En medio de las versiones que buscan instalar un supuesto malestar en la relación con Estados Unidos, el presidente Alberto Fernández mantuvo un almuerzo en la Casa Rosada con el canciller Santiago Cafiero al que sumó luego el embajador en Washington, Jorge Argüello, para hacer un repaso de la situación y ratificar la normalidad del vínculo. "Estamos concentrados en la agenda positiva común que tenemos", informaron desde la Cancillería donde decían tener en claro que si en el Departamento de Estado realmente existiera malestar lo habrían hecho saber. "Y no hubo ninguna comunicación oficial ni extraoficial", subrayaban. Por otro lado, confirmaban que Fernández estará en junio en Los Ángeles para participar de la Cumbre de las Américas en la que Joe Biden buscará fortalecer los lazos con la región.
Los rumores de "preocupación" surgieron a partir de las declaraciones de Fernández en Moscú en las que habló sobre la necesidad de que el país termine con la dependencia de Estados Unidos y del FMI y, un par de días después, cuando quitó relevancia a la intervención de la administración Biden para llegar a un acuerdo con el Fondo. Las afirmaciones pusieron de relieve que el Presidente esperaba más colaboración de parte de la Casa Blanca, especialmente teniendo en cuenta que el anterior gobierno de Estados Unidos resultó determinante para que Mauricio Macri recibiera un préstamo récord que ahora se debe afrontar. No hubo ni extensión de los plazos de pago más allá de los diez años, ni eliminación de las sobretasas como se pedía. Con todo, de ahí a plantear un "malestar" había un largo trecho.
"Puede ser que el Presidente esperara más, es lógico, pero Estados Unidos intervino en el último tramo para acelerar el acuerdo y esperamos que lo siga haciendo para cerrarlo", comentaba un funcionario al tanto de los diálogos. De hecho, Cafiero estuvo en Washington el 18 de enero para encontrarse con el secretario de Estado Antony Blinken con las negociaciones por la deuda como tema fundamental. Luego de eso vino el anuncio.
Justamente, Argüello está en Argentina para trabajar en el cierre del acuerdo. Ya estuvo recorriendo algunas provincias junto al jefe de Gabinete, Juan Manzur, con la intención de promover el intercambio comercial de productos regionales. De las visitas también participó el nuevo embajador norteamericano Marc Stanley. Un indicio de esta agenda bilateral positiva que se menciona. Otros rubros son el cambio climático, la no proliferación de armas nucleares, la defensa de los derechos humanos y la cooperación científica. Este jueves, una vez que terminó el almuerzo con Cafiero, el embajador se quedó conversando más de dos horas con el Presidente repasando todos los temas y quedaron que permanecerá en el país mientras sea necesario.
En la Cancillería interpretaban que algunos de los "trascendidos" que salen de supuestas fuentes diplomáticas estadounidenses resultan más para consumo interno que por situaciones reales de la malestar. "Generalmente cuando el Departamento de Estado de un país tiene que decir algo, nos enteramos todos", remarcó la portavoz Gabriela Cerruti en su conferencia de los jueves. En la Cancillería insistían en el concepto de multilateralidad de las relaciones exteriores y que el interés que mostraron China y Rusia fue el motivo de la gira del Presidente. "China nos invita, nos ofrece inversiones, financiamiento para las vacunas y apoyo. Rusia más o menos lo mismo. Fijate que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, un banquero de derecha, acaba de estar en China. Y Jair Bolsonaro en unos días se reúne con Putin. No es casualidad", explicaban en Gobierno sobre la atención que ofrecen estos otras potencias ante las necesidades de la región, multiplicadas por la pandemia. En tanto, Biden se mantiene actitud distante, algo que hace unos días le marcó en el Parlamento el senador derechista Matt Gaetz como una "amenaza", por la influencia creciente de China en el otrora "patio trasero".
El presidente argentino -que además ejerce la presidencia pro témpore de la Celac- ya confirmó su participación en la Cumbre de las Américas que se realizará a mitad de año en Estados Unidos, la oportunidad ideal para que Biden muestre sus cartas para la región. "América Latina espera más de Biden", señalaba un funcionario para explicar que el tufillo a poco no sólo se siente en la Casa Rosada. “Los intereses nacionales de Estados Unidos están indisolublemente ligados a la suerte de nuestros vecinos más cercanos en las Américas”, afirmó el presidente norteamericano al anunciar como sede del cónclave la ciudad de Los Ángeles. Será el momento para pasar de las palabras a los hechos.