Por tercera vez, el gobernador Axel Kicillof viajará a Brasil con el objetivo de mantener reuniones al más alto nivel en busca de inversiones para la provincia de Buenos Aires y, de paso, mostrar también en el terreno de las relaciones internacionales un camino diferente al trazado por Javier Milei. "Vamos a trabajar la relación bilateral que el Gobierno abandonó", explicaban en La Plata. No estaba confirmado el encuentro con el presidente Lula -"no está agendado", respondían- pero mantenían la expectativa de sumar una nueva imagen con uno de los líderes indiscutidos de la región, al que el presidente argentino no deja de agredir.
En la rueda de prensa de cada lunes, el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, anticipó la agenda del viaje a Brasil que consta, en principio, de tres reuniones. Kicillof, Bianco, el ministro de Hacienda, Pablo López, y la ministra de Comunicación, Jésica Rey, se encontrarán con el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio, Gerardo Alckmin, con el ministro de Economía, Fernando Haddad, y con el canciller Mauro Vieira. Repasarán las posibilidades de acuerdos de cooperación para trazar un camino para favorecer inversiones y la generación de proyectos productivos. Algo normal para países vecinos de la región que compárten un proyecto de la magnitud del Mercosur, pero inexistente en una gestión como la de Milei con una repetición de viajes a Estados Unidos y a Europa, casi siempre por motivos particulares.
"Nosotros siempre nos vamos a diferenciar de Milei. Todo lo que él haga, nosotros tenemos que hacer lo contrario", definían cerca del gobernador, quien mantiene desde hace tiempo una relación cercana con Lula. En 2022, encabezó un acto en La Plata con organizaciones sociales y dirigentes del PT en apoyo a la candidatura de Lula en el comicio que luego le ganaría a Jair Bolsonaro. Posteriormente, desde la gestión bonaerense se preocuparon en mantener la fluidez del contacto. Hay varias empresas brasileñas de primer nivel con inversiones productivas en el territorio de la provincia.
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Hay un interés concreto en los BRICS. "Se trata de un error histórico, producto de anteojeras ideológicas absolutamente contrarias a los intereses nacionales", dijo Axel el día que Milei anunció que Argentina no se incorporaría al grupo que comparten Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Aseguró que la Provincia se sumaría al organismo en cuanto pudiera y desde entonces viene trabajando con la ex presidenta y actual titular del Banco de Desarrollo de los BRICS, Dilma Rousseff, en propuestas de inversiones, a las que podrían arrimar entidades financieras asiáticas.
La incorporación argentina a los BRICS había sido gestionada durante la presidencia de Alberto Fernández y se haría efectiva a partir del 1 de enero de 2024. Milei la frenó con una carta que envió a cada uno de los presidentes del grupo, avisándoles que "no la consideraba oportuna". Obtener un beneficio concreto de un vínculo que Milei desechó sin otro motivo que hacer buena letra con Estados Unidos e Israel -los dos países con los que se declaró alineado incondicional sin que todavía se haya conocido provecho alguno para el país por esa decisión- resultaría para Kicillof una manera convincente de mostrar las bondades de trasitar otro rumbo .
Milei y Lula coincidieron, en junio, en la cumbre del G7, en Italia, y ni se saludaron. Luego, el presidente brasileño consideró que Milei le debía una disculpa por la cantidad de ofensas que había recibido gratuitamente de su parte. "Dijo muchas bobadas", recordó Lula. Pero Milei no sólo no se disculpó sino que luego se ausentó de la cumbre del Mercosur en Asunción y viajó a Brasil para un acto de Bolsonaro. Es decir, todo lo que estaba a su alcance para seguir provocando al mandatario brasileño. Por eso, aunque por las dudas no querían confirmarlo, había muchas chances de que Lula recibiera a Kicillof en su despacho para una breve conversación y una nueva foto juntos.
De esa manera, quedará testimonio de la dirección cien por ciento diferente que Axel imagina para las relaciones exteriores del país, con una región fuerte, un vínculo privilegiado con Brasil y el resto de los países vecinos, a los que Milei todavía no visitó como presidente. El fin de semana pasó fugazmente por Chile para un evento empresarial y no se reunió con Gabriel Boric, en otra rareza internacional.
Lo mismo buscó hacer Kicillof el viernes pasado en La Rioja, cuando acompañó al gobernador Ricardo Quintela en el acto de jura de la nueva constitución provincial. Colocó a Buenos Aires como otra provincia del interior y advirtió sobre la necesidad de un país realmente federal. Milei prácticamente no visita provincias y su mensaje para el interior es sólo de ajuste y quita de recursos. "Buscamos romper los límites de la provincia con una alternativa que se oponga a Milei, pero que muestre propuestas, con una mirada más amplia", resumían el objetivo cerca del gobernador. Este martes, en Brasilia, buscará dar un nuevo paso en ese camino.