El 12 de diciembre Luis Caputo anunció las medidas económicas del gobierno de Javier Milei. Entre las de impacto para el sector agropecuario, fue muy bien recibido el nuevo tipo de cambio de $800 por dólar, sobre todo por los sectores exportadores y los productores de commodities, que ven aumentar el precio de sus productos. También se aplaudió cuando el ministro anunció que acompañaría a dicha acción con un aumento de las “retenciones” a las exportaciones NO AGROPECUARIAS, “de esta manera beneficiamos a los exportadores con un mejor precio y equiparamos la carga fiscal para todos los sectores dejando de discriminar al sector agropecuario, finalizada esta emergencia vamos a avanzar en la eliminación de todos los derechos de exportación que son un gravamen perverso”.
Sin embargo, NO se cumplió el anuncio. El día siguiente, 13 de diciembre, Clarín Rural titulaba “Sorpresa en el campo por una posible suba de las retenciones”, en un artículo en el cual planteaba la posible suba de las “retenciones” al 15%. Al día siguiente la premonición se convirtió en hecho, el mismo medio tituló: "No nos satisface": el Gobierno le confirmó a la mesa de enlace que quiere subir las retenciones al 15%”. Confirmando de esta manera la medida del gobierno de Milei, tras una reunión en la que el equipo de Fernando Vilella le comunicó la decisión a “los ruralistas” de la Mesa de Enlace.
Las declaraciones de los representantes de las gremiales agropecuarias mostraron un tibio descontento. Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina, dijo: "Debemos analizar con cada una de las producciones y con sus técnicos para poder determinar si hay alguna que resiste. Lo importante de todo esto es que cada vez que nos pidieron esfuerzo lo hicimos y nunca más se sacaron (retenciones)".
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Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), planteó que “como representante del sector y como venimos diciendo desde hace años la media no nos satisface. Se comprometieron a armar mesas técnicas de trabajo de cada producción que nosotros propongamos. Estamos convencidos de que las retenciones es el peor impuesto que puede tener una producción. No existe. No estamos defraudados porque es un Gobierno que acaba de asumir, nos cita y nos invita a conversar. ¿Nos gusta la medida? No, pero van a trabajar en función de cómo se maneja esto”.
El titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, en sintonía con Pino dijo: “Nosotros siempre estuvimos y estaremos en contra de las retenciones, si bien entendemos el momento de emergencia del país; se van armar mesas técnicas para ir estudiando cada una de las producciones”.
Mientras que Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, agregó: “Uno de los puntos que más se trató fue el caso de las economías regionales, porque estamos ante un sinceramiento de la economía y esto hace que haya muchos perjudicados y algunos posiblemente beneficiados... Es una situación en la cual tenemos que estar con gran cautela y responsabilidad para tomar decisiones”.
Los cuatro titulares de la Mesa de Enlace se mostraron tibios, no hubo amenaza de tractorazos, movilización o corte de rutas.
El Titanic sobre el iceberg
El 16 de diciembre Fernando Vilella dijo en LN+ Campo: “Hace menos de una semana que estamos empezando un Gobierno, hace menos de una semana que estamos con el Titanic sobre el iceberg y estamos tratando de evitar que se choque contra el iceberg que es una hiperinflación y una condición social que podría ser peor para todos”. Con esta metáfora Vilella sostiene la direccionalidad de volver a cobrar los derechos de exportación que Sergio Massa había eliminado. Como si no supiésemos como terminó el Titanic en el iceberg.
Sin embargo, al mejor estilo Alberto Fernández, el gobierno de Milei metió marcha atrás modificando algunas de los porcentajes de cobro de “retenciones”. Liberando a 18 economías regionales: olivicultura, arroz, cueros bovinos, lácteos, frutícola (excluido el limón), hortícolas, porotos, papa, ajo, garbanzos, lentejas, arvejas, miel, azúcar, yerba mate, té, equinos y lana. Y para compensar la recaudación, el propio Vilella informó que subirán las “retenciones” a los subproductos de soja del 31% al 33%, eliminando así el diferencial que hay con el poroto, que paga el 33%.
A lo que CIARA-CEC (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina - Centro Exportador de Cereales) puso el grito en el cielo: "Es una muy mala noticia para la economía del país", remarcó en un comunicado. "La decisión de subir los derechos de exportación del 31 al 33 por ciento, que acaba de anunciar el Ministerio de Economía es una muy mala noticia para la economía del país. La principal industria exportadora se verá castigada por la suba de impuestos y eso va a limitar severamente el flujo de divisas y atentará contra el empleo industrial de la soja”.
Tampoco están contentos en la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), que expresó su rechazo a la decisión de volver a aplicar derechos de exportación a algunas economías regionales. Ni los forestales, entre otros sectores agropecuarios que, contrario a lo que anunció Caputo el 12 de diciembre, si van a pagar “retenciones”, a pesar de ser en algunos casos productos con agregado de valor en origen.
El Fetiche Libertario
Detrás de la apariencia de libre mercado publicitada en la campaña electoral, se empieza a observar en las acciones políticas un gobierno que apunta a convertir a la Argentina en un país subordinado al sector financiero trasnacional, a los mandatos del FMI y a las definiciones del Israel y EEUU. Nada que no supiéramos y que no hayamos dicho. El sector agropecuario es el aportante de riquezas que Milei exprime aún más que los gobiernos Nacionales y Populares. La diferencia profunda es que el proyecto de Milei no tiene contemplado volcar esas riquezas al desarrollo de las provincias y sus localidades, no tiene previsto redistribuirlas en salud y educación, o en controlar la inflación. Sino más bien en hacer más ricos a los más ricos, más casta a la casta.
Tampoco Alberto Fernández gestionó el cambio de direccionalidad que el pueblo le demandó en agosto de 2019 mediante su voto, justamente por eso ganó el Libertario.
Las políticas desarrolladas en estos primeros días de gobierno muestran que a los productores los van a exprimir a lo que dé, que las agroexportadoras (la mayoría empresas transnacionales) van a seguir ganando mucha plata, y que el sector financiero maximizará sus ganancias a costa de quienes producen y trabajan.
Otra vez, como en 2015, las y los argentinos tenemos un presidente elegido con falsas promesas.