En el marco de la inversión de $170.000 millones para equipar con uniformes, vehículos, chalecos y cámaras a las fuerzas de seguridad de la provincia de Santa Fe, el gobierno de Maximiliano Pullaro confirmó que, a fines de marzo de 2025, se incorporarán 100 pistolas Taser como parte del Plan de Seguridad.
En línea con la "bukelización" que impulsa Pullaro junto a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, el Gobernador equipará a los agentes policiales con estas pistolas que envían una descarga de 400 volts durante cinco segundos a través de un dardo que inmoviliza a la persona y cuentan con una cámara que permite registrar imagen y audio para luego saber si se utilizó de forma eficaz y en qué situación.
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Ante los reiterados hechos de inseguridad que azotan el territorio santafesino, el mandatario provincial pidió "una Policía firme y de mano dura". La Provincia atraviesa una lucha contra el narcotráfico, con el foco puesto en la ciudad de Rosario, donde desde hace muchos años mandan las bandas criminales que ejercen el terror en la sociedad. Además, resaltó que pretende "construir 4.280 celdas" al término de su mandato.
En ese marco, el subsecretario de Tecnología y Equipamiento del Ministerio de Justicia y Seguridad de Santa Fe, Armando Faraoni, anunció el avance "en la etapa administrativa" a partir de esta adquisición. Y precisó: "Le estamos otorgando a la Policía una herramienta de control y defensa con una letalidad infinitamente menor a las armas de fuego, ya que si bien las armas no letales no existen, las Taser tienen una muy baja intensidad de corriente, que logra inmovilizar a quien recibe el disparo para ser reducido por el agente".
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En julio del año pasado, la Policía de la Ciudad de Buenos Aires comenzó a utilizar estas pistolas eléctricas. Esto provocó el rechazo de organismos de Derechos Humanos, que argumentaron que se trata de dispositivos "que afectan el derecho a la vida y a la integridad física" y "su uso contraviene la obligación estatal de prevenir y erradicar la tortura, asumida por el Estado en tratados internacionales".
Estas pistolas "son pensadas para los agentes caminantes y ese tipo de patrullamientos", dijo el funcionario. Pese a que las empresas fabricantes aseguran que las pistolas eléctricas no causan daños permanentes, se registraron casos de muertos en diversos países donde se implementan, como en Australia o Estados Unidos, entre otros.
Pullaro quiere una ley inspirada en Nocelli, el policía condenado por rematar dos ladrones
El gobernador Pullaro anunció que enviará a la Legislatura un proyecto de ley “para que todo funcionario judicial tenga formación para evaluar el proceso de estrés que vive un policía" al actuar ante un hecho delictivo. La iniciativa llevará el polémico nombre de "Ley Luciano", en referencia a Luciano Nocelli, el policía que fue condenado en 2022 a 25 años de prisión por rematar a dos ladrones, pero que esta semana quedó en libertad tras una decisión de la Corte Suprema provincial.
"Vamos a enviar a la legislatura una ley denominada Luciano, por Nocelli, para que todos los funcionarios judiciales tengan una formación para que puedan evaluar el proceso de estrés que vive un policía en un momento determinado", expresó Pullaro durante un acto oficial en Rosario.
El mandatario santafesino agregó que, para los jueces, “a veces es fácil desde una oficina con aire acondicionado, con una computadora enfrente, evaluar cómo actuar cuando te disparan”. “Sin embargo, cuando una persona es víctima de un estrés tan importante, como que te disparen dos delincuentes, y tenés que resolver esa situación en tres segundos, es muy difícil", planteó.
El caso del policía Nocelli dio que hablar en Santa Fe: mató a dos ladrones durante un intento de robo en Rosario en 2019 -cuando Pullaro era ministro de Seguridad- y recibió una condena de 25 años de prisión, pero que esta semana fue anulada por cinco de los seis ministros de la Corte Suprema. "A Nocelli le dispararon y presenció cómo le pegaban a una mujer”, dijo Pullaro sobre el caso del policía. Su condena había sido confirmada en primera y segunda instancia y entendía que gatilló cuando ya no había peligro para los agentes ni para terceros que lo autorizara a realizar disparos a quemarropa.