El chofer y militar retirado Oscar Centeno prestó una nueva declaración en los tribunales de Comodoro Py, pero en esta ocasión en el marco de una causa que tramita en España donde se investiga si hubo pago de coimas por parte de la empresa Isolux, socia del Grupo Macri en diversas obras en la Argentina.
Hay versiones contradictorias respecto a lo que dijo Centeno, según pudo reconstruir El Destape de las partes que participaron de la audiencia que se realizó el martes pasado. Lo que está claro es que el chofer se ciñó a lo que dicen los Cuadernos -que aseguró haber escrito pese a que ya hay peritajes que revelan que hubo múltiples autores- y afirmó que solo veía lo que sucedía desde el auto que conducía pero no lo que pasaba en los edificios y oficinas donde se realizaban los encuentros entre empresarios y funcionarios.“No pudo agregar más detalles”, indicó una fuente que presenció la declaración.
Otras versiones de la declaración sostenían que Centeno dijo que no vio ningún pago de coimas y que fue extorsionado cuando le tocó declarar ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio al inicio de la operación Cuadernos. Que repitió “no lo sé” y “no lo vi”. Pero otras fuentes que presenciaron la declaración dijeron a El Destape que lo que dijo Centeno es que efectivamente no vio pagos de coimas porque estaba en el auto y descartaron que haya dicho que fue extorsionado por la dupla Stornelli-Bonadio.
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Sí dijo, según las mismas fuentes, que cuando fue su declaración original estaba con prisión preventiva. Lo cierto es que cuando Centeno fue detenido el 1 de agosto de 2018 fue conducido al juzgado de Bonadio y cuando su abogado Norberto Frontini se presentó a defenderlo no lo dejaron entrar. Al rato un empleado de Bonadio le dijo a Frontini que ya no era el abogado de Centeno, que pasó a manos del defensor oficial Gustavo Kollmann. El tridente Bonadio-Stornelli-Kollman fue clave para todo este armado.
La declaración de Centeno ocurrió el 19 de abril en el juzgado a cargo del magistrado Daniel Rafecas pero por una causa que tramita en España, donde se investigan supuestos pagos irregulares de la empresa Isolux a ex funcionarios del Ministerio de Infraestructura, puntualmente a Roberto Baratta.
El testimonio se dio en el marco de “la Rogatoria Internacional librada por el Juzgado Central de Instrucción nro. 5 de la Audiencia Nacional de Madrid del Reino de España”, según se desprende del acta del encuentro que labró el juzgado federal Nº 3 argentino, que no da cuenta de lo que dijo Centeno porque la audiencia fue grabada por Zoom.
Según pudo reconstruir El Destape, fueron parte de la audiencia el juez español a cargo del Juzgado Central de Instrucción Nº 5 de Madrid, Santiago Pedraz Gómez; la Letrada de la Administración de Justicia, Ana Sánchez García, y los Fiscales Juan Pavía Cardell y Ana Cuenca Ruíz, de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción y Criminalidad Organizada del país europeo. También se encontraba el defensor público de Centeno, Sergio Steizel, y conectados por Zoom otros seis abogados.
Más allá de los dichos de Centeno en esta causa que tramita en España, la causa de los Cuadernos está repleta de irregularidades. Sin ir más lejos, la credibilidad del chofer y militar retirado está por el piso. Tras la explosión del escándalo, el 1 de agosto de 2018, Centeno, que fue aceptado como arrepentido en la pesquisa que comandó la dupla Bonadío-Stornelli, declaró primero que los cuadernos los tenía guardados pero cuando la Justicia fue a buscarlos no aparecieron. Entonces, cambió su declaración y afirmó que quemó los anotadores. Pero en la víspera de las elecciones de octubre de 2019, el periodista Diego Cabot apareció con algunos de los cuadernos en físico, resucitados de las cenizas, y los entregó a Stornelli.
Recientemente el empresario Armando Loson, uno de los acusados y detenidos en la causa de los Cuadernos, denunció más de 1.600 irregularidades en la escritura de los anotadores con el objetivo de involucrarlo en las maniobras denunciadas. Las irregularidades encontradas, que fueron judicializadas, incluyen sobreescrituras, uso de liquid paper y la detección de distintas caligrafías lo que daría cuenta de que hubo varias manos en la escritura de los anotadores.
La denuncia de Loson se basa en una pericia caligráfica que realizó el Estudio Latour y en la que encontraron al menos 1.623 irregularidades. La pericia privada no contradice la pericia judicial sino que da cuenta de su inexistencia, como en tantas otras causas armadas en tiempos del Lawfare.
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Loson, que ratificó su denuncia en tribunales, aclaró que las irregularidades se limitan a las partes de los cuadernos que se refieren a él. Contabilizó:
- 195 correcciones con líquido corrector.
- 1.373 sobre escritos.
- 55 testados.
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Uno de los cambios más notorios que se detectó en la pericia privada es que en dos oportunidades se reescribió el nombre “Armando” –que es el de Loson- arriba de “Marcelo”. El estudio remarca también la existencia de varias caligrafías. “Es claro a criterio de los expertos que habría intervenido por lo menos una tercera persona, que habría efectuado las correcciones aludidas en las copias digitalizadas”, dice esa denuncia.