Alberto Fernández llegó anoche a Brasilia donde esta mañana, a partir de las 10, participará de un encuentro en el Palacio de Itamaraty para relanzar la Unasur, el organismo regional creado en 2008 que luego los gobiernos de derecha hicieron lo posible por desactivar. Es la primera iniciativa política regional concreta desde que Lula retornó al poder y en el gobierno argentino están muy de acuerdo en acompañarlo, porque es algo que Alberto también vino planteando desde que llegó a la Casa Rosada. La reunión no será una cumbre formal sino un diálogo a agenda abierta -"retiro" lo denominó Lula- con la idea de que cada presidente exprese su posición y luego firmen una declaración conjunta.
Alberto llegó anoche a Brasilia junto al canciller Santiago Cafiero, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello y la portavoz Gabriela Cerruti. Los esperaba el embajador Daniel Scioli, en una de sus últimas actuaciones importantes en Brasilia antes de lanzarse a la campaña electoral. El horario tentativo de finalización de las deliberaciones está previsto para las 18 y luego Lula ofrecerá una cena en el Palacio de la Alvorada que servirá para tener una postal del nuevo mapa regional, con un documento de cierre en el que expresarán sus conclusiones.
Argentina expresó formalmente su decisión de volver a la Unasur en una carta enviada el 6 de abril. "Para el Gobierno argentino es crucial toda instancia que agregue poder de decisión nacional y consolidación de una región cada vez más integrada, con mayor comercio intrazona y mejores niveles de cooperación en pos de su desarrollo”, expresaba el documento con la firma del canciller Santiago Cafiero. Con la vuelta de gobiernos progresistas en Argentina y Brasil quedó asegurado el quórum de seis países para poder sesionar de los 12 que componen la Unasur. Hoy los países miembros son Argentina, Bolivia, Brasil, Guyana, Surinam y Venezuela. Los seis que restan volver son Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay.
La realización del encuentro quedó confirmada luego de la visita de Alberto a Lula días pasados, con las urgencias económicas argentinas como principal preocupación. Luego de eso, Lula cumplió con su promesa de plantear el problema argentino de falta de dólares por culpa de la sequía tanto en el encuentro que su ministro de Economía, Fernando Haddad, mantuvo con la secretario del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y en la reunión que el propio presidente de Brasil tuvo con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en el marco del G7. También se espera la colaboración brasileña en las tratativas que el ministro de Economía, Sergio Massa, realizará a partir de hoy en la cumbre de los BRICS, en Shangai. De esa forma, entendían en la Cancillería, Lula muestra su intención de convertirse en el líder y vocero de la región.
En la previa, Lula definió como "momento histórico" volver a recibir al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de visita en Brasil luego de ocho años. Además de Lula, Alberto y Maduro está previsto que participen Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Irfaan Ali (Guyana) y Chan Santokhi (Surinam). La peruana Dina Boluarte no puede salir de su país por motivos constitucionales, por lo que la representará el primer ministro Alberto Otárola.
Se espera que Boric y Petro confirmen el reingreso al organismo, con lo que los países miembro pasarían a ser ocho. Con todo, la decisión debe pasar por los respectivos Parlamentos. Como el encuentro en Brasilia será a agenda abierta, quedará en los presidentes resolver si la mejor herramienta para favorecer la integración regional es reflotando Unasur o de alguna otra manera que pueda plantearse. "Quiero desearle éxito a tu iniciativa con los presidentes de nuestra región. Me parece importante la creación de un espacio de encuentro, conocimiento mutuo, dialogo y reflexión, que bien has llamado 'retiro'", sostuvo el ex presidente uruguayo Pepe Mujica en una carta que le envió ayer a Lula.
La Unasur se convirtió en un símbolo de la época que los gobiernos progresistas y de izquierda eran amplia mayoría en la región. Néstor Kirchner fue su primer secretario general desde mayo a octubre de 2010, cuando falleció. Una estatua con su imagen fue erigida en la sede del organismo, en Quito, que luego fue devuelta y hoy se encuentra en el CCK. Con la llegada de gobiernos de derecha, varios anunciaron su salida. Mauricio Macri lo hizo en abril de 2019, cuando le quedaban apenas unos meses de gobierno. Tiene "una agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales", sostuvo en la renuncia. En verdad, hacían seguidismo de la agenda planteada desde Washington por el gobierno de Donald Trump que promovían el Grupo de Lima cuyo único objetivo era la persecución a la Venezuela de Maduro. También lanzaron una versión de derecha que llamaron Prosul, que nunca funcionó.