En Catamarca, los diez gobernadores del norte del país retomaron el cuento de la buena pipa de las PASO. Le expresaron al presidente Alberto Fernández la conveniencia de suspender las elecciones primarias programadas para el 8 de agosto, con más razón ahora que es inminente la llegada de la temida segunda ola de contagios por el coronavirus y una campaña y una jornada electoral en pleno invierno suena muy poco conveniente. El Presidente, como dejó bien claro en su última entrevista televisiva, coincide con ellos, pero volvió a derivar la iniciativa al Congreso. Allí, un puñado de diputados que responden a los gobernadores presentaron en diciembre un proyecto para la suspensión, que nadie se preocupó por hacer avanzar. "La agenda está copada por el proyecto de Impuesto a las Ganancias. Es cierto que el tiempo para modificar las PASO se achica, habría que convocar a un acuerdo entre todos los partidos", respondían esta semana desde el bloque del Frente de Todos. La gran incógnita es quién convocará a ese acuerdo porque ni el Gobierno, ni el Congreso, ni los gobernadores se muestran dispuestos a hacerse cargo.
Los gobernadores nucleados en el Norte Grande se reúnen una vez por mes con el Presidente y algunos de sus ministros. Están llevando adelante una interesante agenda de temas puntuales para desarrollar la economía regional del NOA y el NEA. Pero en cada encuentro hay un tramo dedicado a discutir la suspensión de las PASO y el de ayer no fue la excepción. "Si hay consenso, yo estoy de acuerdo. Pero tienen que moverse ustedes, los gobernadores, y conseguir que lo apruebe el Congreso. Yo no voto en el Congreso", esquivó Fernández. Fue más claro sobre sus deseos en la entrevista televisiva que dio el lunes pasado. "Agosto es el peor mes del invierno y si la pandemia subsiste nos estamos exponiendo a un riesgo muy grande, en eso los gobernadores tienen razón", respondió allí. También dijo que con lo que costaban las PASO podía pagar la totalidad de las vacunas Sputnik V. Los gobernadores plantearon en su proyecto los dos argumentos: el sanitario y el económico. Este último punto es rechazado desde el kirchnerismo, que consideran que el funcionamiento democrático tiene un costo que hay que pagar sin ponerse a hacer cuentas.
Las nuevas olas
Al principio, el principal impulsor de la suspensión fue el chaqueño Jorge Capitanich, al que se le sumó el tucumano Juan Manzur, ambos de muy buen vínculo con el Presidente. Pero en Gobierno aseguraban que ayer fueron los radicales Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, y el correntino Gustavo Valdés, quienes se mostraron más interesados. La cuestión es que desde diciembre a esta parte hubo dos provincias -Salta y Misiones- que convocaron a las elecciones locales desdobladas, con lo que el argumento de cuidado sanitario quedó desvirtuado por ellos mismos. Por eso en las últimas semanas el tema salió de la agenda, pero con el crecimiento de los casos y la amenaza de la segunda ola, ayer volvió a plantearse.
Días atrás, la Cámara Nacional Electoral avanzó con el cronograma y fijó las PASO para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre, pero el calendario puede modificarse en caso de acuerdo político. El problema para llegar a un acuerdo es que nadie parece dispuesto a convertirse en su gestor, probablemente porque duda de las posibilidades de éxito. El Gobierno lo ve positivo pero no quiere pagar ningún costo político, por lo que deriva la responsabilidad en los gobernadores y el Congreso. Los gobernadores presentaron un proyecto que nadie movió, ni el oficialismo ni la oposición. Morales y Valdés deberían convencer a los dos únicos mandatarios provinciales reticentes -el gobernador radical de Mendoza, Rodolfo Suárez, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta- para que se llegue a un consenso total, pero nunca asumieron ese rol.
En el bloque del Frente de Todos que conduce Máximo Kirchner creen que la suspensión ya es imposible, pero ven factible postergar ambas elecciones un mes: las PASO en septiembre y las generales en noviembre. Supuestamente Rodríguez Larreta no se opondría a esa modificación, más ahora ante el agravamiento del cuadro pandémico. El punto es que alguien debería convocar a todas las partes a una mesa y firmar un acuerdo, y nadie aparece con la intención de asumir ese rol. Un candidato es el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien ya se expresó a favor de la suspensión. Pero toda su actividad hoy está ocupada con el proyecto de modificación de Impuesto a las Ganancias. Así que, en todo caso, deberá esperar que esta iniciativa sea aprobada.