Alberto Fernández y Cristina Kirchner definieron las medidas para fortalecer las reservas del Banco Central y hacer frente a las maniobras especulativas de los mercados financieros de los últimos días que llevaron el dólar blue a niveles récord. Pondrán en marcha incentivos que apuntarán a que el sector agrícola liquide unos 3.000 millones de dólares extra hasta fines de agosto, con lo que esperan compensar las divisas que necesitan para cubrir las importaciones de gas que aún se necesitan. Por otro lado, también quedó resuelto un cambio de ministros que, era muy probable, incluyera la incorporación del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, como jefe de gabinete.
El Presidente y la vice se encontraron luego de algunos días de conversaciones telefónicas. "Hablan mucho y la relación es buena", aseguraban cerca del Presidente. Además, a diferencia de lo que ocurría hasta la salida de Martín Guzmán, Cristina ahora está al tanto de todos los pasos que da el Gobierno y mantiene un trato casi diario con la nueva ministra Silvina Batakis. El gabinete económico venía trabajando en algunas propuestas para decidir al sector agropecuario a liquidar sus exportaciones. De acuerdo a los datos que manejan en el ministerio de Agricultura y Ganadería que encabeza Julián Domínguez, todavía quedan 22 millones de toneladas de soja pendientes de liquidación.
Alberto y Cristina definieron que habrá dos sistemas de liquidación distintos, uno para productores y otro para las grandes cerealeras. Durará hasta el 30 de agosto y con el que esperan sumar 3.000 millones de dólares a las reservas del Banco Central. Es aproximadamente la cifra que demandarán las importaciones de gas en los 45 días -aproximadamente- que quedan de frío. A partir de septiembre, ese gasto ya no estará y para el año que viene, es el gran objetivo, se terminará de construir el gasoducto para Vaca Muerta que garantizará el autoabastecimiento y el consecuente fortalecimiento de las reservas.
El otro punto que dejaron resuelto en el encuentro que mantuvieron en Olivos fueron los cambios de gabinete, cuyo detalle mantuvieron en reserva. Todo indicaba que Massa, finalmente, asumirá como jefe de gabinete, algo que ya había quedado planteado aquel mismo fin de semana que se definió el cambio de Batakis por Guzmán. Si esto quedaba confirmado, era muy probable que el actual jefe de gabinete, Juan Manzur, pasara al ministerio del Interior, un cargo más acorde a la función que asumió, que principalmente apuntó a la relación con los gobernadores e intendentes. Pero eran especulaciones que hacían en Gobierno porque Alberto y Cristina decidieron mantener en resguardo el contenido de sus encuentros.
En la conversación, Alberto y Cristina también repasaron el viaje de Batakis a Washington. En un principio, la ministra acompañaría al Presidente como parte de la comitiva para la bilateral con Joe Biden, pero debido al coronavirus del presidente de Estados Unidos el encuentro se suspendió, pero la ministra viajará de todos modos. En tiempo récord, el embajador Jorge Argüello armó a una agenda de encuentros que tendrá su momento clave el lunes al mediodía cuando se encuentre por primera vez con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, quien accedió a suspender sus vacaciones para recibirla. En eso fue clave la intervención de Ilan Goldfajn, el director del Departamento de Hemisferio Occidental, que ayer recibió a Argüello.
Pero no tendrá menos importancia su paso por las oficinas de la Secretaría del Tesoro, donde se verá con el influyente David Lipton, el vicesecretario Michel Kaplan y el subsecretario de Relaciones Internacionales Andy Baukol. No se descartaba que a los encuentros pudiera sumarse la secretaria de Tesoro, Janet Yellen. Otra parada de Batakis será en el Banco Mundial donde tiene agendado un encuentro con su director, Axel Van Trotsenburg. Por último, en un apretado día y medio de encuentros de primer nivel, conversará con importantes directivos de Google, Amazon, Chevron y GM, cuatro de las más importantes empresas estadounidenses. "La idea es que la conozcan y la escuchen", explicaban en Gobierno el propósito del viaje. Le ponían fichas al mensaje de sensatez que suele transmitir Batakis respecto a sus objetivos, que imaginaban caerá muy bien entre sus interlocutores en Washington.
Un punto clave del periplo pasará por la posibilidad de destrabar los millones de dólares que el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, se niega a remitirle a la Argentina. “No vamos a poner en riesgo el patrimonio del banco prestándole a un país insolvente”, argumentó en la última reunión de directorio del organismo. Se trata de 500 millones de dólares ya comprometidos para el primera semestre del año, más otros 300 millones de dólares para el resto. 800 millones de dólares que resultarían claves para el país en este momento crítico. Pero Claver-Carone tiene entre ceja y ceja la administración de Alberto Fernández, quien encabezó una activa resistencia para que sea el primer estadounidense en presidir el BID, un organismo históricamente manejado por funcionarios latinoamericanos. Batakis necesitará de muy buenas reuniones en el FMI y en la Secretaría del Tesoro para conseguir destrabar esos fondos, será uno de sus objetivos.
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