Davos: Milei también atacó el derecho a la educación

29 de enero, 2025 | 13.03

La gravedad de las palabras discriminatorias, homofóbicas y violentas que el Presidente Milei pronunció en el Foro de Davos logró que pasen casi desapercibidos otros dichos igualmente graves que sostuvo en el mismo discurso. Entre estos, la descalificación de la educación como un derecho. Dijo Milei: “…a través de la introducción de diversos mecanismos de subversión cultural, a partir de los derechos negativos a la vida, la libertad y la propiedad, pasamos a una cantidad artificialmente infinita de derechos positivos: primero fue la educación, luego la vivienda…”.

Estas afirmaciones exigen que le expliquemos al Presidente que en la Argentina la educación no fue introducida como un derecho por un oscuro “mecanismo de subversión cultural”, sino que fue incorporado por la Constitución liberal de 1853. Derecho que el Estado Nacional está obligado a hacer cumplir a partir de la aprobación de la Ley 1.420 en 1884 impulsada por el Gobierno, también liberal, de Roca.

Fueron Sarmiento, Avellaneda y muchos más los que estaban convencidos de que la educación era necesaria para la construcción de la Nación, el crecimiento del país y la igualdad de oportunidades. No concibieron la educación como un derecho “artificial”, como enunció Milei, sino esencial. La reforma de la Constitución de 1994 fortaleció la vigencia de este derecho. A través de diferentes leyes se dispuso que fuera obligatoria desde la sala de 4 años del nivel inicial hasta la finalización de la secundaria.

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La intención de eliminar este derecho quedó en evidencia en la propuesta del actual gobierno de quitar la obligatoriedad de la asistencia escolar en el primer borrador de “Ley Ómnibus”, que fue desechada por la Cámara de Diputados. En la misma dirección se manifestaron distintos dirigentes libertarios que plantearon que si un padre prefiere que su hijo trabaje, no debiera estar obligado a mandarlo a la escuela. El propio Presidente, en el discurso que dio al iniciar el ciclo lectivo 2024, planteó que el único objetivo de la educación pública era adoctrinar a los estudiantes.

No se trata de ideas improvisadas o de coyuntura. Los fundamentos de las teorías anarcocapitalistas o de la Escuela Económica Austríaca sostienen que la educación no tiene que ser pública ni es una función del Estado. Es por ello que proponen que esté sometida a las leyes del mercado. Pero, como todos los bienes que distribuye el mercado, la privatización de la educación pública traería como consecuencia la exclusión de las grandes mayorías del acceso a una educación de calidad. Esta exclusión es funcional al modelo de país que nos propone el actual gobierno. Un modelo de Argentina desindustrializado, sólo basado en la exportación primaria sin agregado de valor y en la especulación financiera, que no necesita de una población altamente capacitada.

Es necesario estar alertas. Frustrado, por ahora, el camino de la aprobación de una Ley que elimine la obligatoriedad, el gobierno avanza en la denostación del papel de la escuela pública y de los maestros para deslegitimar su tarea. En la reducción del presupuesto educativo y del salario docente para deteriorar la calidad de su trabajo. Ya eliminó el Fondo Nacional de Incentivo Docente y envió al Congreso la propuesta de la suspensión de la Ley de Financiamiento Educativo. También han comenzado a circular las propuestas de “Escuelas Charter” y de cheques educativos o Vouchers para dejar de sostener con recursos públicos las escuelas. Con el argumento de comenzar a financiar la demanda intentan transformar a los estudiantes y sus familias en clientes que tendrán que comprar su educación.

La educación pública en la Argentina no es patrimonio o bandera de una sola fuerza política. La gran mayoría de los partidos y organizaciones sociales coinciden en que la escuela y la universidad públicas son fundamentales para la construcción de un país más desarrollado e igualitario. También coinciden en que es necesario realizar profundas transformaciones para elevar los niveles de retención escolar y mejorar la calidad educativa.

La gravedad de las declaraciones del Presidente Milei en Davos exige convocar con la mayor amplitud, con generosidad y sin exclusiones a todos los sectores académicos, sociales y políticos que creen que es urgente elaborar una estrategia que nos permita, no sólo defender, sino también generar propuestas para mejorar la escuela. Es imprescindible hacerlo con urgencia para evitar que se torne irreversible el avance de las políticas que pretenden terminar con el derecho a la educación, cuya vigencia siempre ha sido un orgullo para todos los argentinos.