El jefe de Gabinete, Juan Manzur, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el resto de los funcionarios nacionales atravesaron sin mayores imprevistos el largo debate ante la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, en el primer test parlamentario para el acuerdo con el FMI. Con algún intento de show, el macrismo insistió en la idea de que el Congreso debe aprobar el financiamiento pero no el programa económico del Gobierno. A esto le sumó el llamativo argumento de que la renegociación del préstamo exorbitante de Mauricio Macri representa un endeudamiento mayor. En cuanto a las disidencias dentro del Frente de Todos, hubo un indicio de que serán administradas sin estridencias al consensuar el reemplazo de los diputados de esta comisión que no avalan el acuerdo. En la Casa Rosada seguían convencidos de que la propuesta será aprobada. "Votar en contra es provocar el default, quiero ver quién se anima a eso", respondían cerca del presidente Alberto Fernández.
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"Se hizo un festival, es muy malo el planteo de ellos", evaluaban en el Gobierno respecto a la actuación de Guzmán cuyo estilo zen parece ideal para estas confrontaciones cara a cara. "Es un tipo raro, no sabe mucho de política pero tiene una seguridad impresionante", lo definía un compañero de gabinete poco antes de la presentación. El ministro tuvo una previa el domingo con los integrantes de la bancada del Frente de Todos, que pudieron disipar sus dudas. Juntos por el Cambio también tuvo un zoom previo, en el que llegaron a la conclusión de que no podían permitirse llevar al Gobierno al default de la deuda que ellos tomaron, pero que no podían avalar su propuesta económica, que rechazan.
De las 31 preguntas respondidas, 28 fueron de la oposición y sólo tres de oficialistas. "Es el mejor acuerdo posible", remarcó Manzur en la apertura del encuentro de comisión que se extendió más allá de las siete horas. Los que más hablaron fueron Guzmán y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. También participaron el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, entre otros. Todos tuvieron sus choques con opositores. "No quiera que el Congreso le refrende sus deudas, hágase cargo", le dijo el vicepresidente la comisión, Luciano Laspina, uno de los principales asesores económicos de Mauricio Macri, a Guzmán. Insólito: habló de "retórica sanatera de pasarle la pelota al próximo gobierno que el estalle como ya hicieron muchas veces". La misma administración que dejó para este año vencimientos por 19 mil millones de dólares y otros 20 mil millones para el próximo.
"Esto sí era una verdadera bomba", retrucó el ministro de Economía al trazar el panorama de las cuentas cuando recibió la gestión, con deudas en divisas de organismos y bonistas, además de las de provincias y privados. Pero más duro fue cuando consideró que nunca le había tocado ver "tamaña debilidad conceptual" como cuando se comparaba la deuda tomada en dólares con organismos extranjeros del gobierno anterior con la deuda en pesos y financiamiento del Banco Central de la gestión actual, a la que convierten en dólares para armar un título catástrofe. "¿De qué estamos hablando?", remarcó. Concluyó que con ese financiamiento en pesos se habían desplegado políticas oficiales durante la pandemia que permitieron en el índice de crecimiento del 10,3% del PBI durante 2021.
Todo lo que cuestiona el macrismo por mucho, es lo que desde el kirchnerismo señalan por poco. El macrismo exige eliminar el déficit, hacer reformas laborales y previsionales, bajar retenciones e impuestos. Otro dispuesto al show fue Martín Tetaz y Ricardo López Murphy tuvo un perfil alto. Tetaz dijo tener una lista de 50 preguntas y después se quejó de las respuestas de Guzmán, todo pensado para ir poco después a los habituales programas de televisión a seguir con el acting. En algunos casos, parecía que los diputados tenían más interés en llamar la atención que en consultar algún punto específico del acuerdo.
En el Frente de Todos hubo un primer indicio de que, tal vez, consigan administrar las diferencias internas en torno a este espinoso tema sin estridencias. Cinco diputados de la comisión de Presupuesto y Hacienda que no estarían a favor de votar el acuerdo aceptaron ser reemplazados por otros compañeros de bloque. Así, salieron Marcos Cleri, Itai Hagman, Sergio Palazzo, Emiliano Estrada y Leandro Santoro, aunque en este último caso se trataría de que en verdad cubría una vacante. Los números en la comisión están muy justos y el Frente de Todos no está en condiciones de regalar ningún voto.
"Lo que más asombra es la negación de lo que hicieron", se sorprendían cerca de Alberto Fernández, quien siguió del debate por televisión. En la Casa Rosada decían confiar en el conteo del presidente de la Cámara, Sergio Massa, quien asegura que estarán los votos para la aprobación. "Votar en contra es provocar el default, quiero ver quién se anima a eso", aseguraban en el entorno presidencial.
Massa recibirá este martes en su despacho a los jefes de los interbloques en busca de consensuar un texto del proyecto. Anoche, el jefe del sub bloque radical, Mario Negri, insistió en la necesidad de que el Gobierno separe claramente en el articulado la autorización al financiamiento, por un lado, y el programa económico, por el otro, así pueden votar uno y rechazar el otro. Hoy seguirá el debate en comisión con las autoridades de la CGT y de la UIA, entre otros actores económicos.