno “ha manifestado la necesidad de poder tomar contacto visual con esos elementos secuestrados pues, en rigor de verdad, se trata de la única persona que podría reconocerlos visualmente bajo la íntima convicción de que responden a su redacción”.

Las razones del pedido

Ante este planteo se abren una serie de escenarios:

  • Centeno podría no reconocer como propios esos cuadernos que tiene el tribunal. Es muy poco probable. Si esto sucede, ¿ haría caer el caso? No, porque están las fotocopias (el escaneo de los supuestos originales) que Centeno ya reconoció que fueron escritos por él. Son justamente sobre ese escaneo que se hizo el peritaje privado que da cuenta de diversas irregularidades.

En una reciente declaración ante la justicia española, que investiga si la empresa Isolux –de aquel país- pagó coimas para ganar una obra pública en la Argentina, el exchofer y militar repitió que él escribió los cuadernos. No se movió de esa posición. En esa audiencia le volvieron a mostrar los anotadores escaneados y los reconoció: “Eran 8 cuadernos y escribía porque era una costumbre castrense que solía tener formada de anotar todo lo que se hacía con el vehículo, horario de entrada, salida y el lugar al que se iba”. Pero también volvió a afirmar que quemó los originales: “Yo estaba convencido que los originales los quemé. Sin embargo ahora dudo. Porque ahora dicen que están los originales, según escuché en las noticias. Pero yo los quemé”, dijo.  

Como imputado colaborador, Centeno no podía mentir. Y mintió. Basta remontarse a sus declaraciones ante el juez Claudio Bonadio y el fiscal procesado Carlos Stornelli:

  1.  En su primera declaración ante Stornelli, el 2 de agosto de 2018, Centeno dijo: “Los cuadernos originales los tengo yo y se encuentran en mi domicilio”. Agregó que estaban “guardados en el armario de mi habitación, tapados con carpetas. Creo que aún siguen ahí, pero en el caso de que mi mujer los haya sacado, los mismos podrían estar eventualmente en la casa de mi suegra”.
     
  2. En su segunda declaración cambió el relato. Contó de una reunión con su amigo Miguel Córdoba y dijo: “Me levanté, busqué la caja con los cuadernos y me fui al fondo donde está el quincho y en la parrilla los rompí uno por uno, los amontoné y los quemé. Me quedé atizando el fuego hasta que se terminaron de quemar”. Como justificación de este cambio de versión, agregó: “Al momento de mi anterior declaración yo pensé que los cuadernos todavía estaban en mi casa o en una de las viviendas de Bella Vista porque eso había querido hacer. La confusión en relación al destino de los cuadernos fue por la situación que estaba viviendo, estaba detenido hacía dos días y no había podido dormir”.

Tras la aparición de 6 de los 8 cuadernos, el relato de Centeno quedó muy expuesto. Podría ser acusado de falso testimonio.

  • Por eso, otra opción (la más probable) es que Centeno haya pedido ver los cuadernos para reconocerlos como propios. ¿Con qué fin? Decir que fue engañado cuando supuestamente le devolvieron los anotadores. ¿Quién se los devolvió? El también chofer y expolicía Jorge Bacigalupo, la única persona a la que Centeno dice haberle dado los cuadernos para “que los tuviera en guarda”. Según la versión oficial, Bacigalupo fue quien se los dio a Cabot y el periodista fue el que le llevó el material escaneado a Stornelli.

Siguiendo esta línea, y según pudo reconstruir este medio, el chofer arrepentido puede decir que pensó haber quemado los cuadernos cuando en realidad prendió fuego otros papeles. Algo muy difícil de sostener pero que le podría dar cierto sentido a la mentira que dijo en 2018. Habrá que ver qué dice sobre 2 de los 8 cuadernos que no aparecieron. Si es que esos 2 sí los quemó. Porque si dice eso y luego aparecen se caería la coartada. Esta línea narrativa puede ser la continuidad de lo que afirmó el chofer arrepentido a fines de abril en la audiencia con la justicia española. Declaró pocos días antes de que se hiciera la presentación al TOF 7 para ver los cuadernos.

Ese testimonio que prestó ante la justicia española fue por videoconferencia y bajo la supervisión del juez federal Daniel Rafecas. Allí, Centeno dijo que a la única persona a la que le dio los 8 cuadernos fue a Jorge Bacigalupo. Se los dio en una caja. “No los compartí con nadie”, señaló. Es decir, si fue engañado por alguien, ese alguien debiera ser Bacigalupo. Este expolicía es quien supuestamente contactó al periodista de La Nación Diego Cabot y le entregó el material para que lo escaneara. El 10 de abril de 2018, Cabot llevó los archivos a Stornelli y se presentó en la justicia como testigo de identidad reservada.

Cabot fue nuevamente el actor que llevó a la Justicia los cuadernos originales en octubre de 2019. Dijo que una fuente a la que preservó, lo contactó y le entregó 6 de los 8 cuadernos.

  • Es de esperar que los empresarios imputados requieran peritajes oficiales de los cuadernos, tanto originales como de las fotocopias. Esto también abre la posibilidad de que Centeno afirme que ciertas tachaduras o reescrituras que figuran en los anotadores no son suyas.

Hace apenas dos meses, el empresario Armando Loson, imputado en el caso Cuadernos, ordenó hacer un peritaje privado de los cuadernos escaneados sobre los que se montó la acusación de la dupla Bonadio-Stornelli. El trabajo quedó en manos del estudio Latour que encontró:

  1. 195 correcciones con líquido corrector.
  2. 1.373 sobreescritos.
  3. 55 testados.
  4. Y un dato alarmante para el devenir de la causa: la intervención de por lo menos una tercera persona en la escritura de los anotadores.

Uno de los cambios más notorios que detectó la pericia encargada por Loson es que en dos oportunidades reescribieron Armando -su nombre- arriba de Marcelo. El estudio remarca también la existencia de varias caligrafías. “Es claro a criterio de los expertos que habría intervenido por lo menos una tercera persona, que habría efectuado las correcciones aludidas en las copias digitalizadas”, dice la denuncia que presentó Loson con las conclusiones del peritaje.

Está claro que la presentación que hizo Centeno el 25 de abril pasado para ver los cuadernos no es ingenua. A cuatro años del inicio del caso y a casi tres de que los anotadores resucitaran de las cenizas, el exchofer y militar busca acomodar su relato, una vez más.