"Que se mueran los que tengan que morir" fue una de las primeras frase de la oposición que disparó la polémica en 2020, salida directamente de la boca del ex presidente Mauricio Macri en marzo apenas llegó la pandemia del coronavirus a Argentina y se decretó la cuarentena total, según reveló el propio presidente Alberto Fernández (y que se confirmó con el celular de Darío Nieto). Desde entonces, Juntos por el Cambio se encargó enfáticamente de sembrar desinformación y miedo para desesperar al pueblo argentino en medio de uno de los momentos más duros a causa de la pandemia y la situación social y económica que dejaron tras cuatro años de gobierno.
Elisa Carrió fue otra de las principales polemizadoras, comenzando por la denuncia que presentó contra la administración de Alberto Fernández por "envenenamiento", en base a las negociaciones para adquirir la vacuna Sputnik V, tras su paso satisfactorio por la fase 3. Meses más tarde reveló que fue convocada a vacunarse pero la rechazó porque no quería recibir la Sputnik V, pese a que nadie puede saber de antemano qué tipo de vacuna recibirá. En aquel entonces, sin embargo, se volvió atrás y destacó que "es una buena vacuna" pero que prefería dejarla echarse a perder porque rechaza "la dictadura de Vladimir Putin".
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Fiel a su estilo, la exdiputada y fundadora de la Coalición Cívica justificó su accionar en la señal de noticias TN: “Me tocó el turno con la Sputnik V y lo rechacé en un acto de protesta contra la dictadura (sic) de Putin. Esto es coherente con mi posición personal de siempre. Como tengo 64 años y tantas enfermedades, espero que la próxima vacuna sea proveniente de un país democrático y ahí ya me voy a vacunar”.
A esta declaración, se le sumó una insólita frase con respecto a los chicos y a la vuelta de las clases presenciales, al asegurar que es preferible que los chicos vuelvan a las aulas porque, según ella, “la infancia es tan decisiva para soportar la vida después, que no se puede jugar de esta manera. Prefiero a un chico con covid, pero que socialice”.
Otro militante de la desinformación fue el diputado nacional y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo, quien en junio del 2020 afirmó que Alberto Fernández decretó la cuarentena "a tontas y a locas" ante la pandemia del coronavirus y lo criticó por el escaso (sí, por lo escaso) número de muertes que hubo a causa del virus pandémico. "Ningún país ha tenido tantos días de cuarentena. Además de eso, que pone en evidencia que acá entramos a tontas y a locas y a ciegas a esta estrategia, hay 21 días más previstos. Entonces vamos a cumplir 100 días de cuarentena", habían sido sus dichos.
"En el día de la fecha me dieron el alta hospitalaria. Agradezco al servicio de clínica médica y a todo el personal del Hospital Central por la calidez y excelente atención que me brindaron. Los mendocinos tenemos que estar orgullosos del profesionalismo de nuestra salud pública", escribió meses después en su cuenta de Twitter el ex gobernador mendocino, luego de recibir el alta por coronavirus y salir de una internación "para llevar un mejor control clínico" y suministrarle oxígeno.
El caso más reciente es el de Patricia Bullrich, quien en una de las más controvertidas acusaciones: había dicho que González García le había pedido coimas como condición insoslayable para adquirir millones de vacunas contra el Covid-19. Y denunció falsamente que el Gobierno planteó que debían colocar al empresario Hugo Sigman como intermediario de la operación. Ambas cuestiones fueron cruzadas por la propia Pfizer.
El laboratorio farmacéutico Pfizer desmintió a la presidenta del principal partido opositor (PRO), Patricia Bullrich, y aseguró que Alberto Fernández no le pidió coimas al gigante de la ciencia. “Es falso”, indicaron en respuesta a la exfuncionaria del gobierno de Mauricio Macri, quien acusó al exministro de Salud Ginés González García de pedir “un retorno” de dinero para cerrar el acuerdo con Pfizer.
Juntos por el dióxido de cloro
La diputada nacional de la Coalición Cívica Mónica del Frade también se hizo visible durante un discurso en el Congreso donde repudió la utilización de vacunas y pidió que se utilice el dióxido de cloro, que en Argentina causó la muerte de un niño de cinco años en Neuquén. "Creo que deberíamos mirar otros ejemplos de países Latinoamericanos que tienen autorizado, por ejemplo, el uso de dióxido de cloro o provincias argentinas que tienen aprobado el uso del ibuprofeno inhalable y que con eso minimizan los efectos del virus", dijo la diputada, quien luego preguntó por qué el gobierno no permite que se utilicen esas sustancias.
Miguel Ángel Pichetto fue también muy crítico contra de las medidas implementadas por el Gobierno para controlar los contagios del coronavirus durante la primera ola, especialmente del endurecimiento del aislamiento preventivo, social y obligatorio en el Área Metropolitana de Buenos Aires. En su momento, lo catalogó como "un exceso" y lo comparó con la última dictadura militar: “Hay una construcción última casi policial. Yo recuerdo, cuando era joven, en la dictadura los controles de autos, hoy esto está tremendo, es una locura. Hay gente que quiere salir a trabajar, a la que se la está controlando, que hace colas interminables. Creo que hay que salir de esta lógica”.
En diálogo con FM Futurock, Pichetto, que es grupo de riesgo ya que tiene 70 años, aseguró: "No me vacuné ni me pienso vacunar por ahora. Cualquier país bananero de cuarta (sic) compró la vacuna de Pfizer y nosotros no, no se explica", y agregó: "A los 35 años te comes el mundo. A lo sumo que te den la vacuna de la rabia no la del coronavirus".
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Sin embargo, las declaraciones insólitas y la desinformación son recurrentemente utilizada por la oposición para generar miedo y conflictos, aprovechándose de la incertidumbre mundial por el coronavirus. ¿Vos cuales te acordás?