El estudio editado por la Asociación Médica de Estados Unidos advierte con severidad el impacto negativo del lucro en la calidad de la atención sanitaria. La investigación, dirigida por especialistas de la Harvard Medical School, publicada el 26 de diciembre de 2023 en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA)*, comparte análisis locales recientes que abordan el creciente deterioro de las prestaciones de las instituciones asistenciales adquiridas o gestionadas por fondos de inversión.
El artículo observa aumentos en las afecciones o resultados considerados prevenibles y los relaciona con decisiones claves de seguridad y calidad hospitalaria.
Injerencia de la rentabilidad
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Los hallazgos surgen en medio de una creciente inquietud acerca de la influencia ascendente de los fondos especulativos en la atención médica de los Estados Unidos, ámbito donde insertaron un 1 billón de dólares en la última década.
Los incrementos de las tarifas, los precios y el gasto social reanima los cuestionamientos a la calidad clínica de la atención a los pacientes internados.
Las evidencias difundidas por medios de comunicación especializados del país muestran que el beneficio económico prevalece sobre la seguridad y el cuidado de los pacientes; la situación, además de preocupante, provoca alarma en el sistema sanitario local.
Conductas y números elocuentes
Entre 2000 y 2009 la tasa de rentabilidad del capital privado en el sector sanitario fue aproximadamente del 18% en comparación con el 16% de los restantes rubros de inversión, mientras para 2010-2021 los rendimientos del 27% superaron largamente el 21% de las demás áreas donde insertan sus capitales.
Los fondos privados de inversión avanzan sobre el control de instituciones asistenciales, consultorios médicos y otros sectores relacionados con la salud de la población.
La incursión de los fondos impulsó dos tendencias en la atención médica: mayor concentración y aumento de los establecimientos con fines de lucro.
A diferencia de las adquisiciones de hospitales, que normalmente ocurren bajo la atención pública, las correspondientes a consultorios médicos y otros negocios afines a la salud, a menudo ocurren con poca o ninguna divulgación o evaluación pública. Así es como, la ausencia de transparencia, obstaculiza la capacidad de los organismos reguladores y de control para monitorear las consecuencias que acarrean los fondos privados de inversión.
Entre 2013 y 2016, las empresas de capital privado adquirieron 355 consultorios en su mayoría vinculados a especialidades con altos ingresos (anestesiólogos, dermatólogos y médicos de urgencias).
Las actividades de los últimos meses permiten visualizar que los fondos incrementaron su presencia en entidades vinculadas a radiología y diagnóstico por imágenes en general.
La evidencia actual indica que las prácticas médicas respaldadas por capital privado –como las asociadas a los hospitales– tienden a involucrarse en ejercicios nocivos para conseguir precios altos (facturación médica sorpresa y cobro predatorio de deudas).
El artículo de la asociación estadounidense de médicos, sin cuestionar que el resultado del éxito asistencial puede medirse en dólares, recomienda también que no sea el único factor. En tal sentido, aconseja valorar el número de pacientes que utiliza la institución, las vidas salvadas, los índices de complicaciones, la satisfacción del paciente y otros determinantes de calidad y seguridad.
El mecanismo de las compras
Las repercusiones económicas de las intervenciones financieras de los fondos privados constituyen un creciente problema de salud pública.
Estudios anteriores realizados por la Universidad de Chicago indican que el modelo de apropiación hospitalaria lucrativa con elevado endeudamiento, puede provocar un aumento del gasto y acompañarse con otras repercusiones económicas.
El quebranto de los centros asistenciales administrados por fondos de inversión a menudo abandonan o limitan la atención médica de la población.
Las compras de instituciones no suelen utilizar préstamos; las transacciones se caracterizan por pagos mínimos en efectivo con saldos que engrosan enormes deudas.
En los últimos años, el capital privado aplicó el procedimiento especulativo a hospitales y sistemas de salud, como el Hospital Hahnemann de Filadelfia.
Las firmas privadas recaudan parte del capital y solicitan en préstamo el resto, generando deudas cuyas garantías están representadas en los activos físicos (terrenos y edificios, por ejemplo) de la institución asistencial.
De esta manera, tienen la obligación de producir ingresos para saldar las deudas por medio del cobro de tarifas de gestión, por lo general a fondos de pensión y otras entidades o individuos, así como también centrándose en los procedimientos médicos generadores de altos ingresos, reducción de costos operativos, reorganización de la estructura e ingeniería financiera de la administración.
Las maniobras financieras avalan sus conductas argumentando que las instituciones con dificultades precisan capital y valoran la experiencia en gestión.
En declaraciones del 26 de diciembre al New York Times, Drew Maloney, director ejecutivo del American Investment Council, alabó a "la industria del capital privado (sic) [porque] desempeña un papel esencial a la hora de proporcionar a los hospitales locales el capital que necesitan para mejorar la atención al paciente, ampliar el acceso e impulsar la innovación".
Maloney, aclaró en nombre del grupo comercial representante de los fondos que la “investigación [de JAMA] no refleja el historial completo del capital privado en el fortalecimiento de la atención médica en todo el país".
Sin embargo, los fondos buscan empresas en condiciones de asumir deudas y lograr ingresos a corto plazo. Estas presiones financieras crean incentivos perversos que privilegian las ganancias por sobre los pacientes.
Capitales privados y calidad sanitaria
El artículo describe los reclamos de seguros para las tarifas de Medicare, programa estatal de cobertura de seguridad social que provee atención médica a mayores de 65 años o personas con graves problemas de salud.
Los servicios de Medicare abarcados por el estudio comprenden los años 2009 a 2019. Las cifras cubren 662 095 hospitalizaciones en 51 instituciones de capital privado y 4 160 720 en 259 no pertenecientes a empresas privadas.
Los investigadores incorporaron a la evaluación al menos tres años de datos de cada hospital.
Los centros no adquiridos funcionaron como el grupo de control a tener en cuenta en caso de que otros factores pudieran afectar los resultados.
El estudio compara la frecuencia con que los pacientes atravesaron determinadas experiencias antes y después de la compra de la institución asistencial; es decir, examina la frecuencia con que presentaban recaídas durante su internación o qué tan a menudo desarrollaban una infección luego de una intervención o cirugía.
Analiza también la composición de la población de pacientes y varios otros resultados, como su tasa de mortalidad, prevalencia de estadía en el hospital y la incidencia en las readmisiones luego de las altas.
Resultados evidentes
Luego de las compras de los centros asistenciales, los pacientes de Medicare presentaron un 25% de aumento en las complicaciones intrahospitalarias, en comparación con las registradas en ingresados con anterioridad a las adquisiciones.
A su vez, tuvieron un 27% más de recaídas y un 38% más de infecciones sanguíneas producto de las vías centrales insertadas para permitir un sencillo acceso intravenoso en quienes reciben infusiones reiteradas de medicamentos u otros productos.
El incremento de infecciones se observó pese a que los centros de capital privado colocaron un 16% menos de vías respecto a sus épocas anteriores.
Con el fin de aislar las diferencias debidas al cambio de propiedad, la totalidad de los resultados se calcularon teniendo en cuenta los cambios, las tendencias y los patrones registrados durante el mismo período de tiempo en instituciones similares que no pertenecían a capitales privados.
El pequeño descenso de las muertes hospitalarias en las instituciones de capital privado se debería a factores sociales y demográficos, puesto que sus pacientes son más jóvenes y menos vulnerables que los atendidos en hospitales o clínicas similares sin participación de fondos financieros.
Otra causa sería que los pacientes son dados de alta con mayor prisa en los hospitales de capital privado. El seguimiento más prolongado tras el alta, permitió observar que la disminución de muertes se disipó al mes de abandonar los hospitales.
Las pautas de asistencia pública
Las condiciones prevenibles según las pautas de Medicare y Medicaid, incluyen: objeto extraño retenido después de una cirugía, embolia gaseosa, incompatibilidad sanguínea, úlceras por presión en etapa 3 o 4, caídas y traumatismos, infecciones del tracto urinario asociadas al catéter, infección asociada a la vía central, infecciones del sitio quirúrgico por injerto de derivación de arteria coronaria o cirugía bariátrica o ciertos procedimientos ortopédicos, cetoacidosis diabética o coma hipoglucémico y trombosis venosa profunda o embolia pulmonar después de procedimientos de reemplazo total de rodilla y cadera.
Medicaid es un seguro de salud del gobierno estadounidense destinado a pagar las cuentas médicas de la población con bajos ingresos. Aunque las pautas generales son definidas por el gobierno federal cada estado aplica sus propias reglas.
Las soluciones políticas
Funcionarios responsables de las políticas sanitarias, compañías de seguros y organismos públicos de Estados Unidos, han expresado su creciente preocupación respecto a la protección de pacientes y a los recursos sociales que pasan a depender de los fondos privados.
A principio de 2023, otro documento de la revista JAMA describió las medidas políticas para evitar el fraude y el abuso, el aumento de la supervisión antimonopolio, la reducción de la deuda utilizada comprometida en las adquisiciones, la protección contra los precios inflados y la transparencia en la presentación de informes sobre las inversiones efectuadas por este tipo de capitales financieros.
La revista Pediatrics, órgano oficial de la American Academy of Pediatrics de EE.UU., publicó en marzo último el artículo Physician Management Companies and Neonatology Prices, Utilization, and Clinical Outcomes ** con el propósito de evaluar los precios, gastos, la utilización y los resultados clínicos de las unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN) pertenecientes a los centros asistenciales dependientes de empresas de gestión médica.
El estudio incluyó 2 858 bebés ingresados en 34 UCIN integradas a empresas y a 92 461 bebés ingresados en 2 348 UCIN autónomas.
Como resultado de la investigación, concluyeron que los precios de las empresas de gestión médica superaban en 70,4% a los cobrados por centros asistenciales no adheridos.
El sitio Asuntos Cardiovasculares (Cardiovascular Business) informó los resultados de la encuesta PAI/NORC que recoge la opinión de casi 1 000 médicos de la Universidad de Chicago. En la introducción, remarca que “la propiedad corporativa en la atención sanitaria (prácticas especializadas con respaldo de fondos privados, por ejemplo) conduce a una reducción de la calidad de la atención a los pacientes.”
Por su parte, Kelly Kenney, directora ejecutiva de Physicians Advocacy Institute, responsable de la encuesta considera que el tipo de propiedad ”conlleva un mayor énfasis en los resultados financieros y la rentabilidad para los accionistas. Este enfoque en el resultado final puede interferir con las mejores prácticas clínicas”.
Los fondos financieros operan en el sistema de salud ocultándose en las sombras, razón por la cual, de cara al futuro, buena parte de la prensa especializada y masiva de EE.UU. propone en la actualidad el fomento de la transparencia y la comprensión cabal de las consecuencias que acarrea la privatización especulativa de la atención sanitaria.
* JAMA