La presentación sobre el filo del plazo de la candidatura de Cecilia Todesca Bocco para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) disparó la actividad del gobierno argentino que, entiende, tiene buenas chances de imponer a su postulante, la única mujer de los cinco en carrera. Tanto es así que es muy probable que el ministro de Economía, Sergio Massa, siga directo rumbo a Washington, Estados Unidos, en la escala en Madrid que hará a la vuelta del G20 el avión de Alberto Fernández. Ya para entonces tendrán claro si México cumplirá su promesa de palabra de apoyar a Argentina, un paso decisivo en la puja.
Todesca y el titular del Indec, Marco Lavagna, segundo de Massa en la relación con los organismos financieros internacionales, ya se mueven entrando y saliendo de oficinas del DC en busca de apoyos. A varios kilómetros de allí, en la exótica Bali, el canciller Santiago Cafiero y Massa sabrán este miércoles de boca del canciller mexicano Marcelo Ebrard la posición que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tomará en la pulseada.
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Pese a que tiene su propio candidato, el ex titular del Banco Central Gerardo Esquivel, en el Ejecutivo argentino aseguraban que hay un compromiso de AMLO de bajarlo y apoyar a Todesca. Si así fuera, sólo con el porcentaje de los dos países ya alcanzaría un 19% de los votos. “Con eso estamos seguros en la segunda ronda y ahí es cuestión de ir ganando respaldos”, explicaban en la comitiva.
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La votación en el BID está prevista para el próximo domingo 20 y tiene algo de elección papal, dado que también se hace por rondas. Primero se vota de acuerdo a los porcentajes de cada país -Estados Unidos es el socio mayoritario con el 30% mientras que Argentina y Brasil poseen el 11,3% cada uno- y, si nadie consigue la mayoría de poder de sufragio, se hace una segunda ronda donde se tienen en cuenta la cantidad de países americanos lo respaldan.
“Tendremos que esperar a ver si no hay una ‘mejicaneada’”, ironizaban cerca de Massa, donde desconfiaban del momento que México presentó su postulante, al otro día del triunfo de Lula en Brasil. La desconfianza está puesta en ver cuál es el candidato favorito del Departamento de Estado.
Sin dudas, en primera instancia es el director del Hemisferio Occidental del FMI y postulante que en su momento presentó Jair Bolsonaro, Ilan Goldfajn, un economista ortodoxo del agrado de Washington. Luego de ganar, Lula no lo respaldó pero sí lo hizo el vicepresidente electo, el promercado Gerardo Alckmin.
En paralelo, luego del poco entusiasmo que generó la ex titular de la Cepal, Alicia Bárcena, México bajó su candidatura y, sorpresivamente, lanzó a Esquivel, otro economista que pasó por organismos internacionales y sería del agrado de la Casa Blanca. Esquivel en algún momento fue muy cercano a AMLO pero luego se distanciaron. "Ultratecnócrata" y "cuadrado" lo calificó el año pasado el presidente mexicano luego de una discusión. En el Gobierno argentino sospechan de un “muletto” de Goldfajn, en caso de que no camine por la falta de un respaldo explícito de parte del gobierno electo en Brasil.
También están lanzados un candidato chileno, Nicolás Eyzaguirre, y un quinto de Trinidad y Tobago, Gerard Johnson, en representación de los países caribeños. Según el punteo que hacían en la comitiva argentina -tipo interna del peronismo bonaerense-, no tenían posibilidades de resultar electos. La recta final era entre Todesca y el candidato de México y el de Brasil, ambos supuestos “preferidos” de la Casa Blanca, dueña de la mayoría de los votos. “Esto es Latinoamérica contra el Departamento del Tesoro. Si México cumple con lo hablado, tenemos muchas posibilidades”, se entusiasmaban cerca de Massa.
Lavagna, su mano derecha en las tratativas, estuvo acompañando a Todesca en la presentación oficial y se quedarán a sumar apoyos. Si la cosa marcha, es probable que el jueves o viernes se les sume Massa. Pocas veces la elección en un organismo internacional aparece tan disputada y en el gobierno argentino creen que tienen muchas posibilidades de ganar.