Un grito resuena desde abajo: ¡No al cierre de los cinco hospitales!

08 de junio, 2018 | 19.50

Desde el 11 de Abril ha circulado, en diversos medios, información sobre el plan del Ministerio de Salud en retomar el proyecto de construcción del llamado “Complejo Hospitalario Sur” en el que se fusionarían cinco hospitales en los terrenos del Hospital Muñiz. Esto implica “mudar” (¿o cerrar?) el Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP), el Hospital Udaondo, el Hospital Municipal de Oncología "María Curie" y el Hospital Ferrer.

A partir de conocida la noticia los y las trabajadoras de los cinco centros hospitalarios afectados han comenzado a expresar, por distintos medios y con diversas acciones públicas, su preocupación y rechazo. Es así como se han venido realizando asambleas de trabajadores/as en el Muñiz, en el IREP, diferentes abrazos al "Marie Curie", el Udaondo y también al IREP, notas públicas en rechazo al proyecto del personal del Udaondo y otras acciones que se preparan para las próximas semanas.

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Con el argumento de “mejorar” la calidad de la Salud en la Ciudad, el Jefe de Gobierno Horacio Rodriguez Larreta apela a un mega-proyecto destinado a crear un complejo hospitalario en el que se incluirían todas las especialidades de los diferentes nosocomios. Resulta del más elemental sentido común preguntarse por qué en vez de invertir en una obra faraónica no se decide elevar el presupuesto en Salud que sistemáticamente se viene bajando bajo la gestión del PRO, y con ello aumentar la inversión en cada uno de los hospitales, para que no falten camas de internación, para que haya los suficientes profesionales -¡con salarios dignos!- que permita brindar una atención acorde a las necesidades, o para hacer frente al deterioro edilicio, o al faltante de insumos elementales, entre otras cosas. Esta pregunta se contesta casi con una absoluta certeza (sobre todo viniendo del PRO): el traslado de los cuatro hospitales al actual terreno del Muñiz deja “espacios ociosos” de valor para ser aprovechados por los capitales especulativos e inmobiliarios que desde hace muchos años en la Ciudad vienen acumulando una enorme rentabilidad a costa de privatizar el espacio público. ¿Qué valor tienen esos terrenos? Según cálculos del mismo Gobierno una suma nada despreciable: u$s 123,7 millones.

Esto explica por qué esta clase de proyectos se llevan adelante siempre con los mismos mecanismos: completamente a espaldas de la población, y en este caso en particular de los trabajadores de la salud y del conjunto de pacientes y habitantes de la Ciudad. Así como el PRO quiere imponer la UNICABA a toda la comunidad educativa que rechaza el proyecto y exige un debate democrático con posibilidades de incidir y decidir, lo mismo ocurre con los y las trabajadoras de la salud que reclaman que no se les imponga un proyecto que no está pensado para mejorar el servicio de salud, entre otras cosas porque es altamente probable que en el traslado se pierdan puestos de trabajo, camas y equipamiento tecnológico (¡no hay que dejar de tener en cuenta la política de ajuste que está llevando adelante el gobierno nacional y los gobiernos provinciales y de la Ciudad!). A esto hay que sumarle el potencial riesgo que implicaría la confluencia en un mismo hospital de pacientes inmunodeprimidos con otros que padezcan enfermedades infectocontagiosas.

Pero los trabajadores y pacientes de los diferentes hospitales no permanecen de brazos cruzados. Están luchando. Algunos/as, como en el IREP, aunque no solo allí, con intentos de auto-organización y haciendo asambleas para discutir cómo dar esta pelea. Con orgullo inmenso estuvimos participando de una esas asambleas junto con todo el bloque de Autodeterminación y Libertad en la Legislatura y compañeros/as de AyL, constatando el enorme potencial que tiene cada lucha cuando es tomada desde abajo por los mismos trabajadores. Tienen el desafío de potenciarla. De que esas asambleas sean cada vez más grandes. De que avancen en la articulación con los trabajadores del resto de los hospitales. Y que se auto-dirijan. Que se manden a sí mismos. Porque allí, abajo, están las fuerzas para derrotar el proyecto macrista.

* Diputado de la Ciudad de Buenos Aires por Autodeterminación y Libertad

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