Un BID para cerrar brechas y con perspectiva de género: cómo defendió Cecilia Todesca su candidatura

La economista es la nominada por Argentina para presidir el organismo multilateral. Cuáles son los desafíos que propuso en exposición. Miércoles, jornada clave.

15 de noviembre, 2022 | 18.34

Menos de una semana resta para la votación que dará a conocer quién presidirá el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por los próximos cinco años. Cecilia Todesca Bocco, la candidata de Argentina, es la única mujer de los cinco aspirantes al cargo. Para la economista y actual secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería los desafíos que afronta la región y en los que enfocará su gestión de ser electa son: brecha de productividad, exclusión social, exclusión territorial, cambio climático y tareas de cuidado.

En una entrevista exclusiva con El Destape, Todesca Bocco dio detalles de la presentación que realizó el domingo pasado ante la Asamblea de Gobernadores de los 48 países que integran el banco, la cual giró en torno a las observaciones del punto de partida de la región, los desafíos en los que el BID podría jugar un rol preponderante y su visión a cinco años para el banco. Este domingo estos mismos gobernadores deberán elegir quién será el sucesor de Mauricio Claver Carone, apartado del cargo por quebrar el Código de Ética del organismo.

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Junto a Todesca Bocco fueron nominados Ilan Goldfajn (Brasil), Gerardo Esquivel Hernández (México), Gerard Johnson (Trinidad y Tobago) y Nicolás Eyzaguirre (Chile). Fuentes oficiales destacaron a este medio la presentación de éste último. Dijeron que fue el “más destacado” y también resaltaron la solidez técnica de la funcionaria argentina pese al poco tiempo de presentación que tuvo. 

Mencionó los desafíos que debe afrontar la región. ¿Por qué puso el foco en esos?

Por un lado, la brecha de productividad caracteriza a los países en vías de desarrollo. Hay brechas de todo tipo, brechas de infraestructuras, brechas tecnológicas, brechas de apropiabilidad de las de las nuevas tecnologías. Eso es lo que define que un país está en vías de desarrollo. Ahí, el rol del banco es su brazo financiero, es decir, financiar proyectos de infraestructura y a su vez hacerlo de modo tal que sea catalizador de la inversión privada porque está claro que siempre la inversión pública, aunque sea fuerte, es una parte muy minoritaria. En cuanto a la exclusión social, esta es la región más desigual del mundo y creemos que hay maneras de resolverlo con una política de desarrollo productivo, científico y tecnológico muy fuerte y acordada entre los países. La exclusión territorial no es solo entre los países sino que dentro de cada país tenemos problemas de conexión. El impacto del cambio climático es en todo el mundo, en la región también y, especialmente, en América Latina. Lo que a nosotros nos interesa es generar cambios que vayan en favor del ambiente o detengan el impacto en el ambiente. Pensamos como vector de desarrollo, es decir, no creemos que sea posible ni deseable para la región que simplemente importe las tecnologías con menor impacto en el medio ambiente. Creemos que la región tiene las capacidades para generar esas tecnologías o para, en todo caso, ser parte de esa cadena de valor. El quinto punto es el tema del problema de los cuidados, es decir, cómo se distribuye en las sociedades y hacia dentro de la familia, las tareas de cuidado. El BID podría tomar esto como un tema central de su agenda porque tendría un impacto muy fuerte en varios aspectos. El primero es que las mujeres no están pudiendo insertarse correctamente en el mercado laboral justamente porque son las que desarrollan la mayor cantidad de las tareas de cuidado. Hay una estadística que indica que las mujeres en la región dedican entre 22 y 42 horas semanales a las tareas de cuidado y eso es tres veces más que el tiempo que dedican los varones. Con todas esas tareas de cuidado sobre sus hombros, implica que la mujer se relaciona con el mercado de trabajo de una manera bastante disfuncional. Tenés menos tiempo, tenés más intermitencia y entonces te pagan menos de salarios y no podés acceder a determinados puestos que no son compatibles con esa intermitencia.

¿Y qué más se podría hacer desde el BID en cuanto a las políticas de cuidado?

El BID ya trabaja profundamente los temas de género y cada una de las políticas y los proyectos que lleva adelante mide el impacto de lo que sucede, por ejemplo, en términos de la agenda de género y diversidad, pero esto es otra cosa. Es financiar infraestructura para el cuidado de niños, niñas, de personas con discapacidad y también de adultos mayores. Así, liberar de esa carga horaria a las mujeres para que les permita participar en el mercado de trabajo de otro modo y, al mismo tiempo, genera una gran cantidad de trabajo en estos centros de cuidado. Es plantear este tema y pensar cómo hacemos para tener una agenda específica vinculada con las tareas de cuidados y al mismo tiempo que el BID ayude a plantear un cambio simbólico, político y social sobre una nueva organización de los cuidados. El cuidado debe ser repartido de otro modo y si lo hacemos bien, va a ser bueno para la macroeconomía.

¿La presentación la acompañó con un presupuesto para esa financiación?

El BID también está discutiendo cómo hacer para capitalizar los distintos instrumentos que tiene para interactuar con la región. Hacia dentro del BID hay una discusión respecto de dónde poner más dinero y cómo hacer que sea más efectivo. Me parece una discusión muy válida y la visión de Argentina es que podríamos incorporar todo esto porque si bien es cierto que hay muchas dificultades, vemos en este momento grandes oportunidades oportunidades muy concretas en la región y lo que hay que tener es una agenda de desarrollo bien efectiva. Y el BID es uno de los instrumentos.

¿Los cinco desafíos se enfocan en algunos países en especial en los que ustedes vean mayor brecha?

La región es profundamente heterogénea. No solo la geografía es diferente, no solo la cantidad de personas que habitan los países y los tamaños de los países, sino que no es lo mismo depender del petróleo que de los alimentos. No es lo mismo depender de los minerales que del turismo. De acuerdo a esta estructura productiva que tenés, tu ciclo económico está atado a distintas cosas como el ciclo económico de un país más grande dentro o fuera de la región o al ciclo del precio de las commodities no es lo mismo estar en el Atlántico que en el Pacífico. Entonces, toda la agenda del BID, todos los instrumentos, el diálogo en esa mesa debe ser un diálogo empático con cada uno de los países de la región y debemos tener flexibilidades, que la tiene el BID, pero hay que ejercitarla para acompañar a cada uno de los países en las circunstancias que cada uno de los países tiene hay países en la región que tiene el 60% de sus ingresos basados en el turismo. Imaginá esos países en pandemia, o que esos países que además de que dependen del turismo tuvieron más impacto del cambio climático porque son pequeñas islas. Ese es un conjunto de problemas y después en otros países tenés otros problemas, por ejemplo, en los países más de ingreso de renta media bueno por ahí tenés problemas macroeconómicos y menos problemas de capacidades estatales, pero necesitas líneas de de financiamiento para para las reservas, necesitas otro tipo de instrumentos. Entonces el BID también tiene que ser una institución que pueda atender a toda su membresía y de hecho lo es. Nuestra agenda no es una agenda crítica del BID, es una agenda positiva.

¿En cuánto espera que se puedan incrementar los montos para proyectos de este tipo?

Hay un paso intermedio que es el siguiente: no es el presidente del BID quien define cómo se distribuyen los fondos. Hay un directorio, está el staff que viene con todos sus informes técnicos. Eso es una instancia de diálogo de toda la región, entonces no es que el presidente o la presidenta del BID dice “me gustó acá, la pongo acá''. Lo que más pesa es que siga siendo un instrumento que la región valore.

¿Qué expectativas tiene respecto a su candidatura?

Argentina hizo bien en presentar una candidatura y jugársela en que sea una mujer. Me toca a mí y es en representación de todo el movimiento de mujeres, nunca antes había pasado y es un testimonio muy importante.

Como adelantó El Destape, este miércoles el canciller Santiago Cafiero y Sergio Massa se reunirán con el canciller mexicano Marcelo Ebrard para conocer si ese país finalmente cumplirá, según dejaron trascender cerca de Alberto Fernández, la promesa de bajar su nominación para apoyar a la de Argentina. Luego, Massa viajará a Washington para seguir de cerca la negociación en busca de mayores respaldos.

El candidato o la candidata debe reunir el apoyo de países que expresen el 50% de representación en el BID, entre los que se destacan Estados Unidos (30%), Argentina y Brasil (11%) y México (7%). Además, el ganador o la ganadora debe tener el respaldo de la mitad más uno de los 28 países regionales.

Quién es Cecilia Todesca Bocco

Cecilia Todesca Bocco es licenciada en Economía y actual funcionaria de la Cancillería. No es la primera vez que trabaja junto al canciller Santiago Cafiero ya que fue Vicejefa de Gabinete entre 2019 y 2021. Juntos forman parte del Grupo Callao, usina de pensamiento ligada a Alberto Fernández. En el exterior fue funcionaria en el Fondo Monetario Internacional y trabajó en la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor’s.

La historia de vida de Cecilia Todesca Bocco está íntimamente relacionada con la última dictadura cívico militar y allí también se encuentra la explicación de sus dos apellidos. Su padre biológico fue el sociólogo Luis Bocco, integrante de la organización Montoneros, quien fue asesinado en 1975 en la denominada "Masacre de Campana", cuando él tenía 27 años y Cecilia, apenas 4. Bocco había hecho un pacto con su mejor amigo Jorge Todesca, ex titular del INDEC en la gestión de Mauricio Macri, que consistía en que si a él le pasaba algo, se debía hacer cargo de su familia. Y así fue: Todesca se unió a Alicia (madre de ella) y con la niña, se exiliaron en México.

Todesca Bocco cursó la primaria en ese país, del que volvió a la Argentina en enero de 1984, ya con la democracia recuperada. Con los años, ella y su hermano -fruto de la relación entre Jorge Jorge y Alicia- iniciaron un juicio denominado de "adopción simple", que fue el mecanismo para que ella pudiera tener doble apellido y reconocer a sus dos padres.