Hoy el mundo es un poco más peligroso. El “Concepto Estratégico de Madrid”, es decir, el documento que contiene las líneas directrices de la OTAN para la guerra de la próxima década sólo augura más muertes, más migrantes forzados a buscar un rincón del mundo donde sobrevivir, más hambre y mayor riqueza para la élite industrial-militar que fabrica armas.
El texto asciende un escalón más en la provocación bélica de las hegemonías en relativa decadencia (Estados Unidos y sus satélites) contra los países en ascenso o recuperación como Rusia y China. El lenguaje de la Alianza Atlántica marca una diferencia entre “amenaza” y “desafío” y dictamina que Rusia es “la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados y la paz y la estabilidad en la zona euroatlántica", mientras que China es un "desafío a nuestros intereses, seguridad y valores". Además, agrega, la cooperación entre Beijing y Moscú "va en contra de nuestros valores e intereses".
Las consecuencias que pueden tener para el mundo las decisiones belicistas adoptadas este fin de junio en Madrid son gravísimas. El primer ministro británico Boris Johnson lo sintetizó bien: “Putin quería menos OTAN y tendrá más OTAN a sus puertas”. (Por cierto, el británico fue la comidilla de las cumbres no sólo por su desenfrenada verborragia sino por su desaliño, más acorde con una noche de juerga que con un cónclave donde se decide el destino del planeta). La respuesta rusa la dio el vicecanciller Serguei Riabkov: Europa dice hacer esto para estar más segura y lo que consigue es estar en mayor peligro. “Los riesgos aumentarán. Tenemos capacidades y recursos. No nos quedaremos de brazos cruzados.
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La ocupación militar de Europa
Las implicaciones más graves que deja el documento de Madrid son dos: Rusia quedará más amenazada por la OTAN en sus fronteras y, en segundo lugar, Europa tendrá la mayor ocupación militar estadounidense desde la Guerra Fría.
Sin embargo, con una fuerte cuota de cinismo, el texto del nuevo “Concepto Estratégico” insiste en que la OTAN es una alianza militar de carácter defensivo. Las principales decisiones adoptadas son:
1) La OTAN “desplegará unas robustas fuerzas adicionales disponibles para el combate en nuestro flanco Este (frontera con Rusia)” e incrementará los ejercicios militares.
2) El presidente norteamericano Joe Biden anunció que reforzará la presencia del Pentágono en España, Polonia, Rumania, Reino Unido, Alemania e Italia además de las tres bálticas que tienen frontera con Rusia (Letonia, Lituania y Estonia).
Aunque es poco difundido, Europa es, desde el siglo pasado, uno de los continentes donde el Pentágono tiene más bases militares. Sólo para dar algunos ejemplos : en Alemania hay 287 bases norteamericanas; en Italia, 89 y en Reino Unido, 57. En estos tres países, según anunció Biden, se incrementará la defensa aérea. En la base naval de Estados Unidos en Rota (España), se enviarán más destructores. En Polonia se establecerá otra base permanente para el V Cuerpo del Ejército del Pentágono. Y se aumentará a 100.000 el número de efectivos estadounidenses en esa región.
3) Se aprobó un paquete integral de asistencia para Ucrania: sistemas antidrones, equipos antiminas, prevención de armas químicas y bacteriológicas, sistemas de comunicación, etcétera.
4) Se aprobó la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN (países limítrofes con Rusia), trabado hasta hace poco por Turquía. Un análisis de las negociaciones excede el marco de este artículo, pero vale la pena decir que “la causa kurda” –una bandera aparentemente irrenunciable de los derechos humanos europeos hasta hace unos días- se convirtió en un capítulo más de la lucha contra el terrorismo. Suecia y Finlandia abandonaron su pureza política y se comprometieron a cambiar la legislación a gusto de Turquía.
5) Mayor apoyo a otros países ex soviéticos como Georgia y Moldavia para cooperar con la OTAN.
Para empeorar el escenario, la ministra de Asuntos Exteriores británica, Liz Truss, aumentó la apuesta y tocó el nervio más sensible de China: Taiwán. En forma irresponsable, Truss aconsejó a los aliados “aprender de las lecciones" de Ucrania y suministrar ahora mismo más armas a Taiwán por si tiene que enfrentarse a China.
El diario chino Global Times, referente del Partido Comunista, respondió en su editorial que esta forma de echar leña al fuego de la OTAN no es más que la estrategia de Washington para controlar mejor a Europa y poder seguir adelante con su agenda expansionista a nivel planetario, lo que calificó de “amenaza a la seguridad global”.
Oficialmente la Cancillería anunció que Beijing “se opone firmemente al documento” de la OTAN. Según el Gobierno comunista, el nuevo “Concepto Estratégico confunde blanco con negro y difama la política exterior china”. "Quisiéramos advertir a la OTAN que exagera al considerar a China un desafío. El desafío sistemático para la paz y la estabilidad mundial es la OTAN. Sus manos están manchadas de la sangre de la población mundial", dijo el vocero de la cancillería.
Las cifras le dan la razón. Según un informe publicado por la Universidad de Brown en Estados Unidos, se calcula que en lo que va del siglo XXI hay “38 millones de desplazados y alrededor de 350.800 civiles muertos de forma violenta como consecuencia de las guerras” de Estados Unidos y la OTAN.
Jamás en toda su historia la Casa Blanca se inclinó por la paz. Ahora redobla la apuesta poniendo en riesgo a todo el planeta.