El gobernador bonaerense Axel Kicillof encabezó la conmemoración central por el Día de la Lealtad peronista en el emblemático "kilómetro 0", en Berisso, lo que dio un aire fundacional al encuentro realizado ante una multitud de militantes y con un escenario nutrido de dirigentes. En la idea de un armado político propio proyectado hacia 2027, Kicillof enfocó el núcleo de su mensaje a marcar una y otra vez sus diferencias con el modelo de Javier Milei. "Basta de joder al pueblo", advirtió, y avisó que desde la provincia de Buenos Aires "ya se está empezando a construir una nueva esperanza colectiva". A nada del cierre de listas para la interna del PJ, Axel subrayó la necesidad de alcanzar la unidad y esquivó las tensiones de los últimos días. "A la derecha le conviene nuestra división", remarcó. Dedicó más de un momento a destacar y defender a Cristina Kirchner y encontró una elegante síntesis para terminar con las discusiones. "Los mejores días siempre fueron peronistas: los más felices fueron con Cristina y los mejores tienen que estar en el futuro", resumió.
Desde hace un tiempo, Kicillof tomó la costumbre de conmemorar las fechas emblemáticas del peronismo. Como era lógico, las efemérides llegaron a su clímax el 17 de Octubre, fechado como el nacimiento del peronismo. A los dirigentes que participan del armado político del gobernador, les pareció una ocasión ideal para que encabezara una gran convocatoria en la que fuera único orador, ubicado como líder de un espacio que gestiona la provincia más importante del país y se proyecta a nivel nacional para jugar por la presidencia en el próximo turno. Hubo más de 30 intendentes y 35 dirigentes sindicales, incluyendo los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Pablo Moyano. Hubo legisladores nacionales y provinciales, junto a los integrantes del gabinete bonaerense, a excepción de quienes pertenecen a La Cámpora y al massismo.
Kicillof puso a la Provincia como el exacto contrario a la ultraderecha de Milei. Habló de más de 50 políticas públicas abandonadas por Nación y rescatadas por la Provincia. “No me interesa disputar ninguna interna. Mi responsabilidad es ofrecerles a los bonaerenses un escudo que atenúe lo que está haciendo Milei. Lo que quiero es colaborar con la construcción de una alternativa superadora”, fue una de las frases que más resonó.
En el entorno del gobernador insisten que nunca se lo verá en público a Axel metiéndose en los problemas internos del peronismo. "Los bonaerenses lo bancan a Axel, aún con los problemas que atraviesa la provincia. Pero si lo escuchan hablando de internas, lo matan", graficaban. La presentación al frente de esta "alternativa superadora" alteró los nervios de quienes se mantienen alineados con Cristina Kirchner, que exigen un reconocimiento incondicional a su liderazgo como inicio de cualquier conversación.
De nuevo, durante todo el día, dirigentes camporistas reclamaron que Axel se pronunciara. "El silencio de Axel es doloroso, no sé cómo entre Cristina y Quintela no sabe a quién elegir", dijo la senadora Anabel Fernández Sagasti. Un rato antes del inicio del acto -al que estaba invitada-, Cristina hizo una visita sorpresa a la Universidad Nacional de Avellaneda, territorio de la provincia gobernada por Kicillof y del municipio que maneja Jorge Ferraresi, muy enfrentado a La Cámpora. Con todo, Kicillof no se enredó en ninguna discusión de ese tipo, ni se expresó sobre la interna. Pero habló de la persecución judicial que sufre Cristina -un punto muy sensible- y coincidió con lo expresado por la ex presidenta en su última carta acerca de que en el peronismo "no sobra nadie".
El anfitrión intendente de Berisso, Fabián Cagliardi, calculó la concurrencia en 50 mil personas. Se encargó de abrir el acto con un corto mensaje que concluyó presentando a Kicillof como el "futuro presidente". "Amigo, te tenés que hacer cargo", bromeó cuando le pasó el micrófono. El "Axel Presidente" retumbó desde la militancia en varias oportunidades del acto. "La única pelea que me interesa es la pelea contra la política de Milei", avisó. “Si tienen reclamos, vayan a pedirle a Milei que le devuelva a la provincias los fondos para los jubilados, el transporte, los maestros y la seguridad. Sufren los laburantes, el pueblo y los jubilados, saltan en una pata los saqueadores y los timbeadores de siempre”, planteó. "¡Basta de mentir, la casta no es el pueblo!", fue otra de sus expresiones.
Hubo una diferencia, sutil, en el mensaje de Axel respecto a lo expresado por Máximo Kirchner en su última presentación. El líder de La Cámpora, distanciado de Kicillof, había planteado que a los vetos de Milei se los debían enfrentar en las urnas en 2025, lo que algunos interpretaron como desmovilizador respecto a la ebullición generada en los últimos días. Axel marcó un rumbo bien diferente. "El futuro no lo vamos a escribir los dirigentes, sino el pueblo en las calles debatiendo y defendiendo sus derechos. Por eso hemos ido a acompañar cada manifestación. Es hora de comprometerse más que nunca con la Patria. ¡La Patria no se vende!", subrayó el gobernador.
Al gobernador lo rodearon quienes más trabajan en su armado político. Junto a la vicegobernadora Verónica Magario -a su vez flanqueada por el intendente matancero Fernando Espinoza-, tomaron posición el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, el ministro de la Comunidad, Andrés Larroque, y Ferraresi, cuyas agrupaciones se ubicaron en los lugares más cercanos al escenario. El ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, llegó en una combi junto a varios intendentes como Mariano Cascallares, Andrés Watson, Federico Achával y Gastón Granados. Entre los dirigentes sindicales también se ubicaron el estatal Andrés Rodríguez, el metalúrgico Abel Furlán, el secretario de la CTA, Huho Yasky, y Roberto Baradel. También estuvieron representados los movimientos sociales con el subsecretario de la Economía Popular, Daniel Menéndez, y una columna del Movimiento Evita.
Uno de estos dirigentes marcaba a la salida la sensación de haber participado del inicio de un nuevo capítulo en el peronismo, por encima de la interna que este viernes intentarán resolver Cristina y Quintela en una reunión. "Esto fue importante porque marcó un quiebre, ya no hay marcha atrás. A Axel sólo le queda seguir para adelante. Habrá más actos como estos, pero tampoco puede descuidar la provincia porque la situación está muy complicada. De alguna manera, politizar la gestión, marcando los recortes que le hace la Nación, le sirve porque pasa de la defensiva a la ofensiva en la discusión", planteaba.