Este miércoles se realizó una nueva audiencia del juicio por el intento de homicidio de Cristina Fernández de Kirchner. Fue una jornada extensa, de 5 horas, en la que la fiscal Gabriela Baigún pidió que se amplíe la acusación contra Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo por el agravante de femicidio en tentativa. La solicitud es porque la representante del Ministerio Público Fiscal considera que en el intento de homicidio medió violencia de género en su forma de violencia política. También requirió al tribunal que se detenga a un testigo allegado de Uliarte por mentir durante su declaración y cuestionó al exnovio de Brenda por contradecirse.
Este miércoles declararon Rubén Ríos, testigo durante el procedimiento de la detención de Sabag Montiel y el secuestro de lo que llevaba consigo; y 5 testigos allegados a Uliarte, entre ellos, Lucas Gabriel Ocampo, su expareja, quien tuvo un tenso cruce con la fiscal Baigún; y Miguel Robles, a quien la fiscalía directamente pidió detener por faltar a la verdad. El esperado testimonio de Agustina Díaz, amiga de Uliarte que estuvo detenida en el inicio del caso, no se concretó. Díaz no declaró por estar en tratamiento psicológico. Desde su defensa esgrimieron que no se encontraba en condiciones de prestar testimonio. La fiscalía pidió que el diagnóstico se constate a través del Cuerpo Médico Forense.
La acusación por femicidio
La fiscal Baigun pidió este miércoles, al final de la audiencia, “ampliar el requerimiento fiscal” porque surgieron “circunstancias agravantes” que no estaban en la etapa de la instrucción. La ampliación es por el agravante de femicidio. Según sostuvo la fiscal, considera que en el intento de homicidio de CFK medió violencia de género en su forma de violencia política. En ese orden, requirió que se indague a los acusados por ese agravante. En el marco de su planteo solicitó también que se convoque a prestar declaración testimonial a las expertas del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará.
Lo que Baigún planteó oralmente también tuvo su correlato escrito. Es que la titular de la Fiscalía General N°3 junto a Mariela Labozzetta, fiscal federal a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), presentaron el 30 de septiembre pasado la ampliación de la acusación en un escrito de 22 páginas.
En la ampliación de la acusación fiscal, a la que accedió El Destape, Naigún y Labozzetta sostuvieron que el ataque a CFK "fue perpetrado mediando violencia de género en la modalidad de violencia política contra Cristina Fernández de Kirchner. En efecto, se trató de un acto tendiente a impedir que la víctima pudiera seguir desarrollando su vida política, y a su vez, la conducta se inscribió en un contexto de violencia contra la damnificada de la que ella ha sido objeto por su condición de mujer política que, en particular, ha ejercido la presidencia en dos mandatos y la vicepresidencia en una oportunidad".
"Su calidad de mujer ejerciendo el rol descripto, en un contexto social de violencia generalizada contra las mujeres y creciente contra ella en particular, dirigido a promover su debilitamiento, fue la condición de posibilidad aprovechada por los imputados para perpetrar el ataque. Este contexto de violencia, que venía siendo sostenido en el tiempo, se recrudeció durante el transcurso del año 2022, en el que Cristina Fernández de Kirchner sufrió diversos actos de hostigamiento y hostilidad por parte de personas y agrupaociones opositoras; que fueron habilitando progresivamente los ataques, y fueron el escenario del que se sirvieron los imputados para perpetrar el atentado contra ella, que fue la máxima expresión de su pretendido aniquilamiento como política", añadieron las fiscales.
En esa línea, las Baigún y Labozzetta señalaron que "la conducta, así descripta se subsume en el art 80, inc. 11, del CP, por haber sido cometido mediando violencia de género en su modalidad de violencia política (art 6°, inciso "H" de la ley 26.485, modificada por la ley 27.736), tratándose entonces de una "circunstancia agravante de la calificación legal, no contenida en el requerimiento de elevación a juicio^, por lo que nos encontramos frente al supuesto expresamente previsto por el artículo 381 del CPPN". "El inciso 11 del artículo 80 del Código Penal contiene el tipo penal de femicidio y es la norma que captura con mayor especificidad el concepto de muerte violenta de mujeres como un crimen de género: el que matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género", explicaron.
Ahora las defensas y la querella deberán expresar si consideran procedente o no la ampliación de la acusación que hizo la fiscalía. Luego, el tribunal a cargo del juicio, conformado por los jueces Sabrina Namer, Ignacio Fornari y Adrián Grunberg, deberá expedirse.
Los testigos
Rubén Ríos fue el primero de los testigos que declaró este miércoles. Ríos trabaja en el área de limpieza del gobierno de la Ciudad y como estaba en la zona al momento del hecho fue convocado por la policía cuando se detuvo a Sabag Montiel. Junto a un portero fue testigo de la revisión que se le hizo al atacante de Cristina. Ríos contó, por ejemplo, que la policía le sacó el celular a Sabag Montiel de su bolsillo y estaba en funcionamiento. Indicó que los agentes activaron el aparato y vio el fondo de pantalla. Luego, los uniformados le dijeron que habían llamado a un “perito de informática” y que “cuando llegó lo desarmó, se fijó que tenía un chip y una memoria”.
Los allegados de Uliarte que declararon fueron: Lucas Gabriel Ocampo, exnovio de Uliarte; Serena Suarez Mangin; Franco Meriggi; Miguel David Robles y Rocío Edith Rojas.
Ocampo, exnovio de Uliarte, a quien acudió Brenda apenas Sabag Montiel intentó asesinar a Cristina, tuvo un tenso cruce con la fiscal Baigún, que lo acusó de contradecirse. Ocampo quedó salpicado en la causa porque Brenda fue a su casa inmediatamente después del atentado y cuando ese domicilio fue allanado los investigadores encontraron una bolsa y un paraguas que tenía Uliarte el día que se atacó CFK.
Ocampo declaró que Uliarte lo llamó para decirle que su actual novio había atentado contra la vicepresidenta. Aseguró que él le pidió que no vaya a su casa pero que cerca de medianoche ella fue igual. También afirmó que cuando Brenda fue a verlo, horas después del intento de homicidio, no habló del ataque con ella, lo que resulta muy poco verosímil. “No hablamos. Llegó, se acostó y se durmió”, indicó. Dijo que esa noche él estaba con su amigo Matías Giménez. La fiscal le preguntó no solo por la bolsa blanca que se halló en su casa y fue secuestrada sino también por una mochila que llevaba Uliarte. “De la mochila no me acuerdo”, dijo el testigo. Y aseguró que no tocó el contenido de la bolsa.
“¿Por qué Uliarte fue a su casa?”, le preguntó la fiscal. “No sé. Nos veíamos una o dos veces al mes, nada más”, repitió el testigo y hasta dijo que no recordaba su número de celular de hace 2 años, lo que llevó a Baigún a profundizar en su interrogatorio y decirle: “Bueno ¿empezamos a decir la verdad de una vez?”. Esto provocó la reacción de Ocampo: “Yo le estoy diciendo la verdad”. La fiscal le recordó que al día siguiente del atentado, en un mensaje de Whatsapp, le había dicho a Uliarte, entre otras cosas, “decí que es violento y él te obligó’”, lo que evidencia que sí habló con ella sobre el ataque. Incluso hay intercambios de mensajes que demuestran que Ularte le avisó que estaba yendo a su casa y no fue de improviso. Entonces la jueza Sabrina Namer intervino: “Su testimonio es sumamente relevante y es importante que sea ordenado”. La magistrada destacó que hizo “aclaraciones que parecen medios contradictorias” por lo que le pidió que fuese claro porque si miente será detenido, lo que “sería muy duro para todos”. Le volvieron a mostrar todos sus mensajes y llamados con su exnovia, que comenzaron el 1 de septiembre de 2022 a la noche. Y la fiscal le advirtió: “Usted tiene que decir la verdad porque si no la ley le va a aplicar una pena por falso testimonio”. Pero Ocampo siguió sin ser claro en sus respuestas.
Otro testimonio que provocó un tenso ida y vuelta con la fiscalía fue el de Miguel David Robles. Baigún, en esta ocasión, directamente requirió al tribunal que se ordene su detención.
Robles, de 44 años, dijo que conoció a Uliarte por la venta de contenido erótico. Una de las particularidades de su caso es que le transfirió mil pesos a Brenda en la noche del 1 de septiembre de 2022, es decir, al momento del atentado. “Fue por una foto, creo”, le dijo. “Se dio la casualidad”, agregó. Ese mismo día hablaron por teléfono minutos después de que se diera el ataque contra CFK. “Ella me dijo que su novio había intentado atentar contra Cristina. Yo no le creía que ella estuviera involucrada”, señaló. No es la única curiosidad de este testigo. También él le dijo a Uliarte que trabajaba en la DEA y borró los audios que tenía con ella porque tenía otra relación. En su casa se secuestró la réplica de un arma, una gorra soviética, una placa de la DEA y un pantalón de combate, entre otras cosas, que de acuerdo al testigo las compraba para revender.
La fiscal Baigún recordó que post atentado él le escribió por novedades. “Yo quería saber por chusma”, afirmó el testigo. “No me dijo nada”. “¿Usted sabía de antemano lo que iba a pasar?”, fue una de las preguntas de Baigún. En total, la fiscalía contabilizó al menos 20 pagos de Robles a Uriarte.
Según un audio que envió a una amiga suya y le hicieron escuchar durante la audiencia, Robles se vio con Brenda tres días después del atentado y afirmó que ella le contó cosas “que no te imaginás”. Cuando la fiscalía le preguntó por esa reunión y esa conversación, Robles afirmó que inventó lo que le dijo. “Ahí me habré equivocado con lo que dije”, afirmó respecto al haber salido con Uliarte. “Yo con Brenda solo tuve contacto virtual”, aseguró.
“Veo y escucho que el testigo es sumamente renuente, es un presupuesto del falso testimonio, voy a pedir que el señor sea detenido y puesto a disposición del juez competente para que se lo investigue por el presunto delito de falso testimonio. Todos los chats transcriptos de él no coinciden en absoluto con las explicaciones que intenta darle que ni usted las puede creer porque son absolutamente contradictorias”, le planteó la fiscal Baigún a la jueza Namer. Por ejemplo, no quedan dudas de que la persona con la que dijo reunirse era Brenda Uliarte. En otro de los audios que le hicieron escuchar asegura que a Sabag Montiel “le prometieron mucha plata". "Lo iban a meter en cana un año, después hacer pasar por muerto al estilo Néstor Kirchner y luego mantenerlo oculto. Los que la mandaron supuestamente a que le pegue el tiro a Cristina era la misma gente de Fernández”, se lo escucha decir en otro mensaje de voz que envió a una amiga. También asegura en otros audios que Brenda le dijo que si Sabag Montiel contaba quién lo mandó a ejecutar el atentado lo iban a asesinar en la cárcel . Y que conocía a Sabag Montiel y que “estaba metido con Biondini”. Cuando el abogado de CFK, Marcos Aldazábal, le preguntó por lo de Biondni dijo que era “una teoría” suya.
Como para el tribunal el pedido de detención es una medida extrema, la jueza Namer le dio oportunidad al testigo para reflexionar sobre su respuesta. Y tras escuchar los audios le solicitó que explique todo. ¿Qué respondió Robles? Que no era verdad lo que dijo en los audios. “No estuve con Brenda. Inventé todo”, contestó.
Ante lo escandaloso de la situación, el tribunal pasó a un cuarto intermedio para deliberar sobre lo que estaba pasando. Finalmente, decidió diferir lo solicitado por la fiscalía para el momento de la sentencia. Es decir, esperar y observar si la prueba que se produce en el juicio demuestra que Robles estaba mintiendo. Si es así corresponderá la apertura de una nueva causa para ver si el testigo cometió el delito de falso testimonio.
La audiencia se completó con las declaraciones testimoniales de Serena Suarez Mangin, amiga “virtual” de Uliarte, a quien conoció en Facebook; Franco Meriggi, amigo de Brenda con quien también se contactó por redes sociales; y Rocío Edith Rojas.
De los mensajes y conversaciones que se exhibieron durante el debate este miércoles quedó claro que Ularite estaba escapándose del lugar del hecho aquel 1 de septiembre de 2022 por la noche. “Eso junto a otra prueba valora el dolo (intención) de Uliarte en relación a que ella sabía que estaba interviniendo en un hecho de otro, de Sabag Montiel, y que estaba haciendo un aporte, contrariamente a lo que la joven dijo en su indagatoria, donde afirmó que no sabía lo que iba a hacer Sabag Montiel”, analizaron desde la fiscalía. “El ocultamiento, que se haya teñido de rubia para que no la reconozcan, que estuviera mintiendo o armando un relato armado ante las cámaras de televisión impacta en si hubo dolo o no de intervenir en el hecho”, concluyeron.
El próximo miércoles continuará el juicio por uno de los hechos político-judiciales más relevantes desde el retorno de la democracia.