Alberto Fernández intenta fortalecer a la región en medio de los tiempos de convulsión que atraviesa América Latina hace un tiempo. Tras el intento de golpe de Estado en Brasil contra Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente argentino decidió poner el foco también en la agenda internacional, pese al cargado verano político de Argentina. Estuvo constantemente en contacto con el Gobierno brasileño el domingo, este martes conversó en Casa Rosada con el canciller japonés, Yoshimasa Hayashi y también llega al país el ex mandatario uruguayo Pepe Mujica y su esposa y ex senadora, Lucía Topolansky, para discutir con él sobre los desafíos regionales. Finalmente, la reunión de la Celac ya está en el horizonte.
Mujica será recibido por Fernández. Llegará acompañado de su esposa, Topolansky, y el encuentro estará centrado en las dificultades y desafíos que enfrenta en la actualidad la región. Sin dudas, en el centro de la discusión estará la violencia política que vivió Brasil de parte de la extrema derecha que responde a Jair Bolsonaro y la agresión a los edificios de los tres poderes del Estado de ese país. Pero el ex mandatario también está muy interesado y lo ha dicho en los últimos años, en las posibilidades de reactivar la integración y, el año pasado, en una entrevista televisiva afirmó: "La Argentina es un país determinante en el rumbo de América Latina."
Para Alberto, el objetivo de la integración regional estuvo presente desde la campaña de 2019. Asumir la presidencia pro témpore de la Celac le ofreció una plataforma privilegiada para empujar esa idea. Por eso, en este nuevo contexto de convulsión política en Brasil, Perú, Bolivia y Colombia -donde la vicepresidenta denunció este martes un atentado contra su vida-, el mandatario argentino apuesta a hacer de la cumbre de la Celac en Buenos Aires dentro de dos semanas un punto de inflexión que muestre una imagen de unidad y fortaleza similar a la que Lula consiguió puertas adentro en Brasil con los titulares de la corte suprema, el Congreso y todos los gobernadores.
La reunión que convocará a los jefes de estado de Latinoamérica y el Caribe, y a la que también están invitados los líderes de las dos máximas potencias mundiales, Estados Unidos y China, iba a tener como tema principal de la agenda la necesidad de institucionar el espacio para garantizar un foro de debate, negociación y cooperación más activo y eficiente para la región. Sin embargo, el Gobierno recalculó y el apoyo a la democracia de Brasil -un país que además vuelve a la Celac de la mano de Lula- será sin dudas uno de los grandes protagonistas.
En un gesto a Alberto, Lula llegará a Argentina un día antes de la cumbre, el 23, para reunirse a solas con él y unir posiciones de cara al encuentro multilateral. Ya el 24, el flamante mandatario brasileño tiene planeado tener algunas bilaterales, además de la cumbre.
Fernández estuvo todo el domingo en diálogo con el ex canciller y actual asesor de Lula, Celso Amorim, quien lo mantuvo actualizado de los ataques y destrozos contra las sedes de los tres poderes del Estado vecino. El mandatario argentino incluso se ofreció a viajar a Brasilia para estar junto al presidente brasileño, según pudo averiguar El Destape, y, una vez que la situación se estabilizó habló en la televisión brasileña para dejar claro el apoyo internacional a Lula.
Lula agradeció el gesto pero pidió no cambiar ningún plan: ni un viaje exprés a Brasilia ni suspender su participación en la Celac. Tanto él como sus funcionarios buscaron en todo momento mostrarse en control de la situación en Brasil.
Una Celac inclusiva y más fuerte
A la cumbre de la Celac fueron invitados dos pilares en la política exterior que promueve Fernández: los mandatarios de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping. Dos polos de un mundo en guerra, con crisis energética y alimentaria, y una recesión entre las potencias occidentales en puerta. Aún no confirmaron su asistencia, física o virtual, pero desde el Gobierno apuestan a que la urgencia que desnudó el intento del golpe de Estado en Brasil los convencerá de participar de alguna manera.
Además, su presencia abonaría el escenario de "mundo multipolar" que impulsa el presidente argentino. Un ejemplo fue el diálogo reactivado entre el Gobierno y la oposición de Venezuela, impulsado por el presidente francés, Emmanuel Macron, secundado en la mesa de negociación por Colombia y Argentina, y hospedado por México.
"El mundo está siendo amenazado por oportunistas del odio que siembran desánimo en pueblos muy golpeados por la pandemia. Es hora de enfrentarlos. América Latina y el Caribe saben de la necesidad de la integración como una condición básica para lograr el desarrollo", había afirmado en su discurso en la Cumbre de las Américas de junio de 2022 frente al anfitrión Biden, a quien también le reclamó la inclusión de todos los países de la región, no solo con los que tiene sintonía ideológica o buena relación.
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Ese lema de inclusión e integración sigue en la cabeza de Fernández. La idea de hablar con todas las partes en el mundo. Prueba de eso fue que Fernández preservó, Daniel Scioli mediante, su relación con Bolsonaro durante la Presidencia del ultraderechista pese a sus diferencias. También cuidó su vínculo con Nicolás Maduro, en medio del acercamiento de Biden, quien envió el año pasado a dos de sus principales asesores a retomar esa relación y el norteamericano hasta levantó sanciones para que Chevron vuelva a producir y exportar petróleo en Venezuela.
El flamante embajador en ese país, Oscar Laborde, contó este lunes en El Destape Radio detalles del vínculo actual de Argentina con Venezuela: “Alberto supo adelantar cuál era la movida, y que eso del cerco y del bloqueo económico a Venezuela no iban más. Las relaciones entre Venezuela y Argentina están en un buen momento".
Alberto en el mundo
Tras un 2022, en el que participó en la Cumbre de las Américas, el G20 y hasta como invitado en el G7, Fernández sigue su camino este 2023 por el resto del mundo, aunque con un foco especial en América Latina.
Este martes mantuvo un encuentro junto al ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Yoshimasa Hayashi, quien arribó a la Argentina en el contexto de una gira que comprende otros países de la región como México, Ecuador y Brasil. El canciller Santiago Cafiero expresó a la salida de la reunión: "Nos comprometimos a poder avanzar en una relación estratégica, lo que significa un paso más en la relación bilateral. Esto va a traer posibilidades de mayor inversión, mayor vínculo y, sobre todo, de coordinación en organismos multilaterales. El presidente hizo un detalle de cómo fue la salida de la pandemia, la recuperación en Argentina, los tres años de recesión (2018-2020), pero que ya en 2021 vuelve a crecer".
Por otro lado, Fernández recibirá al canciller de Alemania a fines de enero. Se trata de Olaf Scholz, quien realizará una gira por Sudamérica y parará en Buenos Aires con la intención de ampliar el comercio, las inversiones y el financiamiento. El político europeo permanecerá en el país durante dos días: 30 y 31 de enero.
Ambos ya se habían reunido en mayo y junio del año pasado en Alemania, el motor económico y, hace tiempo, político de la Unión Europea. En el marco del G7, Scholz había afirmado que "es bueno saber que en estos tiempos con Argentina tenemos un socio fiable en América latina", y agradeció a Fernández "por la determinación con la que Argentina apoyó la condena a Rusia en los foros internacionales".
Aunque aún es muy temprano para conocer la agenda internacional de 2023, Alberto sí tiene garantizado la cumbre anual del G20 en Nueva Delhi, India. También se realizará la cumbre del G7 en mayo en Japón, donde -como presidente de la Celac- podría volver a ser invitado como el año pasado.