El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, viajan este martes a Brasil para terminar de definir con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva un esquema de financiación de importaciones en reales, en el inicio de un sendero que apunta a dejar de utilizar el dólar en el intercambio comercial. Las conversaciones iniciadas en enero por ambos mandatarios se reactivaron súbitamente la semana pasada a partir de una llamada de Alberto y todo indica que concluirán con éxito en Brasilia, con alguna de las cuatro alternativas que el equipo económico negociaba contra reloj. El mecanismo tiene puntos de contacto con lo acordado la semana pasada con China y busca aliviar la presión sobre las escasas reservas del Banco Central.
El jueves pasado, en medio de la corrida financiera, el Presidente mantuvo una larga conversación vía zoom con Lula, en la que acordaron esta visita relámpago que servirá como muestra de apoyo político de la principal potencia regional al país en momentos de turbulencias. El brasileño mantiene un excelente vínculo personal y político con Alberto, que lo visitó cuando estaba preso en la cárcel de Curitiba. En enero, Lula cumplió con la tradición de vecino de viajar a Argentina en su primera salida al exterior y firmó con Alberto el impulso a una serie de acuerdos. Uno de ellos establecía la “profundización de la relación bilateral con instrumentos que aumenten y faciliten el comercio sin obstáculos, a través de la ampliación del uso del sistema de moneda local (SML)". Es el que resolvieron acelerar para anunciar este martes en el Palacio del Planalto.
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Los equipos económicos de los ministros Massa y Fernando Haddad trabajaron durante el feriado del lunes para terminar de encontrarle la forma más adecuada al acuerdo. Según anticipó a la cadena Globonews el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda brasileño, Gabriel Galípolo, planean financiar a unas 200 empresas brasileñas que venden productos a la Argentina. "Llevamos algún tiempo discutiendo lo que llamamos crédito a la exportación", explicó el funcionario.
El Bnades financiará en reales a las empresas y luego Argentina cancelará esos créditos en pesos, con lo que se evita la utilización de dólares. Galípolo explicó que para Brasil el acuerdo también era importante porque se trataba en su mayoría de productos industriales con valor agregado que en los últimos tiempos habían perdido terreno en el comercio con Argentina que optaba por comprarle a China, justamente por falta de financiamiento.
La medida se complementa con el swap de monedas activado la semana pasada con China, que permite pagar en yuanes las importaciones, elogiado por la vicepresidenta Cristina Kirchner en su mensaje en el Teatro Argentino en La Plata. China y Brasil son los dos principales socios comerciales de Argentina y con los que el país tiene su mayor balanza deficitaria, por lo que una vez que los mecanismos se encuentren funcionando representarán un alivio considerable para la sangría de dólares. "Vamos a avanzar rápido y con un esquema contundente de respaldo a la economía argentina", adelantaban cerca de Massa respecto a las conversaciones de las últimas horas.
En el Gobierno también esperaban poder anunciar avances en el financiamiento del gasoducto de Vaca Muerta hacia el sur de Brasil, una obra que requerirá de alrededor de 700 millones de dólares. Brasil considera estratégica la construcción dada la caída de los envíos desde Bolivia pero, hasta ahora, el Bnades se resistió a aportar para este segundo tramo del gasoducto. Por eso, no estaba definido si este martes podría haber novedades al respecto. Massa tenía agendada para el miércoles una reunión con Rodrigo Maia, titular de la CNF, entidad que abarca las principales instituciones bancarias y de la bolsa de valores de Brasil.
En tiempos de definiciones de candidaturas era lógico que hubiera varios interesados en aparecer en la foto del anuncio. Mientras Massa y su equipo revelaban las negociaciones con sus pares brasileños, el embajador Daniel Scioli salió a hablar por su lado de los acuerdos en marcha. "Vamos a estar mañana con el presidente Lula, que a partir de su afinidad desde el punto de vista humano pero también político, ha demostrado toda su voluntad de ayudar en este momento a la Argentina", comentó el embajador, quien detalló la búsqueda de mecanismos para financiar a los exportadores brasileños.
Fuera del capítulo económico, Lula imaginaba la colaboración con Alberto como la antesala a la cumbre que convocó para el 30 de mayo en Brasilia para relanzar la Unasur como el organismo aglutinante de los gobiernos de la región. En la carta invitación que Lula ya remitió a todos los presidentes, llamó al encuentro en la necesidad de "revitalizar la integración en América del Sur", pidiendo que se dejen de lado las diferencias en nombre de un destino común. Será una cumbre atípica, planteada con delegaciones reducidas, menos formalidades y más intimidad, con la idea de una charla franca que ayude a limar asperezas.
El mes pasado, la Cancillería argentina anunció formalmente la reincoporación al organismo del que Néstor Kirchner fuera su primer secretario general y luego se abandonara durante el gobierno de Mauricio Macri. "El regreso de la Argentina a la Unasur le suma al país una opción integradora que no es excluyente de ninguna otra. Para el gobierno argentino es crucial toda instancia que agregue poder de decisión nacional y consolidación de una región cada vez más integrada", sostuvo en la carta firmada por el canciller Santiago Cafiero.