Concluido el período de aislamiento luego de su viaje a Perú, el presidente Alberto Fernández se realizará este jueves un test PCR para confirmar el alta y a eso del mediodía estará de vuelta en la Casa Rosada con dos decisiones principales por resolver: el anuncio de los nuevos ministros y la prórroga del DNU con las medidas de cuidado, especialmente qué sucederá con la llegada de argentinos desde el exterior. Respecto a los ministros, sólo está confirmado que el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, reemplazará a Daniel Arroyo en Desarrollo Social aunque también resta saber cuándo asumirá. En lo que se refiere a los vuelos, la idea sería seguir con el gradualismo y permitir que cada semana ingresen un pequeño cupo más de personas, aún con el riesgo cada vez más amenazante de la propagación de la variante Delta.
Pese a estar exceptuado, Fernández -y la comitiva que lo acompañó a Perú para la asunción del presidente Pedro Castillo- decidió aislarse preventivamente. Desde Lima, justamente, fue que anunció la norma ética de que todo funcionario que se presente como candidato debe renunciar a su cargo. El cambio de Arroyo por Zabaleta -el jefe comunal de mayor confianza del Presidente- había sido conversado con anterioridad, pero no se conocía el momento del reemplazo -se especulaba con diciembre-, que se precipitó. En cambio, fue toda una sorpresa la salida de Agustín Rossi del Ministerio de Defensa, luego de que tomara la decisión de presentarse como precandidato a senador en Santa Fe para competir contra la lista que patrocina el gobernador Omar Perotti, que parece contar con el aval de la Casa Rosada.
Algo de lo que se jactaban en Gobierno era que esta vez se habían evitado las filtraciones y el nombre del elegido para Defensa todavía seguía en una nebulosa. Descartaron las primeras versiones que hablaban de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, o del embajador en Brasil, Daniel Scioli. En la danza posterior aparecieron mencionados, entre otros, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el secretario de Seguridad de Santa Fe, Germán Montenegro, el jefe de gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, y el ex presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, quien fue por poco tiempo secretario de Asuntos Militares.
En la Casa Rosada veían todas estas posibilidades como verosímiles pero sin ningún elemento que les dé sustento. "Que yo sepa no hubo ninguna conversación, ni me enteré de ninguna visita", respondía un funcionario. Es decir, podía ser, pero no había nada en concreto, con lo que la incertidumbre persistirá hasta el jueves. También deben anunciarse los reemplazos de otros dos funcionarios que se desempeñan en el Ministerio de Obras Públicas que conduce Gabriel Katopodis. Se trata del secretario de Obras Públicas, Martín Gill, quien será candidato a diputado del Frente de Todos en Córdoba, y el titular del Ente de Obras Hídricas de Saneamiento, Enrique Cresto, quien competirá en Entre Ríos.
DNU de restricciones por COVID
La otra decisión que deberá tomar el Presidente tiene que ver con las restricciones por la pandemia. Lo más probable era que, como en la última ocasión, prorrogara por otras cuatro semanas el DNU que vence el viernes y que faculta a gobernadores y al jefe de Gobierno porteño a adoptar medidas ante la verificación de determinados parámetros, a través del denominado "semáforo epidemiológico". Hasta allí no hay mayores novedades.
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La expectativa giraba en torno a qué sucederá con la decisión administrativa que acompañará ese DNU, con la que se renovará la limitación al cupo diario de pasajeros que ingresan al país. Con la amenaza de la llegada de la variante Delta del coronavirus, el Gobierno decidió en junio pasado restringir el arribo a un máximo de 600 pasajeros diarios. Con el último decreto, un mes atrás, flexibilizó la resolución de manera que cada semana pudieron ingresar una cifra un poco mayor de pasajeros. Así, durante esta semana que finaliza el viernes 6 de agosto, se permitió el arribo de 7 mil pasajeros, a razón de mil por día.
El Gobierno insistirá en marcar los riesgos que acarrean una apertura mayor. Principalmente, teniendo en cuenta que no existe un control real del aislamiento al que deben someterse los pasajeros a su llegada, como quedó probado en los sucesos ocurridos en Córdoba, con el ingreso del ciudadano peruano contagiado con la nueva variante que provocó otros 18 casos y un aislamiento preventivo de más de 800 personas.
La idea que prevalecía en Gobierno era seguir en la misma línea que la última resolución. Mantener las restricciones a los ingresos, habilitando semana a semana que lleguen un número mayor de argentinos en el exterior aunque siempre dentro de un margen acotado, de manera que la situación no se desborde. En un mes que está planteado como de aplicación masiva de segundas dosis, el objetivo es inmunizar a la mayor cantidad de adultos posibles antes de que la Delta alcance la fase de transmisión comunitaria.