Con la presentación del proyecto para crear un Régimen de Fomento de Inversiones Estratégicas, el gobernador Axel Kicillof hizo una gambeta política para salir de la encerrona en la que buscó ponerlo el gobierno de Javier Milei con el planteo de que la provincia que quisiera recibir las inversiones necesarias para la planta de licuefacción de gas debería adherir al RIGI incluido en la ley Bases. La disputa está planteada entre las localidades de Bahía Blanca y Punta Colorada, en Río Negro. El régimen bonaerense se presentará en la Legislatura luego del receso invernal y, en principio, se diferenciará de la propuesta nacional en la cesión de jurisdicción para la resolución de conflictos, entre otras cuestiones. “Por más que sigan chicaneando, nosotros vamos a seguir trabajando con seriedad porque se trata de un proyecto determinante y estratégico para Bahía Blanca, su puerto y nuestra provincia”, advirtió Kicillof en el anuncio realizado este lunes a primera hora.
El apuro en anunciarlo tenía que ver con que la gobernación le había enviado una carta a YPF respondiendo a su requisitoria sobre algunas cuestiones técnicas y administrativas y temían que se filtrara algún párrafo, seguro malintencionado o sacado de contexto. Por eso, se anticiparon y prefirieron que sea el propio gobernador quien explicara el proyecto, porque no le quedaron dudas de los objetivos políticos perseguidos detrás del reclamo de adhesión al RIGI. Ya sea privar a Buenos Aires de una inversión que se calcula entre 30 y 50 mil millones de dólares o -lo que veían más probable- mostrarlo a Kicillof cediendo posiciones ante la presión del Ejecutivo. El Gobierno no pierde oportunidad de criticar al gobernador bonaerense, a quien las encuestas muestran como la figura más saliente de la oposición.
Se notó durante las distintas apariciones del vocero Manuel Adorni de este lunes, que en todo momento buscó la manera de enredar a Kicillof en sus críticas. "Tiene otra agenda", dijo del gobernador bonarense. También jugó su parte en eso el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, cuya provincia se apresuró el viernes pasado en ser la primera en declarar su adhesión al RIGI. "Nos ayuda muchísimo", respondió en una entrevista a Clarín respecto a una supuesta visión "dogmática" de Kicillof y el kirchnerismo contra este tipo de inversiones. "Nosotros consideramos que la adhesión al RIGI y las condiciones técnicas operativas del Golfo de San Matías son ventajas importantísimas a la hora de tomar la definicion", sostuvo el gobernador rionegrino. En La Plata aseguraban que la postura adoptada por Weretilneck -que hasta hace unos meses se presentaba como aliado de Unión por la Patria- no los sorprendía. "Ya fue oficialista con el macrismo, siempre es igual. Se mueve sólo en función de sus intereses", advertían.
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La puja es por la mega inversión que harán YPF en sociedad con la petrolera malaya Petronas para instalar plantas para licuar y exportar el gas que se extraiga de Vaca Muerta. Se calcula que cuando esté funcionando en plenitud, podrá exportar gas licuado por unos 25 mil millones de dólares anuales. Tanto Bahía Blanca como la localidad rionegrina de Punta Colorada imaginan que semejante inversión generará muchos puestos de trabajo y servirá para movilizar la economía local con la demanda de diferentes productos. No hay muchas equivalencias entre las dos opciones porque Bahía Blanca es una ciudad grande, con un gran puerto en funcionamiento y una amplia infraestructura mientras que en Punta Colorada está todo por hacerse. Weretilneck lo plantea como una ventaja porque las petroleras "tendrán disponibilidad absoluta".
En Gobierno adelantaban que decidirán la localización hacia fin de mes. Se trata de una proyección a largo plazo porque calculaban que recién en 2027 la planta comenzaría a estar operativa. Kicillof comentó que en realidad es un proyecto que ya arrastra una historia desde la gestión de Mauricio Macri y que Petronas lleva invertidos varios millones de dólares en estudios de factibilidad y de impacto ambiental en Bahía Blanca. Es decir, previo al RIGI ya era un proyecto viable y ahora están aprovechando para conseguir mayores ventajas.
Por eso, en la gobernación también había quienes creían que se trataba de una operación política contra Axel porque, en realidad, las petroleras ya tienen resuelto que se instalarán en Bahía, donde funciona el puerto petroquímico más importante de la Argentina. "Si eligen otra opción será únicamente por motivos ideológicos y políticos", señalaban. Descartaban cualquier actitud "dogmática" contra este tipo de inversiones y subrayaban que ya existen políticas de incentivos provinciales en diversos rubros industriales. En mayo, el gobernador firmó un decreto declarando de "interés provincial" el proyecto YPF-Petronas.
Kicillof aclaró que la aprobación del nuevo régimen dependerá de la Legislatura bonaerense mientras que otras cuestiones que se le preguntaron -como tasas municipales, disponibilidad de los terrenos y prioridades de navegación- tienen que ver con la intendencia que encabeza Federico Susbielles y la administración del puerto de Bahía Blanca. "La empresa tendrá que definir la localización de acuerdo a parámetros objetivos, no a determinaciones políticas que tienen como objetivo debilitara a un gobierno o a un gobernante, eso no es tomar el asunto con seriedad", advirtió el ministro de gobierno bonaerense, Carlos Bianco, quien compartió con Kicillof la presentación. El gobernador hizo la movida para desbaratar cualquier intento de extorsión y que el Gobierno no invente excusas para justificar una decisión que se escape de toda lógica.