Se agota el año parlamentario con dos sesiones en duda

El cierre de las negociaciones por el Presupuesto enojó a los gobernadores, cuyas preocupaciones nunca son tenidas en cuenta por la Casa Rosada. La actitud que tomen ahora los mandatarios provinciales será clave para el quórum de las sesiones especiales convocadas para este miércoles, por el oficialismo, y la del jueves, por la oposición no dialoguista. 

20 de noviembre, 2024 | 00.05

El desacuerdo entre el Gobierno y los gobernadores dialoguistas impidió este martes que se emitiera dictamen para el Presupuesto 2025. Los mandatarios provinciales plantearon un listado de cinco puntos que Economía no atendió, con lo que no hubo consenso posible. Pero el presidente de la comisión, José Luis Espert, no dio la negociación por cerrada sino que dijo que seguirían conversando y abrió la posibilidad de terminar aprobando el presupuesto en sesiones extraordinarias. El detalle es importante porque la influencia de los gobernadores será decisiva para lo que pueda suceder en las sesiones especiales convocadas para el miércoles y el jueves, muy distintas entre sí. A la del miércoles llamaron La Libertad Avanza y el PRO para tratar Ficha Limpia, un proyecto que parece pensado para impedir que Cristina Kirchner se presente como candidata. El jueves, la oposición no dialoguista volverá a la carga con la reforma de la ley de DNU y la derogación del decreto de canje de la deuda, una convocatoria que intentaron tratar la semana pasada y no pudieron, justamente, por la falta de respaldo de los gobernadores.

El Gobierno siempre juega al filo, confiado en que a la oposición no peronista no le queda otra que ceder y acompañar al oficialismo. "Votan con el kirchnerismo", es la acusación que les cae en caso de que no acompañen. Los gobernadores fueron convocados en las últimas semanas por tandas a la Casa Rosada, expresaron sus preocupaciones y luego el Ejecutivo no les hizo ninguna concesión, ni admitió cambios sustanciales en el Presupuesto. Espert, que había convocado a reunión de comisión para este martes, finalmente la levantó ante la evidencia de que no conseguirían aprobar el dictamen, pero dejó abierta la chance de alcanzar un acuerdo aunque ya no sería en el período ordinario. Sin embargo, el clima se percibe enrarecido porque a los gobernadores nunca les cumplen y la paciencia algún día se termina.

Este malhumor se notará -advertían- en el caso de los diputados que dependen directamente de los gobernadores. Por ejemplo, el bloque Innovación Federal -que integran cuatro partidos provinciales de Misiones, Salta, Río Negro y Neuquén- no facilitarían el quórum en la sesión de Ficha Limpia. Lo mismo sucedería en el caso de Encuentro Federal, la bancada de Miguel Angel Pichetto, que también trabaja en sintonía con varios mandatarios como el cordobés Martín Llaryora y el chubutense Ignacio Torres. Así las cosas, pinta difícil que alcancen el quórum. Desde el propio PRO, que firmó la convocatoria, admitían que la tenían muy complicada.

Si la sesión del miércoles fracasaba, crecía la expectativa en la oposición no dialoguista sobre las posibilidades del jueves. Si los gobernadores finalmente resolvieron no seguir colaborando con el Gobierno, entonces el número para el quórum quedaba mucho más a mano. En rigor, los jefes de las bancadas de Unión por la Patria, Encuentro Federal y Democracia para Siempre estaban convencidos la semana pasada de que con el FIT y algún provincial suelto tendrían diputados de sobre para darle un duro golpe político a la gestión de Javier Milei con la reforma de la ley de DNU -clave para los planes del Presidente- y el rechazo del decreto que modificó las condiciones para el canje de deuda. Pero desde la Casa Rosada empezaron a hacer llamados y consiguieron que varios diputados del interior optaran por quedarse en sus despachos con alguna promesa sobre el presupuesto que luego no se cumplió.

Resultó una sorpresa porque incluso en la bancada de Unión por la Patria hubo nueve deserciones, algo que nunca había ocurrido. Los motivos fueron variados pero una causa evidente resultaron las heridas que quedaron luego de la entronización de Cristina Kirchner al frente del PJ Nacional y las acusaciones sobre los "Pilatos" y los "Judas" que sobrevolaron. Una de las cosas que marcaban los que seguían enojados en el bloque de UP fue que CFK justo eligió Santiago del Estero para celebrar el Día del Militante, donde ensalzó al gobernador de origen radical, Gerardo Zamora, como un ejemplo. Justo resultó que el santiagueño fue clave para el fracaso de esa sesión de la semana pasada. Uno de los diputados de esa provincia que pegó el faltazo de manera inesperada fue el sindicalista José Gómez, quien el fin de semana apareció posando con los dedos en "ve" en una acto junto a la ex presidenta y los senadores Wado de Pedro y Oscar Parrilli. Hay criterios que a veces desconciertan.