La Cancillería pidió a la embajada de Bolivia en Buenos Aires mayor información sobre los "alcances de las conversaciones y posibles acuerdos" firmados entre ese país y la República Islámica de Irán, según informaron a Télam fuentes del Palacio San Martín. La solicitud al Gobierno boliviano fue hecha en virtud del Tratado "Juana Azurduy" de "hermandad, integración y cooperación", recientemente rubricado entre ambos países en el marco de la pasada Cumbre del Mercosur en Iguazú, precisaron desde la cartera encabezada por Santiago Cafiero.
El tratado que busca afianzar "las profundas relaciones de fraternidad de Argentina y Bolivia" permite potenciar el intercambio existente entre las dos naciones en distintas materias. El pedido al gobierno de Luis Arce se produce luego de que la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) expresara su preocupación por un convenio de Defensa firmado la semana pasada entre Bolivia e Irán, país que tiene autoridades acusadas por la justicia argentina de haber colaborado con el ataque a la AMIA de julio de 1994, perpetrado por la organización Hezbollah.
Los gobiernos de Bolivia e Irán firmaron el jueves pasado un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa, según informó la agencia estatal persa IRNA. El acuerdo fue rubricado en Teherán por el ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo Aguilar, y su par iraní, Mohammad Reza Ashtiani.
"La DAIA, entidad representativa de la comunidad judía argentina, alerta sobre los riesgos para la seguridad de la Argentina y de la región tras haberse conocido el convenio de defensa firmado por Bolivia con Irán, país vinculado a la agrupación terrorista Hezbollah y responsable del atentado perpetrado contra la sede de la AMIA-DAIA que causó 85 muertos y más de 300 heridos", indicó el comunicado de la entidad firmado por su presidente, Jorge Knoblovits, y su secretario general, Alejandro Zuchowicki.
El escrito instó además al Gobierno argentino a "condenar este acuerdo y exigir al de Bolivia que reconsidere su decisión tras haberse producido dos feroces ataques terroristas en el país, en 1992 y 1994″.