Una masiva movilización en Ramos Mejía frente a la comisaría de esa localidad del partido bonaerense de La Matanza reclamó justicia y seguridad tras el asesinato del kiosquero Roberto Sabo el domingo pasado. En medio de un gran clima de tensión, la policía lanzó gases lacrimógeno luego de forcejeos con los manifestantes quienes estaban visiblemente enojados.
Las autoridades locales desplegaron vallas en las inmediaciones y un gran número de efectivos policiales se hicieron presentes. Pese a ello, pasadas las 19 se produjeron algunos forcejeos con vecinos. Además, un grupo de personas derribó el vallado puesto para que los manifestantes no lleguen hasta la comisaría y los policías armaron un cordón con los escudos. En un momento de la protesta se hizo presente Pedro Sabo, padre de la víctima, pero después fue retirado del lugar por sus allegados.
Familiares, amigos y vecinos de Roberto Sabo se manifestaron en la convocatoria que se realizó mediante redes sociales, con amplia difusión por parte de políticos opositores. Los manifestantes se concentraron minutos antes de las 19 frente al quiosco de Sabo (45), situado en Avenida de Mayo y Alvarado, de dicha localidad, donde colocaron flores y pegaron sobre la persiana metálica carteles con mensajes que expresaban sus reclamos y también de apoyo a la familia de la víctima.
Al grito de "¡justicia!" y "¡seguridad!", con aplausos e insultos, la marcha se trasladó luego hasta la seccional de Ramos Mejía, ubicada a unos 300 metros de la escena del crimen, donde había un fuerte operativo policial con un vallado montado una media cuadra a la redonda de la seccional.
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Tomado del brazo de uno de sus nietos, Pedro Sabo, padre de la víctima, encabezó la movilización que avanzó por Avenida de Mayo y de la que participaron también comerciantes de la zona. Además, se sumaron familiares de otras víctimas de hechos delictivos cometidos en la jurisdicción, como parientes de la psicóloga Maria Rosa Daglio (56), quien murió en marzo de este año tras ser asaltada por "motochorros".
Al llegar hasta la esquina de la comisaría, algunos de los manifestantes retiraron parte del vallado para intentar acercarse a la seccional y hubo empujones con efectivos de Infantería que formaron un cordón humano. Cerca de las 19.30 hubo nuevos forcejeos con policías en otro de los puntos del vallado que rodeaba la comisaría, al tiempo que más personas se acercaban a pie hasta el lugar.
"Lo único que pido es seguridad, nada más", señaló Paula, la exesposa de Roberto, quien estuvo acompañada de dos de sus dos hijos que remarcaron que "todo el mundo amaba" a su padre y agradecieron el apoyo de los manifestantes. "Venía a laburar de domingo a domingo, se levantaba a las siete de la mañana, desde hacía veinticinco años. El quiosco fue la vida de él", expresó uno de los jóvenes.
"Un deseo de mi papá era, cuando hablábamos de la muerte, que esparcieran sus cenizas en el Monumental", recordó con la voz quebrada por el llanto Nicolás, el menor de los hijos del quiosquero, quien eran fanático de River Plate.
Se trató de la segunda marcha en reclamo de justicia y seguridad que se llevó a cabo en el mismo lugar luego de la de ayer, que se prolongó hasta la noche frente a la seccional, donde estuvo presente el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien en las últimas horas se reunió con Pedro, según contó el propio padre de la víctima.