Otro caso de gatillo fácil, esta vez, en Tucumán. Un policía disparó a un joven que pensó que era un delincuente, pero en verdad se estaba llevando su propia moto. Después de permanecer en coma inducido durante nueve días, la víctima murió.
El hecho fue el martes 6 de noviembre en el centro de San Miguel de Tucumán, alrededor de las 22:30. El joven de 28 años, Claudio Adrián Sánchez, empujaba una moto Honda Twister roja, que tenía activada la alarma de seguridad, cuando los vecinos y vecinas de la zona comenzaron a gritar que Sánchez se estaba robando la moto.
En ese momento, el policía federal Víctor Hugo Cuezzo, de 27 años, reaccionó. Cuezzo se identificó como policía y le pidió a Sánchez que mostrara la documentación del vehículo, pero no hizo caso a la orden y el policía le disparó en el cuello.
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Según declaró Cuezzo, quien quedó detenido, "Sánchez se levantó la remera y sacó un arma de fuego que tenía en la cintura", razón por la cual justificó que haya comenzado a disparar. La Policía, luego, secuestró en el lugar el arma reglamentaria del agente la que llevaba el joven.
Sin embargo, la versión de la familia es distinta. Omar Sánchez, el padre del joven, sostuvo que su hijo no estaba robando, sino que "la moto le pertenecía y la estaba empujando hasta su casa porque se había quedado parada en la esquina", informó Télam.
Según el hombre, Sánchez “tenía un arma registrada a su nombre por distintos hechos de inseguridad que sufrió para cuidar a su familia, ya que era padre de dos bebés”.
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