Alberto Fernández planea una segunda mitad del año ajetreada, entre la campaña de cara a las elecciones 2021 y las labores para acelerar la salida de la pandemia. La crisis del Covid no solamente trastocó sus planes de gobierno sino que lo obligó a replegarse, la mayor parte del tiempo, entre la residencia de Olivos y la Casa Rosada. Fernández se jacta de ejercer la diplomacia personal y cada vez que viaja, cuando debe reunirse con pares en el extranjero o con gobernadores en el interior, muestra su mejor versión. Por eso sus planes para los próximos meses lo encontrarán en la ruta: a medida que se despeje el peligro del Covid-19 y la coyuntura lo permita, el Presidente tiene previsto recuperar parte del tiempo perdido.
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A menos de veinte días de las PASO, el plan del gobierno es federalizar la campaña, por eso el mandatario visitará varias provincias antes de que sea la hora de ir a las urnas. La recorrida comenzó este lunes en San Juan, donde visitó una fábrica textil y obras de vivienda en compañía del gobernador Sergio Uñac. El miércoles se repetirá la secuencia en Catamarca y dos días más tarde, el viernes, en La Pampa. Aunque la agenda todavía no está confirmada, se espera que el esquema se replique en las dos semanas que quedan antes de las primarias, con visitas a distritos del NEA (sería Chaco), NOA (Tucumán), el litoral (Santa Fe) y la Patagonia.
La agenda de Alberto Fernández en el exterior
Después de las elecciones la atención se desplazará al exterior, con dos giras marcadas en el calendario para lo que queda del año. En primer lugar, tiene planeado viajar a Norteamérica a pocos días de las primarias. La primera escala será en México, si la Argentina, como parece, confirma el apoyo de la región para asumir la presidencia protémpore de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), el organismo regional que reúne a todos los países al sur del muro de Donald Trump y que Fernández, junto a su par Andrés Manuel López Obrador, apuesta a potenciar para balancear el peso de la OEA, con el sponsor por Washington y cuestionada por su rol en el golpe de Estado en Bolivia.
La votación será el 18 de septiembre en la ciudad de México. Por ahora, la candidatura Argentina solamente es resistida por el gobierno de Nicaragua, que propone a la pequeña isla de San Vicente. El Brasil de Jair Bolsonaro se autoexcluyó en 2019 y Uruguay, que había votado contra Fernández en las elecciones del BID y de la CAF, esta vez comprometió su apoyo, como lo hicieron Paraguay, Chile, Colombia y Perú. Con ese respaldo garantizado, todos los cálculos indican que llegado el momento se sortearán los obstáculos y Fernández podrá anotarse, esta vez, un triunfo: la tercera, la vencida.
La siguiente escala en el itinerario es Nueva York, donde se realizará, como todos los años a esta altura, la Asamblea General de Naciones Unidas. El año pasado se llevó a cabo por primera vez de manera virtual; esta vez estaba planeada como presencial pero a causa del aumento de casos por la circulación de la variante delta el gobierno de los Estados Unidos pidió a la organización que restrinja el número de invitados. Fernández está decidido a asistir, excepto que haya una medida estricta en sentido contrario. Además de su discurso ante la Asamblea, tiene previsto participar de encuentros vinculados a la pandemia, la lucha contra el hambre y el combate al racismo durante una estadía de 72 horas.
Si viaja a Nueva York, seguramente Fernández va a armar una agenda de citas bilaterales con otros líderes que asistan de manera presencial. La idea es que el anfitrión Joe Biden no sea una de ellas, porque los encuentros en ese ámbito suelen ser breves y el presidente argentino preferiría una charla más extensa y distendida y una foto en el Salón Oval. Si en septiembre no se agrega una escala en Washington y si el panorama sanitario no trae más sorpresas desagradables, en el gobierno argentino confían que podrán concretarlo en otro momento antes de fin de año. Las negociaciones están avanzadas, aunque la situación en Afganistán cambió rápidamente las prioridades, aumentando la incertidumbre.
Por último, a fines de octubre el Presidente tiene previsto volver a Europa, donde tendrán lugar, de manera consecutiva, la cumbre de jefes de Estado del G20, que este año se celebra en Roma, y luego la Conferencia de Líderes por el Cambio Climático, en Glasgow. En ese viaje espera saldar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, a partir del apoyo del Foro a la quita de sobretasas propuesta por el gobierno argentino, y el anuncio de un plan de “canje verde” que permitiría que el país acceda a condiciones más ventajosas que las previstas por el estatuto del FMI a la hora de refinanciar sus acreencias, tal como anticipó El Destape el domingo pasado.