Las medidas para mitigar los efectos de la ludopatía digital en niños, niñas y adolescentes anunciadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires constituyen apenas un primer paso. Las autoridades porteñas no solo reaccionaron tarde y con instrumentos insuficientes sino que es relevante notar que fueron ellas mismas, junto con la Lotería de la Ciudad, quienes entregaron un sin fin de licencias para el juego digital lo que permitió su crecimiento exponencial.
La problemática de la ludopatía digital lleva meses en la agenda de la oposición. Desde nuestra bancada en la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires presentamos en abril de 2024 un proyecto de ley para abordar el tema de forma integral. No podemos desconocer que la gran mayoría de las y los adolescentes tienen acceso a internet y, en muchas oportunidades, a teléfonos móviles. Con esas herramientas hay un solo click de distancia antes de acceder a aplicaciones o páginas de apuestas. El incremento en la problemática no es casual. En un contexto de ajuste y recesión, las promesas de dinero fácil conducen a miles de chicos y chicas a apostar en sitios legales e ilegales. Como evidencian los casos relevados por nuestros equipos en toda la Ciudad, la espiral adictiva conduce al endeudamiento (mediante diferentes modalidades formales e informales) y a problemáticas de salud mental que puede llevarles a poner en riesgo sus vidas cuando. Incluso, hemos detectado, casos extremos donde llegan a intentar suicidarse al verse acorralados por una situación que los desborda.
Hoy ya no alcanza con cerrar el registro de casas de apuestas para que no se sumen nuevos actores al negocio como planteó el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Hacen falta medidas de fondo, concretas y que, aunque no le gusten al intendente porteño y sus socios, afecten intereses concretos. En primer lugar, debemos sancionar una ley para que la Lotería de la Ciudad obligue a los sitios y apps de apuestas legales a introducir sistemas de control de identidad más rigurosos mediante datos biométricos.
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Además, debemos enfocarnos en lo que generó el crecimiento global del negocio: la publicidad. Cualquiera que mira televisión o navega por la Internet se cruzará en menos de 2 minutos con algún spot emergente o banner de algún sitio de apuestas. Pero la problemática no se agota en la TV e Internet. Personas famosas, deportistas de élite, músicos de moda e influencers son contratados por las casas de apuestas online para realizar publicidades en sus sitios web. La selección Argentina de fútbol que se encuentra compitiendo en la Copa América tiene entre sus principales sponsors a una casa de apuestas.
Otro elemento importante que es necesario atacar es el gran anzuelo que cierra el círculo perverso de la ludopatía: los bonus de bienvenida. Esa promesa de plata rápida, gratis, de fácil acceso, suele ser el gancho de entrada de los sitios legales. “Sumate a nuestro sitio y recibí hasta 100 mil pesos de bonus”, convoca la voz jovén de un locutor.
Por último, el gobierno porteño y el poder judicial de la Ciudad deben tomar en serio el tema de los sitios ilegales de apuestas que son promovidos en redes sociales por futbolistas e influencers. No se puede seguir mirando para otro lado y permitiendo que miles de jóvenes y adultos pierdan sus ahorros, su libertad y hasta la vida en las apuestas online. Necesitamos del compromiso de toda la comunidad de la Ciudad pero en especial de un Estado presente y atento para prevenir que nuevos niños y niñas se inicien en las apuestas, un estado que controle a los sitios legales y su maquinaria publicitaria y un estado eficiente en la persecución de los sitios ilegales.
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